La desprolija salida de Guillermo Ferraro dejó al descubierto la "interna feroz" que afronta el gobierno de Javier Milei
La salida del ministro de Infraestructura de la Nación, Guillermo Ferraro, dejó al descubierto un nuevo capítulo de las tensiones internas en el área de la comunicación del gobierno de Javier Milei, donde los involucrados reprochan la "falta de una estrategia común" para explicar los motivos por los que el funcionario fue echado del Gabinete.
"El problema está en que no se baja una línea discursiva a la hora de comunicar ciertos temas. Entonces, ante la falta de una estrategia común, cada cual dice lo que le parece mejor y eso es un grave error", describieron en diálogo con iProfesional fuentes de la Casa Rosada que conocen el manejo diario de la comunicación oficial.
Al respecto, aseguraron que "hay una interna feroz" en la cúpula del área de Comunicación y Prensa de la Presidencia, cuyo secretario es el periodista Eduardo José Serenellini, que "termina afectando el trabajo diario".
La salida de Ferraro deja al descubierto fisuras en la comunicación oficial
Si bien las fallas en la comunicación gubernamental son habituales, en el gobierno de Milei quedaron expuestas en menos de dos meses de gestión, convirtiéndose así en una de las áreas más sensibles del Ejecutivo nacional.
"No hay una estrategia grupal y cada cual juega su partido. Si las cúpulas se enfrentan para ver quién tiene más poder en lugar de trabajar juntos, qué queda para el resto", analizó una fuente que está al tanto de los temas que atañen al área de la comunicación.
Según pudo saber iProfesional, Serenellini se ganó la desconfianza del núcleo duro de los libertarios con las reuniones que viene encabezando casi a diario con distintos sectores empresariales, actividad de alto vuelo político que no suele formar parte de la tarea diaria de un secretario de Comunicación, quien además tiene escaso contacto con los periodistas acreditados en la Casa Rosada.
El protagonismo adquirido por el máximo responsable de la comunicación presidencial no cosechó buenas críticas entre los máximos dirigentes de La Libertad Avanza, quienes cuestionan que "está más preocupado por mostrarse que por ocuparse de cómo se comunican las cosas". El reproche puntual radica en la forma en la que se manejó la salida de Guillermo Ferraro de la cartera de Infraestructura.
"Serenellini está en la cuerda floja y no tiene que ver solamente con su nula gestión. Lo están mirando de reojo desde la mesa chica del Presidente", pronosticó una fuente con despacho en Balcarce 50.
Imprecisiones y cambio del discurso: los errores al comunicar la salida de un ministro
A 48 horas de que el presidente Javier Milei tomó la decisión de echar al ministro de Infraestructura por considerarlo responsable de filtrar información de una reunión de Gabinete, en la que el jefe de Estado habría amenazado con dejar a los mandatarios provinciales "sin un peso", por no acompañar el proyecto de Ley ómnibus, el Gobierno oficializó el desplazamiento de Ferraro con un insólito argumento. "Renuncia por razones personales", indicó el Ejecutivo mediante un comunicado que posteó en las redes sociales.
A pesar de que la expulsión de Ferraro se trató de la primera salida de peso en el Gabinete nacional, en el Ejecutivo primó el silencio a la hora de brindar los argumentos correspondientes a tamaña decisión y solo circularon detalles en "off the récord", cuyas versiones tomaron un giro de 180 grados cuando en el comunicado oficial se buscó instalar la idea de que el funcionario no fue echado sino que renunció.
La comunicación formal de la renuncia fue desprolija, ya que no contó con una línea discursiva a seguir por los integrantes del Gobierno. Mientras que el ministro de Economía, Luis Caputo, evitó responder a la consulta de iProfesional acerca de los motivos que impulsaron la salida de Ferraro, durante la conferencia de prensa que brindó este viernes en la Casa de Gobierno, la canciller Diana Mondino argumentó que se debía a una "reducción de costos" en línea con la repetida frase de Milei acerca de que "no hay plata".
En tanto, desde el entorno de Ferraro no avalaron los motivos que esgrimió el Gobierno respecto de su salida del Gabinete nacional y ante la consulta acerca de los errores en la estrategia de comunicación se limitaron a responder: "Nos reservamos el derecho de opinión".
El "desorden" que prevalece, pese a las reuniones del equipo de comunicación
A un mes de haber asumido como secretario de Comunicación y Prensa, Serenellini ya se reunió en Balcarce 50 con los voceros de los distintos ministerios para acordar criterios a la hora de comunicar y así evitar que se afecte la imagen del Gobierno, pero el propósito no llegó a buen puerto.
Fuentes al tanto de lo sucedido en esas reuniones, las cuales comenzaron previo al desembarco de Serenellini en el Ejecutivo nacional, indicaron que los encuentros sirvieron para abordar temas particulares de cada cartera ministerial, pero no se utilizaron para unificar criterios o armar un mensaje específico sobre aquellos temas de la gestión que pueden generar ruido.
"Desde el 10 de diciembre hubo varias reuniones y lo que se hace es definir quiénes van a salir a hablar en nombre del Gobierno y qué agenda se instala", explicaron a este portal, además de aclarar que los cónclaves del equipo de comunicación "no se usan para delinear una estrategia común sobre cómo encarar ciertos temas que son sensibles".
En los pasillos de la Casa Rosada hablan de "un desorden en la comunicación" y recuerdan el rol protagónico que tuvo durante el gobierno de Cambiemos el ahora ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña. "Cuando hay crisis económica y ajuste es indispensable minimizar los errores a la hora de comunicar", sostienen.
"Una situación similar a la de Milei fue la del gobierno de Macri, pero la diferencia está en que tenía a un tipo como Peña que no dejaba nada librado al azar sino que planificaba al detalle qué iban a decir y cómo", destacó una fuente que en tiempos del macrismo ya frecuentaba los despachos de la Casa de Gobierno.