Enacom prepara sus cartas para el juego del 5G: ¿cómo puede cambiar la entrada de Arsat en la partida?
El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) reunirá a su directorio la semana que viene, cuando se conozca el veredicto de las urnas en las PASO de este domingo 13 de agosto, la primera escala de las elecciones presidenciales del 22 de octubre. El organismo regulador tiene varios temas en carpeta, pero uno de ellos tiene que ver con el desembarco de la estatal Arsat como proveedora minorista de 5G.
La pulseada por la concesión del espectro 5G se viene recalentando desde fines del año pasado. El estado originalmente pretendía recaudar entre 800 y 1500 millones de dólares por la operación. Sin embargo, tal como contó iProfesional, las telefónicas no quieren pagar ese precio y corren al Gobierno con la cercanía del fin de mandato del presidente Alberto Fernández. Los operadores políticos y los directivos de las compañías telefónicas ya le hicieron saber a la Casa Rosada y al Palacio de Hacienda que prefieren hablar después de diciembre con la próxima administración, sera oficialista u opositora.
Desde hace un mes resuenan los rumores sobre una decisión política para rompar con ese corset que, en el peor de los casos, podría implicar que la futura licitación quede desierta. El riesgo de quedarse sin oferentes es una posibidad que en el Gobierno consideran improbable.
En ese contexto, la estatal Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat) podría transformarse en proveedor de internet wifi y 5G a partir de un pedido que presentaron sus autoridades ante el Enacom para contar con ese permiso.
El antecedente del satélite SES-17
El tema sería abordado la semana que viene y abrir la puerta a un cambio disruptivo para el mercado de las telecomunicaciones. No ha sido de un día para el otro. La propia empresa publicó el primer indicio el año pasado, cuando firmó un convenio con la firma SES. En julio anunció "la incorporación de la capacidad de Banda KA del satélite SES-17 en territorio nacional".
Con ese cambio "se aprovechará el satélite geoestacionario de alto rendimiento (GEO) de última generación, para ofrecer servicios de conectividad de alta calidad" quie permitirán "mejorar el servicio de banda ancha satelital de alta calidad a lo largo y ancho del país, a precios asequibles, además de ampliar las actuales redes 4G y las futuras 5G".
El tema pasó inadvertido, pero desde entonces Arsat está en condiciones de competir en la licitación del 5G. El diario La Nación se quejó tardíamente en una de sus editoriales. "Hasta ahora Arsat se había mantenido esencialmente como una firma mayorista. De prosperar este proyecto, entrará en competencia con el resto de las empresas de telecomunicaciones, particularmente con las móviles", advirtió el medio en referencia Telefónica, Claro y Telecom, propiedad del Grupo Clarín.
La bronca de las telcos
El diario fundado por Bartolomé Mitre fue duro en su advertencia y reflejó los intereses que hay en juego. "Tampoco se justifica este proyecto en la presunta inexistencia de iniciativas privadas para satisfacer esas necesidades de comunicación, ya sean las del propio Estado o de los particulares, más ligada a la situación actual del país que a otra cosa. En la actualidad, las tres empresas de telefonía móvil existentes deben cubrir con la tecnología 4G toda localidad de más de 500 habitantes y los principales corredores viales del país", bramó la editorial en nombre de las telcos.
Las tres grandes telefónicas pueden operar con la tecnología de tres corporaciones que están en condiciones de ofrecerla: Nokia, Ericcson y Huawei. El Enacom no dejó a ninguna empresa afuera ni impidió que la empresa de origen chino pueda participar. La mayor presión la había realizado Estados Unidos para que Argentina le impidiera el desembarco a Huawei, pero esta empresa es la tecnología elegida por Telecom, es decir, por el Grupo Clarín.
Según la información que había trascendido, el organismo regulador le otorgaría a Arsat el espectro en la banda de 3,5 GHz. "Se plantearía atribuir la banda de 3600-3700 MHz para servicios de 5G y asignárselos a Arsat en el orden nacional durante 20 años", lanzó La Nación.
Además "el proyecto dispondría asimismo que la empresa estatal utilice esas frecuencias para la adopción de la tecnología 5G en la industria y el sector público nacional, provincial y municipal, además de la posibilidad de firmar convenios con cooperativas y con pequeñas y medianas empresas". Además "el pliego para el futuro concurso de otras tres bandas para los servicios de 5G contemplaría que, en caso de quedar vacante algún lote, este podría adjudicarse a la Arsat".
Todavía no aparece el pliego que estaba por ser publicado hace meses para poner en marcha la licitación del 5G. Ya corre un tiempo de descuento para las autoridades del Enacom, pero podrían tomar decisiones estratégicas para afrontar la presión de las tres grandes telcos: permitirle al Estado utilizar una de sus empresas públicas para romper con el freno que impuso el lobby empresarial. La carta está en la mesa y es sólo cuestión de tiempo para saber cuando será jugada en el Enacom, cuya primera línea está bajo presión.