Massa consiguió el "milagro": el papel que jugó Milei y la apuesta por la crisis en JxC para llegar al balotaje
Las elecciones generales dejaron una sorpresa mayor a la de las PASO con el triunfo que logró el candidato oficialista Sergio Massa, quien a pesar de ser el ministro de Economía que llevaba a cuestas un crecimiento de la inflación y varios saltos del dólar dio vuelta la carrera con el libertario Javier Milei y ahora se encamina a un balotaje con varios factores políticos que podrían jugarle a favor, entre ellos, la crisis que se abre dentro de Juntos por el Cambio.
A los ojos de todo el peronismo, Massa logró un verdadero milagro. Con el 36,6% de los votos contra el 29,9% de Milei, que venía de ganar las PASO y creció apenas un punto en las generales, el candidato de Unión por la Patria se afianza como favorito para la segunda vuelta y además abre una crisis en Juntos por el Cambio, donde el 23,8% que obtuvo Patricia Bullrich cayó como un rayo.
Ahora empieza la carrera entre Massa y Milei para convencer a los votantes de Bullrich, de Juan Schiaretti, que sacó el 6,7% y de Myriam Bregman, que obtuvo el 2,7% y allí, el ministro-candidato tiene perspectivas algo mejores que el libertario, a quien le será casi imposible seducir a quienes optaron por el Frente de Izquierda. Los votos del cordobés podrían ser clave: en esa provincia volvió a ganar La Libertad Avanza y Unión por la Patria quedó cuarto.
No obstante, el clima que quedó en Juntos por el Cambio también puede jugar a favor de Massa. En la UCR se cansaron de tener cortocircuitos con el "ala dura" del PRO y sobre todo con el ex presidente Mauricio Macri (empezaron durante su gestión y se profundizaron en esta campaña). Con este resultado esa relación queda aún peor, según deslizaron fuentes del espacio a iProfesional.
El juego de la UCR, que se ve permanentemente insultado por Milei y que ahora pasará a gobernar cinco provincias, puede ser determinante en el mes que queda hasta el balotaje del 19 de noviembre. Massa lo sabe y por eso machaca desde las PASO sobre la idea de convocar a un "gobierno de unidad nacional" que, con Juntos por el Cambio fuera de la carrera, puede tomar otro color para una parte del radicalismo.
El papel de Milei en el "milagro" de Massa y la derrota de Bullrich
Más allá del llamado "Plan Platita" del ministro-candidato e incluso de la "campaña del miedo" que desplegó el oficialismo con Milei en primer plano, lo que más ayudó a Massa fue la simple división del voto opositor. Si bien entre los estrategas de campaña de Juntos por el Cambio se evaluó en los últimos meses que el libertario le "comía" más votos al peronismo que a ellos, en las elecciones se impuso la dinámica más lógica.
La gran fortaleza de Juntos por el Cambio desde 2015 fue siempre su condición de alianza opositora. La unidad de partidos que hasta entonces jugaban por separado contra el kirchnerismo. La aparición de una segunda opción opositora no podía generar otra cosa que una división entre los votantes más refractarios al peronismo y cualquiera de sus variantes.
Con cualquier perfil, incluso con uno menos disruptivo que el que tiene, la sola presencia de Milei era desde el inicio una amenaza para Juntos por el Cambio y así lo presintieron tanto Bullrich como Macri. Por ello ninguno de los dos dudó en coquetear con el libertario en la campaña para las PASO, algo que después la candidata tuvo que dejar de lado por la necesidad de enfrentarlo en las urnas.
La acusación de Bullrich a Milei de haberse dejado "armar" las listas "por Massa" de haberse aliado con "la casta" por su acercamiento al histórico sindicalista peronista Luis Barrionuevo parece hoy, a la luz del resultado de las elecciones, una premonición de la ayuda indirecta que el libertario representó para el oficialismo cuando todo sugería que la crisis económica le asfaltaba el camino a Juntos por el Cambio para volver al Gobierno.
Cumplido el objetivo de Massa de meterse al balotaje con Milei y desplazar a Juntos por el Cambio, se abre un escenario político totalmente nuevo en el que el candidato de Unión por la Patria apostará por la crisis del que hasta ahora fue el principal espacio opositor al peronismo.
La crisis de Juntos por el Cambio y el dilema del balotaje para el PRO y la UCR
Una vez que se conocieron los resultados Bullrich se reunió con parte de la cúpula de Juntos por el Cambio para analizar los pasos a seguir y, sobre todo, el mensaje que darían de cara al balotaje. Sin embargo, ordenarse después del mazazo electoral les llevará "unos días", según deslizaron en el búnker a iProfesional.
La derrota abrió una crisis en la alianza entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y otros partidos porque el posicionamiento de cada uno frente a la figura de Milei (más que frente a Massa) es muy distinto y, por si eso fuera poco, bastante público. Lógicamente, el candidato de Unión por la Patria buscará explotar esa situación. Más allá del disimulo, sus relaciones personales con referentes del espacio (Larreta y el líder del radicalismo Gerardo Morales, entre otros) son conocidas.
Un sector del radicalismo ya se ocupó de filtrar que en el partido son varios los que responsabilizan por la derrota a Macri y su coqueteo con el libertario. En el PRO, en tanto, reconocen que la interna entre Bullrich y Larreta le hizo un daño a toda la coalición. En cualquier caso, la amenaza de ruptura ante el balotaje que les tocará mirar desde afuera empieza a tomar carnadura.
No es un deseo de quienes integran Juntos por el Cambio. Saben que a pesar del resultado de las elecciones presidenciales todavía ostentarán poder político en el Congreso, donde el próximo gobierno, sea del color que sea, no tendrá mayoría y necesitará tejer acuerdos. Pero para ello deben mantenerse unidos.
Con Bullrich a la cabeza, la coalición opositora buscará la forma de que el balotaje no los separe, pero la relación política entre el PRO y la UCR pende de un hilo. Al reconocer la derrota, la candidata no hizo alusiones ni a Massa ni a Milei pero lanzó un guiño al señalar: "Nunca vamos a ser cómplices del populismo, ni de las mafias".
Sin embargo, hubo pocas figuras de la plana mayor del radicalismo en el escenario y los que estuvieron no ocuparon la primera línea, salvo Luis Petri, compañero de fórmula. Y en el PRO tampoco hay unanimidad de cara al balotaje. El ala "larretista" es una incógnita. "Los radicales tienen 140 años de internas, acá el PRO es el drama griego", deslizó una fuente de la coalición opositora a iProfesional al ser consultada sobre el futuro de Juntos por el Cambio.
Milei ya sale en busca de Juntos por el Cambio y suma tensión a la coalición
La estrategia de Milei para el balotaje influye en el clima interno de Juntos por el Cambio. Y es que el libertario empezó en la misma noche del domingo a buscar el apoyo de la alianza opositora y de sus votantes.
"La opción es muy clara: o cambiamos o nos hundimos", lanzó Milei durante su discurso post elecciones y agregó: "Todos los que queremos un cambio tenemos que trabajar juntos". La palabra "juntos" la repitió una seis veces y no pareció una casualidad.
El candidato de La Libertad Avanza orientó su discurso en contra del "kirchnerismo" y con ello tomó inmediatamente el lugar que hasta ahora y durante los últimos 10 años ocuparon Macri y Bullrich.
Milei intentará captar al voto más "anti K" que fue para Bullrich con el fin de ganar el balotaje. En La Libertad Avanza apuestan por la ayuda que les pueda brindar Macri, con quien el candidato libertario tuvo fluido diálogo durante este año. Es poco probable que el ex presidente le niegue esa ayuda.
La hoja de ruta del economista anarco capitalista es inevitablemente incómoda para Juntos por el Cambio y su intento de mantener la unidad, precisamente por las diferencias entre Macri y los principales referentes del radicalismo pero también por los reconcores que quedaron entre el ex pesidente y el sector de Larreta, donde nunca abandonaron la idea de que les jugó "en contra" en la interna con Bullrich.
El plan de Massa: la "unidad nacional" y el "fin de la grieta" para diferenciarse del kirchnerismo
A pesar de haber conseguido dar vuelta no solo el resultado de una elección sino todo el escenario político que enfrentaba el experimento político que en 2019 crearon Cristina Kirchner y Alberto Fernández, Massa evitó el tono festivo.
Una vez confirmado su triunfo, Massa habló en primer lugar del "momento difícil" que atraviesa el país e incluso dijo ser consciente de que muchos lo votaron "como una forma de plantear qué querían y qué no querían" y que no le dieron "un cheque en blanco", una forma sutil de decir que sabe que el miedo a Milei fue clave.
En ese marco, la estrategia del candidato de Unión por la Patria tiene dos patas: una es buscar a ese 26% del padrón que no fue a votar y la otra es empezar a desentenderse en lo discursivo y también en lo político del kirchnerismo.
"La grieta se murió", lanzó Massa. Se trató de un primer paso en la estrategia de pararse como un líder nuevo que puede tener al kirchnerismo como socio pero no como jefe y, con ello, tratar de bloquear el plan de Milei: presentarlo como referente del espacio de Cristina Kirchner. En ese sentido, no mencionó ni a la vicepresidenta ni tampoco al Presidente.
Massa empezó a hablarles de forma directa a los votantes de Schiaretti y de Bregman, sin perder el tiempo con sutilezas. En cambio, su insistencia en que convocará a un "gobierno de unidad nacional" intenta ser un llamado más disimulado que apunta al radicalismo.
El poder del "aparato" peronista, otro factor a favor de Massa
El resultado que logró Massa dejó en evidencia que en las PASO buena parte del aparato político del peronismo tradicional -el que manejan gobernadores e intendentes de todo el país- "arrastró los pies" y otro poco aportó la estructura de Juntos por el Cambio. Por acción u omisión y con distintas motivaciones (unos para perjudicar a la oposición, otros por la interna Bullrich/Larreta) todos ayudaron al libertario.
En esta ocasión, toda la estructura del peronismo se alineó detrás del candidato de Unión por la Patria. El holgado triunfo del gobernador Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires fue clave por el arrastre de votos del estratégico conurbano, pero igual de importante fue el Norte Grande, una zona a la que Massa prestó mucha atención luego de las PASO porque, solo entre las provincias que gobierna el oficialismo, representa al 17% del padrón nacional.
En las provincias de Tucumán y La Rioja el candidato de Unión por la Patria dio vuelta el resultado de las PASO de agosto que le había dado la victoria a La Libertad Avanza, mientras que en Salta Milei se mantuvo arriba pero cayó respecto de las primarias y Massa subió.
Con esto, el oficialismo compensó las previsibles derrotas en la región Centro. En Córdoba, Santa Fe y Mendoza, las más grandes después de Buenos Aires, Milei volvió a ganar, aunque Massa mejoró notablemente respecto de las PASO.
Esos territorios siempre fueron clave para Bullrich y, de hecho, la UCR gobernará dos de ellos. Las tres son la muestra más cabal de que Juntos por el Cambio fue el gran derrotado.