Bullrich y Jorge Macri palpitan el triunfo en la Ciudad: así buscan terminar con los reservorios de poder de Larreta
Casi nadie le está prestando atención. Claro, a la política porteña le falta atractivo, no hay una figura desencajada y fuera de lógica como Javier Milei, su postulante, Ramiro Marra, no mueve el amperímetro, es un gran candidato a quedar tercero en la Ciudad de Buenos Aires, y el radical devenido en kirchnerista, Leandro Santoro, podrá hacer una gran elección, pero no tiene ninguna chance de ganar.
En este caso mas que en ninguno, "Jorge Macri ya ganó", sea que consiga hacerlo en primera vuelta o lo haga en un ballotage, recordando que nivel local, hay que superar el 50% de los votos para ser consagrado Jefe de Gobierno. Esa es en realidad, la única duda que se cierne sobre el gobierno porteño: el cuando.
Santoro anda moviendo una consigna ingeniosa e interesante. Hay cartelería en vía pública que propone que si usted voto a Martín Lousteau, pero no quiere al primo de Macri, puede votar al originado en comité de Formosa 114. Los hay. Radicales con resentimiento por las reiteradas derrotas en la CABA frente al PRO, sea que vayan por adentro de Juntos por el Cambio o por afuera, como en 2015, y que tal vez opten por Santoro, al final del día, un radical alfonsinista jugado con los K sin demasiada convicción.
Pero todas las mediciones muestran que no por ingeniosa la jugada será eficiente. La enorme mayoría de quienes votaron al economista de juveniles rulos, seguirán dentro del oficialismo local. El espacio ha sumado entre sus dos candidatos, casi el 56% de los sufragios y, de repetir se consagraría en primera vuelta. Con su maniobra, Santoro busca estirar los tiempos, con 7 puntos de los 27 que sacó Lousteau, consigue el milagro.
¿Jorge Macri permitirá que siga existiendo el "larretismo" dentro de su gobierno?
Sin embargo, mas tarde o mas temprano la idea es que Macri primo ya ganó y se prepara para desembarcar en el despacho del titular del ejecutivo local en el bunker de la calle Uspallata. Y para eso, busca desembarazarse de cualquier atisbo del poder larretista, que su saliente antecesor ha construido a lo largo de los últimos 8 años.
"Jugó muy mal, todos ellos jugaron muy mal con Jorge, lo minimizaron y lo maltrataron, no es muy factible aceptar que ahora se van a avenir a los cambios y que el los acepte como parte del nuevo gobierno, necesita una estructura propia, no puede andar mirando para atrás cuando camina por los pasillos de Uspallata a ver quién lo va a apuñalar", explica alguien del riñón del primo del ex presidente.
La postura se ve reflejada en hechos. Algunos dicen que fue el mismo día que ganó, en el bunker de Parte Norte, otros aseguran que el día después, pero todos coinciden en que Macri exigió la renuncia de la ministra de Desarrollo Social de Horacio Rodríguez Larreta, María Migliore, con efecto inmediato.
"Apostó abiertamente por Lousteau, usó los fondos sociales del gobierno para condicionar el voto en las villas, manipuló a la gente con kirchnerismo explícito. En una transición dentro del mismo partido, no tenía ningún lugar", aseguran en el entorno de Jorge. No se equivocan, Migliore fue a cara descubierta al combate político contra Macri.
Donde también exigió el futuro Jefe de Gobierno una limpieza inmediata, fue en el ministerio de Seguridad y Justicia. Dicen quienes lo siguen que, desde allí, se operó fuerte contra su candidatura, que se utilizó a la policía local para hostigar a su gente, y hasta en reserva, aseguran que existía un sistema de inteligencia dedicado a espiar a los seguidores de Jorge, y generar "operaciones" para perjudicar al candidato. La caída de Marcelo D’Alessandro por sus chateos con el operador del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, habría debilitado la jugada "porque los puso a la defensiva y les quitó poder de fuego, pero lo que preparaban ahí era de muy mala leche", explican en el entorno de Macri.
Disputan el poder en distintos espacios
Ahora entra en disputa otro espacio de poder. Dos días después de la elección general, se eligen, además, Consejeros de la Magistratura porteños, en representación de la Legislatura. La costumbre histórica esta asentada sobre el acuerdo entre Daniel Angelici y Juan Manuel Olmos, actual vicejefe de gabinete de la Nación.
Como la designación requiere 2/3 de los votos de la Legislatura, es indispensable repartir los cargos con el peronismo y en ese reparto, el acuerdo Angelici – Olmos es sustancial. Por eso, siempre la lógica es: un consejero responde al "Tano", otro al propio Olmos y un tercero es del gusto del Jefe de Gobierno, que en este caso no será Horacio Rodríguez Larreta sino Jorge Macri, pese a que el ex precandidato presidencial, pretendía filtrarle a su casi seguro sucesor, a su propio candidato.
"Este se cree que nacimos ayer o que es el mas vivo del mundo. Nosotros vamos a respetar la lógica de los acuerdos históricos del distrito (en referencia a la dupla del Tano con "el Gordo"), pero no nos va a meter un consejero este tipo" dicen en las cercanías del primo Jorge.
Más allá de que diversos abogados del entorno del ex intendente de Vicente López, tienen posibilidades de ocupar la vacante, hay uno que parece llegar a la meta con "una rienda en cada mano": Martín Casares, actual secretario general de Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal, muy cercano a Germán Garavano y por ende, del absoluto agrado de Mauricio, a la sazón, el artífice de la elección de Jorge. Casares, dejaría a todos felices y, por cierto, a Larreta masticando bronca.
En definitiva, todos dicen que, el que llaman Blacri (por el Macri "negro"), ya copó el gobierno porteño, con una potencia que los larretistas no esperaban. Agregan que, los pasillos de Uspallata no son los que supieron ser: casi vacíos, sin el frenesí que tuvieron hasta las elecciones de agosto, y con muchas cajas con objetos personales, esperando a que sus dueños se aventuren en la nueva experiencia de explotar el sector privado.