¿Habrá otra sorpresa en las elecciones del domingo?: las apuestas de las fuerzas en pugna y la amenaza del dólar
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¿Existe lugar para sorpresas en las elecciones del próximo domingo? Sin duda, la respuesta debe ser afirmativa. La experiencia de las PASO está como ejemplo fresco.
Antes del 13 de agosto, el consenso de la opinión pública, encuestadores y analistas marcaba que el primer lugar sería para el espacio de Juntos (con Patricia Bullrich imponiéndose a Horacio Rodríguez Larreta), el segundo para Unión por la Patria (Sergio Massa triunfando holgadamente sobre Juan Grabois) y tercero para la Libertad Avanza con su postulante único, Javier Milei. Ya sabemos lo que sucedió.
El saldo entre lo esperado y lo inesperado fue claramente en favor de lo imprevisto. El casi triple empate dejó a las dos coaliciones principales detrás de la más nueva. Los sondeos previos le daban al libertario una intención de voto del 20% promedio, muy lejos de lo que aconteció.
Elecciones: por qué todos los candidatos se ven en el balotaje
¿Y ahora? Se invirtieron los tantos para la primera vuelta y el consenso de los pronósticos señala que el "León" supera (para algunos, arañando la posibilidad de evitar el balotaje) al ministro-candidato y lo deja a una distancia que oscila entre tres y seis puntos, mientras que "Pato" sigue de cerca a Unión por la Patria. Claro que también hay números que arriesgan a UxP en la cima del podio. Pero la distancia que hubo hace solo dos meses entre las proyecciones y la realidad alienta a muchos a dejar abierta la puerta a las dudas.
Fuera de los búnkeres de campaña, nadie se arriesga a firmar nada. Dentro de los equipos, obviamente, la situación es distinta. Los que apuestan a Milei sostienen que la inercia de los ganadores los favorece y que entre los nuevos votantes se nutrirán de apoyos para estirar la ventaja. Como la situación económica empeoró en los últimos sesenta días hay más motivos, y no menos, para alentar un cambio total, agregan convencidos.
Los oficialistas arguyen que las medidas adoptadas para fortalecer los ingresos, combinadas con el temor a un salto al vacío, favorecen sus posibilidades en esta votación donde "se juega por los porotos".
Por su parte, en JxC señalan que entre la continuidad y la ruptura encarnan el cambio seguro.
El dólar asoma su cabeza en horas decisivas de la campaña
Resulta obvio que en la vida y en la política cada uno argumenta en función de sus gustos e intereses. Vayamos, entonces, a pedir ayuda al diccionario para buscar algo de objetividad narrativa. De acuerdo a la Real Academia, sorprender, en su primera acepción es tomar desprevenido. También puede definirse como algo raro o incomprensible o el descubrimiento de lo que se ocultaba o disimulaba.
Parece que los argentinos consultamos al "mataburros" porque las actitudes de estos días prueban que, más allá de simpatías y subjetividades, nos preparamos para cualquier escenario posible, no para uno específico. Allí está la cobertura en dólares de las últimas semanas, el refugio al que históricamente acudimos cuando tenemos que esperar inseguros respecto de lo que nos depara el destino.
Desde fines de septiembre estamos asistiendo a una corrida contra el peso que no expresa más que una situación casi de pánico en un contexto de suma incertidumbre. Motivos sobran.
El principal candidato a la presidencia declara que mientras "más alto el dólar" mejor para él y sus planes de dolarización. Los desequilibrios macroeconómicos actuales son pura y exclusivamente responsabilidad de este gobierno, sin dudas. Pero quien le suma estrés adicional se hace parte también del problema más que de la solución, ya que potencia la probabilidad de padecer corridas cambiarias, de deuda y de depósitos. Y el equipo de Melconian y compañía, al margen de dificultades personales, no suma demasiadas precisiones al debate.
Así que la manera en que se presentan los acontecimientos y la forma destructiva que muestra la competencia electoral hace pensar que el puente de transición es muy débil para soportar el peso de los temores. Y eso hace, por lo tanto, que resulte poco atractivo esperar en pesos hasta el 10 de diciembre.
"Lo peor ya pasó" acaba de manifestar, una vez más, el ministro-candidato. Aunque eso es lo que debe decir, resulta difícil coincidir. Atravesar el camino a diciembre requiere un mínimo consenso sobre la necesidad de desterrar la idea de que tierra arrasada es el mejor escenario para comenzar a gobernar.
El cuadro económico y social actual es muy malo. Evitar romper contratos, eliminar la posibilidad de una híper y/o una corrida de depósitos es mucho mejor punto de partida que destruir todo para empezar de nuevo. Si no se dan señales contundentes la noche del domingo 22 con los resultados puestos después del voto popular, habrá que prepararse para el resultado del voto de los mercados del lunes 23.