"¿La gente aguanta?": la pregunta que se hacen el mileísmo, la oposición y hasta el FMI
José Luis Espert, el áspero diputado de la Libertad Avanza, cobró más notoriedad en los últimos días por su férreo manejo de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Sin pelos en la lengua, suele cruzarse con Myriam Bregman (la llama "copito de nieve") y mantuvo un duro ida y vuelta con Santiago Cafiero en las últimas horas. Espert y Javier Milei se conocen desde hace años. Intentaron un camino juntos y llegaron al Congreso en el 2021.
Pero algo pasó y mientras Milei siguió por su lado con La Libertad Avanza hasta terminar en la Presidencia, Espert se sumó a Juntos por el Cambio, aunque mantuvo su sello Avanza Libertad. Parecía que la relación estaba rota, pero Milei lo convocó enseguida a la Casa Rosada para reunirse unos días después de asumir. Hablaron y se dieron cuenta de que están de acuerdo en casi todo. El presidente lo impulsó luego como jefe de esa estratégica comisión legislativa. Y Espert parece que no lo está defraudando.
En una de las tantas reuniones que mantuvieron en este mes de gobierno libertario, Espert le dijo algo que le quedó dando vueltas en la cabeza a Milei: "Ojalá la gente aguante la inflación que se nos viene, porque realmente creo que hay luz al final del túnel, como vos dijiste en las escalinatas del Congreso". La idea sólo sería una anécdota si no fuera porque fue una de las cuestiones claves que se trataron estos días en las prolongadas reuniones que los técnicos del FMI mantuvieron con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Luis Caputo. "Ojalá que la gente aguante", fue una idea fuerza central en mucho de lo que se discutió.
La razón: luego de que el INDEC informe este jueves la inflación más alta en treinta años -entre 25% y 30%-, lo que viene para este primer trimestre es motivo de preocupación no sólo en el gobierno, sino también entre los sectores empresariales, el sindicalismo y la Iglesia. El proceso de estanflación que empezó ya a atravesar la Argentina se agudizaría con fuerza a partir de la segunda quincena de enero, deprimiría mucho los ánimos en febrero y prepararía un terreno muy complicado para marzo, cuando los padres tengan que hacer frente a la compra de útiles escolares y viandas para sus hijos, además de pagar las cuentas de las vacaciones, aquellos que pudieron darse ese "lujo".
La escalada de precios que se profundizó tras la mega devaluación del 13 de diciembre amaga con hundir cualquier expectativa de los sectores medios de que exista luz al final del túnel. Los salarios se evaporan a la velocidad de un rayo. Ya hacen falta 500 mil pesos para no ser pobre por ingresos en la Ciudad de Buenos Aires. Un anticipo reservado elaborado por técnicos cercanos a la Universidad Católica proyectó que a fines del 2023 la pobreza ya afectaba a la mitad de la población argentina, constituyendo un escenario desgarrador. La clase media baja ya estaba instalada entre los niveles de ingresos más bajos.
Ya no sólo hay empleados en relación de dependencia que cayeron a los deciles de pobres. Incluso muchos que tienen dos empleos no pueden sumar lo necesario para hacer frente a gastos cotidianos disparados hasta la estratósfera. Los técnicos del FMI -de quienes se podría decir que habitan una burbuja con sus altísimos salarios en dólares- parecieron tomar conciencia de semejante cuadro social durante los cónclaves mantenidos con funcionarios argentinos. La cuestión social ocupó como nunca largos párrafos en el comunicado oficial difundido este miércoles por la noche desde Washington.
"Las autoridades están consiguiendo apoyo social y político para su plan de estabilización", dijeron los técnicos del Fondo, quienes destacaron que el plan Milei-Caputo también busca "ampliar la asistencia social para proteger a los más vulnerables".
Subrayaron también que se reforzó "significativamente la asistencia social a través de programas de subsidios por hijos y cupones de alimentos". Y hasta ponderaron la intención de acabar con la corrupción en la ayuda social, al señalar que la administración Milei "se aleja de los programas sociales distribuidos a través de costosos intermediarios". Y hay margen para más: el documento revela que hay una decisión de "preservar el valor real de las pensiones y aumentar la asistencia social según lo justifiquen las condiciones".
Massa, Kicillof y La Cámpora creen que esto no aguanta
Sergio Massa, quien recibió duras críticas en el comunicado del FMI por su fallido "Plan Platita", mantuvo el jueves pasado un encuentro con la cúpula de la CGT. Coincidió con las preocupaciones de los capos sindicales, pero consideró equivocada la decisión de mostrar los dientes con un paro, aunque sea de 12 horas, como el lanzado para el 24 de enero. Para el ex candidato presidencial, la decisión fue apresurada. Durante el encuentro, el líder del Frente Renovador y ocho dirigentes de la central gremial analizaron el escenario y coincidieron con sus críticas al ajuste feroz aplicado por Milei.
Massa consideró equivocado llamar a un paro general a un mes y medio de la asunción del nuevo gobierno. "Si a 45 días le hacés un paro general, a los 90 días, ¿qué hacés? ¿Un bombardeo?", ironizó. Cerca de Milei se toman las jugadas del peronismo muy en serio. El sector de halcones mileístas cree que hay dirigentes en el peronismo que ya están jugando al desgaste prematuro del gobierno y hasta hacen circular rumores en ámbitos legislativos de que para marzo podría haber una fuerte protesta social.
Hay tres sectores del peronismo que creen que este esquema de ajuste con devaluación e inflación no aguanta, y que Milei deberá barajar y dar de nuevo. En el pronóstico coincidirían Massa, Axel Kicillof y La Cámpora, que mantiene aún poder residual en el hecho de que tiene 10 intendentes alineados. Milei, pero sobre todo Mauricio Macri y Patricia Bullrich, repiten que nunca hay que subestimar la capacidad de daño y las ansias de poder de los peronistas. "Vamos a mostrar que hay un camino distinto al ajuste y la devaluación", dicen operadores cercanos a Massa y Kicillof.
Para que una opción alternativa de poder crezca o no, será clave cómo el gobierno logre manejar la delicada situación social, sobre todo en el conurbano. Cerca de Milei aseguran estar asombrados porque en lugares de La Matanza profunda, la gente que lo votó sigue dándole crédito al Presidente. Confían en que el deseo de cambio es tal que el verano será más tranquilo de lo esperado. No obstante, un cuadro donde la mitad de la gente es pobre, puede minar la paciencia de las familias postergadas.
Para colmo, en su comunicado, los enviados del FMI escribieron que el camino hacia la estabilidad "será desafiante y las condiciones empeorarán antes de mejorar". ¿Cuánto empeorarán? Lo dijo Espert: "Vienen tres meses muy complicados, vamos a tener entre 20 y 30 por ciento de inflación, hay que ver si la gente aguanta".