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La red de vínculos que salió a tejer Massa para atraer al establishment y debilitar el apoyo a Milei

La pareja que forma el ministro y candidato con la eventual primera dama se muestra como una sociedad política con un sólo objetivo: la Casa Rosada
17/11/2023 - 11:00hs
La red de vínculos que salió a tejer Massa para atraer al establishment y debilitar el apoyo a Milei

La estrecha relación que Sergio Massa tiene con sectores del empresariado es una de las certezas inobjetables de la política argentina. No de ahora. Desde la época en que el tigrense comenzó su carrera política, en parte de la mano de su suegro, el Pato Galmarini. El matrimonio Sergio-Malena fue construyéndose como una sociedad política que cree estar a un paso de alcanzar el gran objetivo que se fijaron hace un par de décadas: la Casa Rosada.

Los vínculos de Massa con el empresariado no terminan en él. Malena Galmarini supo tejer, en estos casi cuatro años al frente de AySA, una relación muy cercana con el "rey del cloro", como se lo conoce a Mauricio Filiberti, el único proveedor del Estado de los químicos necesarios para purificar el agua. Lo hace a través de Transclor SA.

Crece el entusiasmo de empresarios por Massa

Filiberti supo construir su fortuna no sólo por su relación con los Massa, sino también con todas las gestiones anteriores al frente de la empresa de aguas y saneamiento. La billetera interminable de Filiberti ronda los 300 millones de dólares. Es sin dudas un pez gordo a seducir para cualquier campaña presidencial con aspiraciones. En el rubro "agua", las excelentes relaciones de los Massa no terminan en Filiberti, sino que también incluyen a su contraparte gremial, José Luis Lingeri, representante del 10% de las acciones de Aysa, que fueron asignadas a los extrabajadores de Obras Sanitarias de la Nación tras la reestatización.

Malena, Filiberti y Lingeri acaban de ser denunciados por la Coalición Cívica (CC) por una contratación supuestamente "plagada de irregularidades". Las espadas de Elisa Carró los acusan de los delitos de "fraude a la administración pública y violación de los deberes de funcionario". La inquieta diputada Mariana Zuvic es una de las denunciantes. La licitación se encuentra en proceso de definición. Filiberti se presentó en junio de este año como único oferente. Si se la adjudica, cobrará más de 127 millones de dólares a cambio de explotar, mantener y abastecer de policloruro de aluminio a AySA hasta 2028. Según los "Lilitos", se elaboró un pliego a la medida de la empresa de Filiberti y se le hizo perder millones al Estado.

Massa y Galmarini comienzan
Massa y Galmarini comienzan a aceitar sus vínculos con el establishment para obtener su apoyo en un eventual gobierno.

No es el único empresario con el que Massa tiene línea abierta en forma permanente. Los principales constructores del país mantienen un estrecho vínculo con el ministro de Economía candidato. El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss -un platense inicialmente pyme que debió agarrar la papa caliente de conducir esa entidad luego de las revelaciones de los "cuadernos de las coimas"-, tiene un diálogo aceitadísimo, no sólo con el tigrense, sino también con Gabriel Katopodis, el ministro de Obras Públicas al que Massa tiene en alta consideración.

Los constructores vienen dando pruebas de su lealtad en favor de la candidatura presidencial de Massa. Weiss pondera cada vez que puede la "inversión en obra pública". No es para menos. El Gobierno completó 3.600 contratos de obra desde el inicio de la gestión. La inversión es descomunal: $670.000 millones, a razón de $167.000 millones por cada año de gobierno. Sólo hubo algunas dificultades de retrasos en los pagos a mediados de año. Pero luego todo se aceitó a medida que Massa puso a andar a pleno el "Plan Platita". Iván Szczech, el anterior presidente de CAMARCO, también es un fervoroso massista. La cúpula de la entidad acaba de expresar a viva voz su respaldo al candidato de Unión por la Patria. No había que esperar menos. Encima Milei acusa a los principales constructores de ser "parte de la casta que hay que exterminar".

Aquí también, como en el caso del agua, el círculo entre política, empresarios y gremios cierra a la perfección. Gerardo Martínez, el líder de la UOCRA, dijo que Massa "sale de las posturas fanáticas y cerradas, y por eso es nuestro candidato". Lo curioso, en este caso, es que "Fratacho" Martínez también mantiene una línea tendida con el libertario. La razón: el candidato de La Libertad Avanza propone ir a una reforma laboral basada en el régimen más flexible que tiene la construcción, con "seguro de desempleo" incluido.

¿El establishment se aleja de Milei para acercarse a Massa?

"Por qué querríamos acercarnos a un tipo que nos castiga por los medios y cuando le pedimos una reunión nos manda al demonio". La definición, contundente, la dio a iProfesional un veterano empresario que supo tener buena relación no sólo con el kirchnerismo, sino también con el macrismo y, por supuesto, el gobierno actual. Hablaba claro de Javier Milei.

Pese a que Milei
Pese a que Milei supo forjar un buen vínculo con el establishment, los empresarios ya no ven con "malos ojos" a Massa.

Pero este cierto desdén del establishment por el libertario no obedece sólo a que no les atiende el teléfono. Sectores del establishment que inicialmente desconfiaban de Massa por su vínculo con Cristina Kirchner, y terminaron votando a Patricia Bullrich en las generales, han empezado a mirar cada día con mejores ojos al tigrense, y esa mirada parece irse aclarando a medida que se acerca el balotaje.

Las razones, esgrimidas por referentes del sector industrial y del comercio, ante iProfesional, es que empiezan a creer que Massa será capaz de "contener" los avances del kirchnerismo duro y virar hacia un "centrismo racional". "Una cosa era elegir entre dos candidatos con equipos y probada capacidad de gobernar. Otra es apostar a un candidato demasiado irracional, con poca gente probada en la administración del Estado", explicó el gerente de una de las principales cámaras empresariales del país.

Los hombres de empresa consideran que la Argentina debe dar un giro lo más rápido posible y de casi 180 grados ("hay que cambiar muchísimas cosas", afirman), hacia un modelo que incluya "racionalidad cambiaria, eliminando trabas para el comercio exterior, fuerte ajuste del gasto público y rebajas impositivas". "No se equivoquen con Massa. No será una marioneta de Cristina. A ver si todavía nos sale un presidente que termina siendo más ortodoxo y celoso del gasto que el plan motosierra que propone el ‘peluca’", disparó un empresario de alto perfil, que supo mantener fuertes intercambios con el kirchnerismo en sus "años mozos", como le gusta decir.

Esa presunción fue ratificada este jueves en la presentación que Massa hizo ante los influyentes empresarios del Consejo Interamericano de la Producción (Cicyp). Allí, Massa dijo que si llega a la Presidencia quiere un país en el que "el Estado no gaste un centavo más de lo que ingrese".  

Reconoció ante los hombres de negocios que "puede haber dudas" respecto de su futuro Gobierno, pero pidió "tiempo" para que lo vean gobernar, y llamó a "salir de un ecosistema tóxico para que crezcamos todos juntos". En línea con los reclamos del establishment, Massa también sostuvo que "no puede ser que haya 150 impuestos en la Argentina, no se puede seguir con este festival de impuestos con doble o triple imposición", pero advirtió que esos cambios se realizan "con diálogo y no con agravios".

El domingo se sabrá si este giro que empiezan a evidenciar algunos sectores del establishment, tiene correlato en las urnas.

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