OPINIÓN & ANÁLISIS

El regreso de Cristina Kirchner a la campaña: lawfare, dolarización y ¿una ayuda indirecta para Patricia Bullrich?

La ex presidente vuelve para reflexionar sobre "la casta" de hoy y el "que se vayan todos" de 2023. Y le permite a Bullrich replantear su consigna favorita
POLÍTICA - 20 de Septiembre, 2023

A primera vista, será un fin de semana ideal para Patricia Bullrich: el sábado, volverá a escena Cristina Kirchner, justo cuando se acaba de saber que quedaron sin efectos sus sobreseimientos en dos causas judiciales. Es decir, sale de su ostracismo la enemiga preferida de Juntos por el Cambio -cuya consigna principal sigue siendo la de "terminar con el kirchnerismo para siempre"- y encima se reinstalará el tema de la corrupción.

Y el domingo, hay elecciones en Mendoza, donde puede imponerse el aliado de Bullrich, el gobernador radical Alfredo Cornejo. Eso le daría a la candidata de JxC la posibilidad de aparecer en un escenario de festejo electoral, por tercer fin de semana consecutivo, ya que antes compartió celebración junto a los gobernadores electos de Santa Fe y del Chaco.

De esta manera, ocurre una situación extraña, porque momentáneamente la campaña parece recuperar el tono que tenía antes de las PASO, cuando nadie esperaba que el libertario Javier Milei se impusiera y terminara acaparando el interés de la atención pública.

Para Bullrich, que a partir de entonces ha perdido posiciones en la campaña y hoy, según todas las encuestas, estaría quedando fuera del balotaje, será la oportunidad de recuperar protagonismo, retomar la línea discursiva anti-kirchnerista y recibir un envión anímico por las victorias provinciales.

De todas formas, hoy el interrogante que plantean los analistas políticos es hasta qué punto ha cambiado el debate público como consecuencia de la irrupción de Milei y si cuestiones como el "lawfare" y las discusiones sobre el  poder judicial tienen la capacidad de mover la aguja desde el punto de vista de la opinión pública.

Hay quienes se muestran escépticos en ese sentido, incluyendo a consultores como Jaime Durán Barba, identificado con la causa de Juntos por el Cambio. El "gurú" ecuatoriano se ha transformado en un duro crítico de la campaña de Bullrich, y comparó lo ocurrido la semana pasada: mientras la candidata presentó, junto al intelectual Santiago Kovadloff, un libro con propuestas programáticas de gobierno en un ámbito académico, Milei fue entrevistado por el periodista estadounidense Tucker Carlson, que alcanzó 360 millones de visitas.

"Si como analista político aparezco diciendo que Kovadloff es más oído que Carlson y que fue escuchado por más de 360 millones de personas, quedo de idiota. La campaña de Milei una avalancha de hechos curiosos. En este momento es un líder del que se habla en todo el mundo. Cuando asoma con una motosierra en una manifestación, recibo preguntas de todo lado acerca de quién es el personaje", plantea Durán Barba. 

Después de dos domingos de festejo en Santa Fe y Chaco, Patricia Bullrich puede repetir en Mendoza y, además, recuperar la oportunidad de confrontar con Cristina Kirchner

En la misma línea, el analista Jorge Asis cree que Bullrich se equivoca al enfatizar en su resistencia al kirchnerismo, porque argumenta que con la candidatura de Sergio Massa y con la salida de escena de Cristina, ese argumento perdió la fuerza que tuvo en otros momentos.

"Pifian los patriotas de Juntos al empeñarse (desde todos los frentes) en "destruir" al minoritario kirchnerismo. Se explica que se los coma - divertido, despacito- Milei. Y que con Massa los dejen afuera del ballotage", apuntó el controvertido analista.

Lo cierto es que, más allá de las especulaciones electorales, hará su regreso a la palestra Cristina Kirchner, lo cual siempre resulta, en sí, un hecho político, ya sea que elija denunciar al "lawfare", advertir sobre las consecuencias negativas del bimonetarismo o, como en este caso, presentar la reedición del libro "Después del derrumbe", publicado en 2003, y que recoge conversaciones entre Néstor Kirchner y Torcuato Di Tella.

Cristina, con la dolarización en foco

Sin embargo, Cristina ya dejó en claro que su intención va mucho más allá del recordatorio sobre cuál era el ambiente histórico de hace 20 años. No por casualidad, el título del afiche en el que se invita al acto dice "De castas, herencias, derrumbes y futuro". Es decir, todas palabras que se escuchan a diario en la agitada campaña electoral argentina.

Ya en otra recordada ocasión, Cristina había aprovechado un libro con foco en la historia reciente para enviar un mensaje político. Fue el recordado regalo de cumpleaños que le envió a Alberto Fernández justo después de que se hubiera aprobado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En aquella oportunidad el libro en cuestión era "Diario de una temporada en el quinto piso" de Juan Carlos Torre, que relataba cómo había fracasado el Plan Austral hasta derivar en la hiperinflación de 1989.

El mensaje de Cristina en aquel momento resultó muy claro: le estaba diciendo a Alberto Fernández que si seguía empeñado en parecerse a Raúl Alfonsín corría el riesgo de que su gestión terminara igual: perdiendo la elección y entregando el poder en medio de un caos económico y social.

Ahora, el libro que se reedita a 20 años es una reflexión sobre el significado que tenía, luego de la crisis de la convertibilidad, el reclamo de "que se vayan todos", y cuál era la demanda de cambio que pedía la sociedad argentina luego del traumático final del gobierno de Fernando de la Rúa.

Es un tema sobre el que la propia Cristina ya ha reflexionado en sus últimos actos y "clases magistrales", al analizar los riesgos de la democracia argentina próxima a cumplir 40 años. En su último acto en La Plata, la líder kirchnerista dijo que la "insatisfacción democrática" que hace dos décadas se reflejó en un rechazo a la clase política era, en realidad, la respuesta al fracaso del régimen de convertibilidad creado por Domingo Cavallo.

Y fue esa situación la que la llevó a cuestionar el planteo de Javier Milei sobre la dolarización, al que le auguró un final similar al experimento del "uno a uno".

La propuesta de dolarización hecha por Milei forzó a Cristina a buscar un tono diferencial en su prédica sobre la "bimonetariedad"

La descripción de la convertibilidad que hizo Cristina es la de un sistema que sólo pudo realizarse por dos circunstancias negativas: primero, una gran licuación de activos de los ahorristas y asalariados; y segundo, privatizaciones y una política de endeudamiento.

"La convertibilidad terminó como empezó", recordó Cristina, al comparar el plan Bonex de 1989 -cuando se hizo un canje compulsivo de depósitos bancarios por bonos a 10 años- con la implantación del "corralito" de Cavallo, que derivó en el final de hecho del "uno a uno", con la consiguiente mega-devaluación.

"Seguro me van a decir que no es lo mismo la dolarización que la convertibilidad. Y claro, es cierto: la dolarización es peor, porque de la convertibilidad salimos", argumentó.

Para Cristina, el problema de la dolarización es que la economía de Argentina se perjudicaría al adoptar la moneda estadounidense, por no poder adaptarse a los cambios del mercado internacional. En otras palabras, por perder su capacidad de devaluar ante las crisis.

¿Un favor involuntario a Bullrich?

¿Repetirá ahora Cristina esa crítica a Milei, que ha hecho de la dolarización su caballito de batalla? Cristina dijo que era necesario explicarles a los jóvenes -no por casualidad, el grueso del electorado del economista- cómo era el régimen de convertibilidad de los ’90.

Sin embargo, después del escenario post PASO se produce una situación curiosa: si Cristina se ensaña en su crítica al Milei corre el riesgo de favorecer indirectamente a Bullrich, dado que podrá hacer dudar a los jóvenes disconformes sobre si la dolarización es la receta adecuada, pero difícilmente pueda persuadirlos de apoyar al oficialismo representado por el ministro Sergio Massa.

Es todo un dilema para la vicepresidenta. Por un lado, la confrontación con Milei tiene, desde su punto de vista, algo a favor, que es dar como un hecho consumado que habrá un balotaje entre los libertarios y el peronismo, y que Bullrich ya está fuera de la discusión. Sin embargo, en esa confrontación Cristina puede terminar usando muchos de los argumentos que los economistas de línea ortodoxa -casi todos simpatizantes de la candidatura de Bullrich- plantearon para criticar la dolarización.

La reaparición e CFK ocurre tras la eliminación de dos sobreseimientos en causas judiciales: otra vez el "lawfare" en la agenda peronista

Eso la llevará a tener que diferenciarse no solamente del plan dolarizador, sino también de la propuesta del esquema bimonetario que defiende Carlos Melconian, el pre-designado ministro de economía de Bullrich.

Es un terreno pantanoso para Cristina, porque cada vez que habla sobre el problema de la economía bimonetaria termina inexorablemente refiriéndose a los perjuicios que ocasiona la relación con el FMI, y ahí puede terminar chocando con el propio Massa. De hecho, ya se insinuó una discrepancia cuando, al inaugurar el gasoducto de YPF, el ministro dijo que gracias a los dólares de la exportación de gas se saldarían las deudas con el Fondo, mientras que Cristina planteó que se debería priorizar la tarifa barata a nivel doméstico.

¿Una "lulización" en el cierre de campaña?

Claro que no es el único tema que preocupa a Cristina en este momento. Con un "timing" que seguramente a ella le parecerá producto de un plan orquestado, en los últimos días se conoció la decisión de la Cámara de Casación que deja sin efecto su sobreseimiento en dos causas.

Esto significa que la ex presidente volverá al plano protagónico como acusada en la causa "Hotesur-Los Sauces" -que investiga el desvío de fondos públicos hacia negocios de la familia Kirchner. Y también en la del presunto pacto secreto con Irán para garantizar impunidad a los sospechosos del atentado a la AMIA a cambio de favores comerciales del gobierno iraní.

El interrogante es si Cristina retomará la estrategia que había adoptado ya a fines del año pasado, cuando fue condenada en la causa Vialidad. Es lo que los analistas denominaron "lulizar la campaña". Después de plantear que había sido proscripta y de denunciar la connivencia de jueces y fiscales con el macrismo y con el multimedios Clarín, la vicepresidente presentó la situación política como una disputa entre el sector democrático de la sociedad y el que quería utilizar al poder judicial para frenar las políticas populares.

Era en ese contexto que se debatía en la interna peronista la conveniencia de replicar la estrategia de Lula en Brasil, que logró vencer a Jair Bolsonaro al personificarlo como un dirigente sin apego por los principios democráticos.

En caso de que vuelva sobre este punto, Cristina deberá elegir a cuál de los dos rivales del peronismo equipara como el peligro autoritario, si a Milei o a Bullrich. En cualquiera de los dos casos, existe el riesgo de que el argumento de la vice se pueda transformar en un boomerang político.

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