Insólito: el intendente de La Matanza, donde ocurrió la masacre de 5 personas, vive en Puerto Madero
Los vecinos del barrio más joven de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hace un tiempo que no ven a Fernando Espinoza caminar por las cercanías de una de las torres más exclusivas cercanas al Puente de la Mujer donde pasó buena parte de los cuatro mandatos que lleva como intendente de La Matanza, un distrito de la provincia de Buenos Aires, cuyo peso electoral equivale a cinco provincias juntas, por ejemplo, a La Rioja, Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Pampa y Catamarca.
Trabajadores de locales gastronómicos y habitués de la zona ya no lo ven tan seguido como antes.
Antes, era durante los mandatos presidenciales de Néstor y Cristina Kirchner. "En 2007, Néstor abrió sus oficinas en Puerto Madero para seguir la gestión de su esposa y Espinoza no hacía más que caminar unos metros desde la torre que habita cercana al Puente de la Mujer, vestido de entrecasa, para verse con Néstor y, con otro vecino del barrio en ese entonces, Amado Boudou", cuentan los que suelen observar esa pasarela política que es, en ocasiones, Puerto Madero.
Sin embargo, para guardar las formas y evitar los escraches, Espinoza ya no se deja ver tanto por Puerto Madero y mantiene su domicilio en Villa Luzuriaga en La Matanza. Va con mayor asiduidad a la sede gubernamental en San Justo, pero tiene períodos en los que desaparece durante varios días y suele ser estricto con sus secretarios y ministros que le responden para realizar un seguimiento con los temas de su interés.
Maneja la gestión del territorio delegando, pero de manera férrea. Una intendencia que es la más poblada de toda la provincia de Buenos Aires, con 1.837.774 habitantes, según el censo de 2022.
Es, precisamente, en ese territorio que bien podría ser considerada una provincia en sí misma, donde se desencadenó la violencia que dejó un tendal de muertos ante la problemática de la carencia de viviendas, usurpación de terrenos privados y estatales por mafias que actúan bajo el amparo de las autoridades y, por sobre todas las cosas, un lugar donde rige el imperio de la ley del más fuerte que se grafica en la impunidad con la que comenzaron los disparos de armas de fuego el domingo pasado.
En ese contexto de alta conflictividad social, marginalidad, y explotación de los individuos, se desenvolvió la balacera en la localidad de González Catán que, a pesar de ser un hecho espeluznante de la realidad nacional, dejó de sorprender a la opinión pública que conoce de manera consciente la degradación de la sociedad nacional.
¿Qué hace el reelecto, por abrumadora mayoría de votos, Fernando Espinoza?
Un intendente que va por su cuarto mandato, que logró doblegar en la interna de su partido, el Frente de Todos, el abierto desafío del Movimiento Evita, del tándem matrimonial, Emilio Pérsico-Patricia Cubría, para luego doblegar las aspiraciones del "Dipy" que competía en la boleta de los libertarios y de la tradicional oposición a medias que ejerce Juntos por el Cambio que suele promover candidatos poco conocidos para competirle o que enamoran poco a los vecinos de La Matanza.
Por ahora, Fernando Espinoza, se aferra a la doctrina del "todo pasa". Una frase que popularizo el extinto Julio Humberto Grondona, quien fue por años mandamás de la AFA y que se la grabó en un anillo el dirigente del fútbol del ascenso y de Independiente, Noray Nakis, para dejar en claro que en la vida siempre hay una segunda oportunidad. Las cosas pasan, las malas pasan y lo mejor es cerrarlas rápidamente para que se inicien otras.
Esa doctrina de vida parece ser la que adopta, Fernando Espinoza, cada vez que ocurre una crisis en la intendencia que preside. Para algunos, hace como el avestruz y esconde su cabeza en la tierra, pero, la realidad indica que, frente a la crisis, Espinoza ni habla, ni responde públicamente y monitorea todo desde la distancia.
No va al lugar de los hechos y prefiere mantenerse alerta por los mensajes de WhatsApp que le envían desde su Jefatura de Gobierno varios funcionarios que suelen atiborrarlo con grabaciones en su teléfono celular al igual que dos de sus secretarias privadas de la intendencia.
Sin embargo, en ocasiones, Espinoza prefiere contestar con delay. Responde mensajes urgentes dos o tres días después, por aquello de "todo pasa".
Antecedentes de este alejamiento de situaciones "calientes" no faltan en el historial de Espinoza. Siempre se aferró a evitar realizar pronunciamientos públicos sobre graves hechos de inseguridad que conmocionaron a la opinión pública, más allá de los límites de La Matanza.
Bastará con recordar el triste crimen del colectivero Daniel Barrientos en la localidad de Virrey del Pino, en abril de 2023, un trabajador muy querido por sus vecinos y sus pasajeros o el asesinato de Roberto Sabo, el kiosquero de Ramos Mejía, otra de las víctimas de criminales beneficiados por doctrinas garantistas aplicadas en la justicia.
En esos casos, el silencio de radio de Fernando Espinoza se torna atronador y, en el reciente caso de la masacre desatada por tierras en la localidad de 20 de Junio, no parece ser la excepción, a juzgar por los últimos movimientos. La explicación que ofrecen sus asesores y voceros es que "no quiere hablar públicamente porque la Justicia interviene en este caso y Fernando es respetuosa del proceder de otro poder del Estado".
En este caso, desde la intendencia se elaboró un comunicado donde explica que la comuna había denunciado hace dos años la usurpación, en sede judicial, que el domingo terminó en un enfrentamiento con víctimas mortales incluidas.Por otra parte, el comunicado de la intendencia prefiere cargar contra dirigentes de la oposición de Juntos por el Cambio a los que responsabiliza por la situación.
Principalmente, contra la titular del PRO y ministra de seguridad nacional, Patricia Bullrich y contra la ex gobernadora María Eugenia Vidal y su ex ministro de seguridad, Cristian Ritondo. Para Bullrich, en La Matanza, "...cualquiera pueda tomar la ley por sus manos y hacer lo que quiera y se termina en estas masacres".
A lo que los asesores de Fernando Espinoza respondieron: "La ministra de Seguridad de Javier Milei hizo acusaciones maliciosas, absolutamente falsas y con una clara intencionalidad política en relación con la actuación del Municipio de La Matanza en una problemática de honda conmoción social como son las tomas de tierra", comenzó el comunicado titulado "La verdadera pasividad ante las tomas de tierra fue de Bullrich, Ritondo, Macri y Vidal".
Haciendo proselitismo de fe kirchnerista, Fernando Espinoza, prefiere pelear dialécticamente con el ala dura del PRO sin abandonar por un momento su "extrañamiento" con la realidad diaria de los vecinos de su partido. Ellos ya lo saben, el "barón" del feudo sólo aparece para las fotos de las inauguraciones, los festivales populares o en los encuentros políticos de dirigentes del peronismo. Siempre en las buenas y en las "roscas" políticas, nunca en las malas.