Tensión social extrema complica los planes de Milei y enciende alarmas entre empresarios
La evaluación que hacía el Gobierno a última hora del jueves es que hay razones objetivas para que diversos grupos intenten operar sobre las necesidades de los sectores más postergados para fomentar el "caos social". Ese dato se robusteció con la llegada de informes de supermercadistas del conurbano que notaron un aumento en la organización de las movilizaciones para pedir comida, que empiezan a estar lideradas por "dirigentes sociales" que están perdiendo espacio como mediadores entre los subsidios estatales y los "gerentes" del mundo planero.
La posición del Gobierno fue de endurecimiento por estas horas, sobre todo a partir de la actitud que adoptó la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien aceptó recibir a algunos de los manifestantes, pero no a los líderes de las protestas.
Entre las organizaciones apuntadas figuran el Movimiento Evita (Emilio Pérsico y el "Chino" Navarro), beneficiados con cientos de millones de pesos durante el gobierno de Alberto Fernández; Somos Barrios de Pie (Daniel Menéndez); la Corriente Clasista y Combativa, cuya gestión está a cargo de Juan Carlos Alderete; y la Corriente de los Trabajadores Excluidos, de Juan Grabois.
El foco de atención en las protestas de estos días estuvo puesto sobre el Polo Obrero. Su líder, Eduardo Belliboni, reconoció que quienes forman parte de la organización realizan un aporte del 2% para mantener a su núcleo. Cuentan con 60 mil beneficiarios de planes sociales. A Belliboni -quien tiene un problema cardíaco- se lo vio muy activo en la marcha del Congreso, en especial el miércoles.
Terminó tendido sobre el asfalto asegurando que lo habían golpeado. En un momento aprovechó los numerosos micrófonos presentes para asegurar que estaban llegando a la Plaza del Congreso "cientos de miles de manifestantes". Nunca ocurrió.
Pero en el Ministerio de Seguridad tomaron nota sobre la estrategia y hubo hasta cierto fastidio con los principales canales de noticias que, según la mirada oficial, "retroalimentan" movilizaciones. El jueves Belliboni tuvo menos protagonismo, pero también terminó tendido en el piso y llevado en ambulancia del SAME.
Algunos funcionarios de Milei empiezan a creer que el kirchnerismo y las organizaciones de izquierda están "buscando un muerto", para terminar de relacionar al Presidente, pero sobre todo a su vice, Victoria Villarruel, con resabios de la dictadura. Entre los peronistas cercanos a Miguel Pichetto y Juan Schiareti la lectura es otra: creen que la ministra Patricia Bullrich está sobreactuando y en la movilización de este jueves terminó complicando la escena.
Aludían al hecho de que alrededor de las 20:00 la movilización empezaba a ceder, pero Bullrich ordenó a la Policía Federal enviar efectivos motorizados a la avenida Entre Ríos, los cuales terminaron disparando balas de goma que enardecieron a los manifestantes que quedaban, en especial muchos jóvenes -había decenas de chicas entre ellos-.
Como sea, el Gobierno no logró el objetivo de conseguir la votación en el segundo día de deliberaciones. La accidentada sesión continuará este viernes, y el mileísmo confía en que será aprobada la Ley ómnibus, o lo que quedó de esa iniciativa ahora deshilachada.
Supermercadistas, en alerta en medio de la tensión social
Mientras los debates se sucedían en el Congreso, el Gobierno monitoreaba información proveniente del sector supermercadista, donde militantes de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) se convocaron frente a diferentes supermercados de la Ciudad y el Conurbano en reclamo de alimentos.
Lo llamaron "jornada nacional de ollas vacías", con el objetivo de reclamar asistencia alimentaria para los comedores comunitarios. "No nos quiten la alegría, ni la comida", eran algunos de los carteles.
Los supermercados reforzaron la seguridad y mantuvieron línea abierta con las Intendencias y el Gobierno de la Ciudad. La UTEP realizó su nueva protesta con la consigna de que "la única necesidad y urgencia es el hambre". Una de las demandas fue en un supermercado Coto ubicado en el centro de la localidad de San Martín, que tuvo que cerrar las puertas.
Hubo movilizaciones similares en la localidad de Almirante Brown (avenida Hipólito Yrigoyen 13500); en La Plata (Avenida 7 y calle 48); en Florencio Varela (avenida del Trabajo y avenida San Martín); y en la sede de la empresa alimentaria La Serenísima ubicada en la avenida Almirante Brown 957, de la localidad bonaerense de General Rodríguez.
El tema fue analizado también por dirigentes de la cámara de supermercados y algunos referentes de la Iglesia Católica, siempre atenta a que la crisis social no se desmadre, por expreso pedido del papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio.
La situación en los comedores sociales es desesperante, según explican referentes como Margarita Barrientos, quien le contó a iProfesional que está "impresionada" por la gran cantidad de familias que se suman a los comedores ubicados en Los Piletones, Villa Soldati. "Tuvimos una reunión con el gobierno y nos dijeron que van a implementar una tarjeta Alimentaria. Pero mientras tanto la situación empeora", explicó Barrientos.
El escenario social en el conurbano profundo es dramático. Es que allí al Estado le cuesta mucho llegar, y enero es un mes donde todo se complica aún más, porque hay escasos recursos humanos y, en esta semana en particular, el calor está haciendo estragos en zonas donde no hay agua potable ni cloacas.
En ese conurbano profundo hubo también este jueves concentraciones en los supermercados Carrefour de Lomas de Zamora y Adrogué; en el Hiper Chango Más de La Tablada; y en un hipermercado Coto en la ciudad de Quilmes. Otros episodios similares se produjeron en las provincias de Córdoba, Salta, Mendoza y Chaco.
Dirigentes de la UTEP dijeron que en los barrios se ha incrementado dramáticamente la demanda de comida. Y si bien admiten que "el hambre no es un problema de hoy, explican que las medidas de ajuste y el aumento permanente de los precios de los alimentos hace que las filas por conseguir un plato de comida sean cada vez más largas".
Los dirigentes de la organización dijeron que desde el Ministerio de Capital Humano afirmaron que "la prioridad es y será que ningún argentino pase hambre". Pero las respuestas no llegan. El gobierno duplicó el monto de la tarjeta Alimentar y de la asignación por hijo, pero recién se verá reflejado a pleno a lo largo de febrero. Mientras tanto, el escenario de tensión social va en aumento.
El palacete de Retiro donde trabaja la ministra Pettovello fue uno de los puntos de la protesta. En Juncal y Carlos Pellegrini, los referentes de la UTEP denunciaban "inacción" por parte de ese Ministerio en "la lucha contra el hambre". Minutos después se registraron algunos incidentes entre los manifestantes y el personal de seguridad del lugar, junto a efectivos de la Policía Federal. Fue allí que la funcionaria salió a dar la cara y anunció que atendería las necesidades alimentarias de "la gente", sin intermediación de las organizaciones.
En la oposición creen que fue un acto "voluntarista". Desde el kirchnerismo duro incluso hacen circular versiones de que Pettovello no podrá resistir mucho en el cargo porque no tiene herramientas para afrontar la delicada situación social.
En el gobierno aseguran lo contrario. Dicen que la ministra tiene todo el respaldo de Milei y su círculo más íntimo, conformado por Karina Milei, Santiago Caputo, Guillermo Francos y Luis Caputo. Mientras todavía no se acallaban los disparos de balas de goma: el ministro de Economía posteó en X: "Romper el país y gritar es lo único que saben hacer". La película seguirá este viernes.