Primera prueba de la gestión de Milei en el Congreso: los 4 desafíos que le imponen la Ley ómnibus y el mega DNU
El presidente Javier Milei se enfrenta a las primeras pruebas políticas para su gestión en el Congreso, en una suerte de "bautismo de fuego" que se dará en los próximos días entre el tratamiento de la Ley ómnibus en la Cámara de Diputados y la intención del kirchnerismo de bloquear el "mega DNU" que se cocina allí y también en el Senado.
Mientras se prepara para el desafío que le planteó la CGT con el primer paro general y movilización en contra de esas dos medidas, el Presidente mira con atención al Congreso porque tanto en el Gobierno como en la oposición más dura y más dialoguista entienden que allí será la verdadera prueba de músculo político para un oficialismo que no tiene mayoría parlamentaria.
En ese aspecto, el Gobierno tiene cuatro desafíos por delante de los cuales tres tienen que ver con todo lo que necesitará cumplir para que la "Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos", también llamada "ley ómnibus", avance y se convierta efectivamente en una ley. Para ello, debe imponerse en Diputados primero y en el Senado después.
La cuarta posta para Milei de cara al Congreso será contener el intento de asestarle un golpe político al Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 que desregula numerosos aspectos de la economía y que, si bien ya espera resolución de la Justicia, está a tiro de sufrir algún un traspié parlamentario que puede no ser definitivo pero sí implicar una derrota simbólica para el Gobierno.
Cuáles son los primeros desafíos de Milei en el Congreso
En la Cámara de Diputados el oficialismo busca firmar el dictamen para el proyecto de Ley ómnibus esta semana y convocar a una sesión para el jueves, viernes o incluso sábado con el fin de aprobarlo. Más allá de la aprobación, que es lógicamente un desafío para el Gobierno, en ese debate se presentarán otras pruebas para la pericia política de los libertarios.
Por un lado, según las estimaciones más optimistas de los distintos bloques la sesión podría durar entre 30 y 48 horas y en un tratamiento tan extenso para el oficialismo siempre es clave cuidar el quórum en todo momento. Para lograr su objetivo lo primero que tendrá que evitar cualquier descuido que le dé a la oposición más dura una mayoría momentánea en el recinto como para presentar una moción y alterar los planes de la sesión.
Si cumple con ello (algo para lo que necesitará disciplinar a los propios y tener ayuda de los opositores más colaborativos y también más experimentados) el segundo desafío será en la votación particular del proyecto, donde tendrá que velar porque no resulte rechazado ningún artículo o capítulo puntual que considere importantes por falta de consenso. Las horas previas, mientras transcurre el debate, serán centrales para el "poroteo" sobre los detalles del texto.
A ello le seguirá el tercer desafío para el gobierno de Milei, que se dará si logra aprobar el proyecto en Diputados: construir una mayoría en el Senado para convertirlo en ley. En la Cámara alta el escenario asoma complejo porque la oposición "dura" que encarna Unión por la Patria está mucho más cerca de la mayoría que en Diputados y hay senadores que pueden jugar para un lado u otro.
Por qué el Senado es más difícil para la Ley ómnibus
En la Cámara alta que preside Victoria Villarruel La Libertad Avanza ya logró tejer una alianza con los bloques del PRO, de la UCR y federales que le dio un primer triunfo en la pelea por quedarse con las cabeceras de las comisiones. Sin embargo, ese frente tiene algunas fisuras que quedaron expuestas en las últimas semanas.
Entre los senadores del extinto interbloque de Juntos por el Cambio hubo críticas en diciembre al "mega DNU" de Milei y también tienen reparos frente a la Ley de Bases. Aún si lograra alinearlos -para lo cual será fundamental lo que ocurra en Diputados- los 3 que integran el bloque Unidad Federal son un universo aparte con el que el oficialismo tendrá que negociar.
Lo más difícil, sin embargo, será conseguir además el apoyo de los senadores de Juntos Somos Río Negro y del Frente de la Concordia de Misiones, espacios que gobiernan en esas provincias y que son independientes de los otros polos políticos. La dificultad se notó días atrás cuando se frustró el intento de Villarruel de avanzar con la aprobación de la Boleta Única en Papel.
Los rionegrinos y los misioneros, que habían jugado con el oficialismo en la pelea por las comisiones, no se pusieron de acuerdo en ese tema y le quitaron apoyo a la iniciativa de La Libertad Avanza, que quedó así en desventaja frente a Unión por la Patria.
Para convertir en ley el proyecto núcleo de la gestión de Milei, La Libertad Avanza necesitará volver a convencerlos. "El acuerdo con esos sectores ya tendría que estar buscándose con los diputados para que replique en el Senado pero por ahora eso está en duda", señaló a iProfesional una fuente parlamentaria.
El "mega DNU": el otro desafío en el "bautismo de fuego" de Milei
La situación en el Senado es compleja porque Unión por la Patria cuenta con 33 votos y está apenas a cuatro de tener la mayoría absoluta de 37. Esa realidad no solo es un tema a resolver por parte de La Libertad Avanza para aprobar la Ley de Bases, sino que también impacta sobre el cuarto desafío que tiene Milei en el Congreso: sostener el "mega DNU".
Vencido el plazo para convocar a la Comisión Bicameral que debe tratar los decretos -porque Diputados no remitió todavía a sus representantes para ese cuerpo- el Congreso puede activar el debate de oficio. En Diputados el kirchnerismo ya presentó un proyecto para declarar la nulidad del DNU pero en el Senado es donde se mueven más cómodamente en esa dirección.
La bancada que preside José Mayans con asistencia de las ultra K Anabel Fernández Sagasti y Juliana di Tullio tiene puentes activos con los rionegrinos y los misioneros, aunque no les alcanzaría solo con ellos para votar un rechazo al DNU. Por eso, miran también a senadores desperdigados de Juntos por el Cambio que habían cuestionado la medida para tratar de llegar a los 37. La intención es reunir apoyo para pedir una sesión y forzar al oficialismo a ir al recinto.
Si bien para que un DNU caiga debe ser rechazado por las dos Cámaras del Congreso y en la de Diputados el kirchnerismo y la izquierda tienen más lejos la mayoría, un eventual rechazo en el Senado sería un golpe político para Milei mientras espera una decisión en el plano judicial sobre el capítulo laboral del decreto.
Así, Javier Milei tiene su "bautismo de fuego" en el Congreso con cuatro desafíos que rodean a los dos hitos con los que busca marcar la impronta de su Gobierno. La capacidad de lograr acuerdos para mantener a la oposición dialoguista lejos del kirchnerismo y sortear su debilidad numérica, producto de las elecciones generales en las que salió segundo y no del balotaje que ganó con apoyo suficiente, será clave.