Milei se inquieta por la "rosca" de la Ley ómnibus: qué piensa sobre el Congreso y en quiénes se apoya
El presidente Javier Milei concentra por estos días toda su atención en que se apruebe la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, mejor conocida como "Ley Ómnibus". Para eso se apoya en un puñado de ministros y asesores que llevan las riendas de la relación con el Congreso, al tiempo que intenta marcar los tiempos a los legisladores para dar una muestra de autoridad.
Con minoría en ambas cámaras y sin poder territorial, el Gobierno se juega a negociar -término que evitan en las filas libertarias- con la oposición dialoguista algunos puntos del proyecto para avanzar en el dictamen en comisión, y trabaja en sintonía para conquistar la media sanción en Diputados.
La indicaciones para la sanción de la ley
Ante la consulta de este medio, un funcionario de extrema llegada al mandatario reveló que Milei les solicitó a sus espadas políticas a cargo de tender puentes con la oposición que apelen "al sentido común" y que eviten "el toma y daca de la política tradicional" en el que se canjean cuestiones puntuales a cambio de votos en el recinto.
Según precisaron fuentes de Gobierno, el Presidente se muestra muy confiado y se lo transmite a su equipo en el que se recuesta, quienes dan por hecho la aprobación del paquete que contempla las medidas económicas en el marco de la sesión que se espera tenga lugar el próximo martes en la Cámara Baja. "No debería haber ningún tipo de inconvenientes. Van a terminar aprobando la parte económica, porque quién se va a hacer cargo del quilombo", vaticinan.
A pesar del "poroteo" en el Congreso, desde la administración libertaria piden también "desdramatizar" la posibilidad de que los números para la aprobación no den: "Si no se llega, no se llega. Si no sale qué problema hay. Pero, el equilibrio en las cuentas se cumple".
A la posibilidad evaluada le sigue la advertencia, a tono con los dichos del ministro de Economía, Luis Caputo, quien anticipó que trabaja en el recorte de partidas provinciales "si alguno de los artículos económicos es rechazado".
"No es una amenaza, es la confirmación que vamos a cumplir con el mandato que nos han dado la mayoría de los argentinos de equilibrar las cuentas fiscales para terminar con décadas de inflación y flagelo económico", precisó el titular del Palacio de Hacienda.
Sus palabras no son aisladas, responden a una de las indicaciones que el mandatario les transmitió a sus ministros y secretarios en la reunión de Gabinete que encabezó el pasado martes en Casa Rosada. "Si la ley no se sanciona, el ajuste va a ser peor para todos, sobre todo para las provincias porque va a poner en revisión las partidas", se lo escuchó enfatizar, cuestión en la que profundizó su vocero presidencial, Manuel Adorni, en la habitual conferencia de prensa.
La voluntad del Milei para que el Congreso sesione el fin de semana
Luego de conseguir el dictamen de mayoría en el plenario de comisiones durante la madrugada del miércoles, el oficialismo perseguía el deseo de dar inicio al debate el jueves y que la sesión se dividiera en tres jornadas que incluyeran al viernes y al día sábado.
La segmentación respondía a la creencia de que los debates maratónicos no conducen a buen puerto, pero por sobre todo, era la materialización del deseo del Presidente de que los diputados acudan al recinto a sesionar incluso el fin de semana.
"Si es por él [Milei] que la sesión sea el fin de semana. Te imaginas a [Myriam] Bregman trabajando un domingo, se muere", se jactó una importante fuente con despacho en Balcarce 50.
El anhelo del Presidente de hacer trabajar a los legisladores en días inhábiles se vio turbado por la falta de acuerdos y las críticas de los opositores dialoguistas que, a priori, hacen tambalear el tablero de los apoyos para la votación del proyecto. Ante este panorama, desde el oficialismo definieron que el tratamiento en el recinto sea el martes de la próxima semana, y la idea de sumar el sábado y el domingo a la agenda laboral de los diputados debió ser pospuesta para más adelante.
Con este escenario, los alfiles del jefe de Estado contarán con más tiempo para lograr hacer pasar la principal apuesta de la gestión.
Los guardianes de la ley
Javier Milei descansa plenamente en las decisiones del asesor presidencial, Santiago Caputo, y de su hermana, Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, ambos dedicados a seguir de cerca el devenir del megaproyecto.
Detrás de Karina -la persona con mayor influencia en el Presidente y la única con poder de fuego- Caputo se ubica como la fuente de extrema confianza a la que el mandatario acude de forma reiterada. De esta forma, los dos consejeros se transformaron en piezas irremplazables en la diagramación del megaproyecto y en la definición de la estrategia política que lo garantice.
"El arquitecto de la victoria", como lo referencia Milei al asesor, sobrino del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, no solo participó en reuniones con gobernadores y diputados opositores para negociar cambios en la letra sino que, a pesar de no tener cargo designado, permaneció en el Congreso hasta altas horas de la madrugada del miércoles, monitoreando el debate hasta que finalmente el oficialismo obtuvo el dictamen en el plenario de comisiones.
No es casualidad que ambos referentes de La Libertad Avanza sean los elegidos por Milei para supervisar los avances y retrocesos del megaproyecto y los que operan de intermediarios entre los ministros encargados de dialogar con la oposición y las voluntades del jefe de Estado.
En un segundo escalón se ubican el ministro del Interior, Guillermo Francos, el garante del diálogo con las provincias, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, encargado de la "rosca" con los legisladores de todos los bloques.
La de Francos no es una tarea sencilla ya que los gobernadores, en especial los opositores, pero incluso los aliados, componen uno de los sectores más reticentes a algunos de los cambios que pretendía impulsar la administración libertaria, por tanto se trata de un rol clave.
En las últimas horas, el ministro hizo lugar a los reclamos de los mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio, quienes luego de una serie de reuniones, lograron torcer las decisiones originales del Gobierno y tras varios idas y vueltas, el Ejecutivo aceptó ceder en una serie de puntos a cambio de la garantía del dictamen. Lo propio hizo con un sector del peronismo con los que negoció reponer el Impuesto a las Ganancias -ya enviado al Congreso- por el apoyo en el recinto.
Por su parte, Menem hace uso de su cintura negociadora con las distintas fuerzas políticas para garantizar los números que permitan dar lugar a la media sanción de la ley. Fuentes del entorno que acompañaron su labor destacaron ante este medio su rol protagónico y remarcaron que "trabajó a destajo, horas y horas al pie" en una tarea a la que calificaron como "maratónica".
Desde La Libertad Avanza consideran que tanto Francos como Menem conforman "el ala más conciliadora" de la administración, encargada de flexibilizar las resoluciones del Gobierno, a pesar de las intenciones originales de Santiago Caputo, perteneciente al "ala dura", de los más reticentes a aplicar modificaciones.
Más allá de las distinciones, Caputo, Karina Milei, Francos y Menem mantienen un sinfín de intercambios diarios para afinar la estrategia en la medida de lo requerido.
A principios de semana, en la víspera del tratamiento en comisiones, el mandatario recibió en la quinta de Olivos a José Luis Espert, con quien mantiene una relación de años y al que apoda "el profesor". Hoy, titular de la Comisión de Presupuesto en la Cámara Baja, el diputado de Avanza Libertad es otro de los delfines libertarios para la aprobación de la ley, con el que el mandatario afinó los detalles para la conquista del dictamen.
El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, completa la lista de funcionarios con papel preponderante en el diagrama del megaproyecto dado que tiene a su cargo el comando del equipo técnico que redactó cada punto del contenido, con sus respectivas modificaciones, integrado por el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y vicejefe de Gabinete, José Rolandi, entre otros.