La inseguridad le pone un final abrupto a la campaña: ¿cómo impacta en los candidatos?
El asesinato de una menor de 11 años en el partido bonaerense de Lanús durante un robo le puso fin a la campaña para las elecciones PASO del domingo. Uno a uno los principales candidatos fueron cancelando los actos de cierre o resolviendo sobre la marcha un cambio de tono para sus últimas apariciones, ahora mucho más atravesadas por la inseguridad como punto de discusión política y también por la incógnita sobre cómo puede impactar el hecho en el humor de los votantes.
Los primeros pasos se dieron en la provincia de Buenos Aires. El gobernador, Axel Kicillof, suspendió su cierre en la localidad de Merlo al que iba a asistir el candidato presidencial del oficialismo Sergio Massa, quien poco después decidió cancelar también su última aparición en el Teatro Argentino de La Plata, prevista para el jueves.
Massa se vio empujado por sus pares de Juntos por el Cambio. Horacio Rodríguez Larreta canceló su acto de cierre que también iba a hacerse en La Plata luego de que Patricia Bullrich hiciera lo mismo con el suyo, que iba a realizarse precisamente en Lanús. Su candidato a gobernador, Néstor Grindetti, es el intendente en uso de licencia, por lo que fue el primero en desactivar la actividad electoral.
En cambio, Bullrich sí mantuvo en pie el acto de este miércoles en la Plaza de la Música de la ciudad de Córdoba, donde se preparaba una convocatoria masiva que para su sector iba a ser el "verdadero cierre de campaña nacional". Los hechos imponen que objetivamente sea así. No obstante, fuentes de la organización indicaron a iProfesional que decidieron hacer cambios y "sacar la cosa festiva que estaba pensada, porque el clima no da".
La campaña para las PASO terminó así de forma abrupta y cruzada por una tragedia que interpela a los dos espacios políticos más importantes que se medirán el domingo. La inseguridad ya formaba parte de las preocupaciones del electorado junto con la situación económica pero el hecho ocurrido a plena luz del día y casi al filo de la veda electoral impacta de lleno en la carrera electoral.
Final abrupto para la campaña electoral: ¿cómo impacta en los candidatos para las PASO?
Por más antipático que parezca, en los comandos de campaña empiezan las elucubraciones respecto de cuánto puede afectar el trágico episodio el humor de los votantes y quién podría verse más perjudicado en términos electorales. Es un cálculo inevitable en tiempos de campaña, más cuando el problema de fondo atraviesa a toda la dirigencia política.
El aberrante hecho tiene una particularidad a los efectos de esos cálculos políticos: se dio en la Provincia que gobierna Unión por la Patria, en el conurbano bonaerense donde el reclamo de soluciones frente al delito es una constante hace años, pero también en un municipio que gestiona Juntos por el Cambio.
Esa descripción explica hasta qué punto el tema preocupa a los equipos de campaña de uno y otro lado. La muerte de Morena Domínguez tras recibir un golpe fuerte golpe en el abdómen (según la autopsia) en medio de un ataque perpetrado por "motochorros" en las inmediaciones de su escuela genera un interrogante para los equipos que asesoran a los candidatos: si están ante un "cisne negro".
Así es como la teoría política denomina a los hechos sorpresivos que generan un impacto social y cambian el curso de todos los planes. El caso tomó efectivamente por sorpresa a los comandos de campaña de los principales candidatos presidenciales, donde todavía analizan los pasos a seguir rumbo al domingo y, con calculada prudencia, evitan aventurar hipótesis, según constató este medio.
¿A quién puede afectar políticamente más el episodio a días de las PASO?
Independientemente de los partidos políticos, los hechos de inseguridad -al igual que los descalabros económicos- impactan por lógica mucho más en el oficialismo que en la oposición. No obstante, tanto de un lado como del otro se cuidaron todo lo posible para mantener las formas y evitar declaraciones que pudieran ser interpretadas como "uso electoral" del asunto.
Al ser la seguridad una competencia del Gobierno provincial (más allá de las fuerzas locales) el tema pega principalmente en el eje de Kicillof y, por extensión, de Massa, aunque el candidato presidencial siempre enfocó la inseguridad de forma más parecida a la oposición que al kirchnerismo. Al mismo tiempo le permite a la oposición reforzar su discurso de "cambio", como lo demostró Bullrich al expresar por Twitter su acompañamiento a la familia de Morena.
"No podemos seguir viviendo con tanta angustia y miedo. Esto no da para más. Transformaron a la Argentina en un país invivible", dijo la candidata cuyo perfil electoral está, además, fuertemente ligado al tema de la seguridad. Por su parte, Larreta se cuidó un poco más y expresó: "Necesitamos justicia. Voy a acompañarlos para exigirla".
Sergio Berni, el ministro de Seguridad de Kicillof, es dentro de Unión por la Patria quien más se acerca al discurso de "mano dura" que el kirchnerismo repele al kirchnerismo. Al informar sobre las detenciones por el hecho Berni sostuvo que el tema del delito urbano es "simple" de resolver en comparación si funcionaran correctamente "los mecanismos del Estado, entre Poder Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial".
Allí encontró un incipiente punto de contacto con Diego Kravetz, responsable de la seguridad en Lanús y delfín de Grindetti para su sucesión. "Son siempre los mismos, 15 mocosos que entran y salen de prisión", se quejó el funcionario en una entrevista televisiva.
No obstante, el hecho no deja de impactar más sobre el oficialismo, en un contexto electoral que ya le era adverso, que sobre la oposición. La pregunta que cruza hoy a los dos principales espacios políticos es si puede alterar visiblemente el curso de los votos para el domingo y allí asoman dudas.
¿Cuánto puede cambiar el escenario para el domingo?
La cercanía de las elecciones suponen que buena parte del electorado ya decidió, como mínimo, si votará por el oficialismo o por alguna de las opciones que presenta la oposición, incluido el libertario Javier Milei.
La discusión sobre la inseguridad nunca termina de encontrar un consenso entre los sectores políticos. El oficialismo, enfrentado abiertamente con el Poder Judicial, tiene una mayor inclinación a responsabilizar a los jueces por la "puerta giratoria", mientras la oposición apunta a la política penal "garantista" que a su criterio cultivó el kirchnerismo. Nada indica que esas posiciones cambien ahora.
En ese contexto, es difícil que el hecho lleve a los ya convencidos a cambiar su voto. La influencia en el humor electoral podría ser mayor sobre los "indecisos" o los que pensaban votar en blanco. Allí la balanza podría inclinarse, por lógica, hacia la oposición.
Sin embargo, quién no perdió tiempo en el intento por capitalizar lo ocurrido fue Milei, el candidato que construyó su perfil desde el lugar de un "anti sistema" que critica tanto a los exponentes de Unión por la Patria como a los de Juntos por el Cambio.
Milei, al acecho del oficialismo y la oposición
El candidato de La Libertad Avanza vio en el último tiempo un techo a su crecimiento electoral. En el acto de cierre que encabezó el pasado lunes pareció acusar esa situación al hacer hincapié en que sus seguidores "vayan a votar" porque es "la única forma de cambiar este modelo".
La tragedia en Lanús le dio la oportunidad de reforzar su discurso contra lo que llama "la casta política" a través de Twitter para intentar captar a los votantes todavía dudosos que puedan verse afectados por la conmoción inicial del hecho.
El excéntrico economista planteó que el responsable del episodio es "una clase política que hace décadas defiende un modelo de empobrecimiento y zaffaronismo que genera delincuentes sin ningún respeto por la vida".
"Nosotros estamos proponiendo una reforma completa de las leyes de seguridad interior, defensa, inteligencia, del servicio penitenciario, todo basado en una nueva doctrina de seguridad nacional: el que las hace las paga", lanzó Milei.
De esta manera, el candidato de La Libertad Avanza, cabo suelto en la "grieta" entre Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, no tuvo el mismo cuidado que sus competidores de la alianza opositora en evitar expresiones que pudieran ser leídas como un aprovechamiento político de la tragedia. La campaña, pese a todo, no se detiene.