Larreta y Bullrich ensayan la unidad post PASO con un ojo en la campaña y otro en el dólar
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En el cierre de la campaña para las elecciones primarias (PASO) Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich intentan mostrar una unidad que no lograron reflejar del todo hasta ahora y que Juntos por el Cambio, como principal espacio opositor, necesita ya no solo para desactivar la interna de cara a las generales de octubre sino para encarar el duro escenario económico que preanuncia la disparada del dólar blue, uno de los temas que ha dividido a los dos candidatos.
La foto de unidad junto al ex presidente Mauricio Macri por el cierre de campaña de Jorge Macri, candidato del PRO a jefe de Gobierno porteño que se enfrentará al radical Martín Lousteau en las PASO, es la primera etapa del plan de la alianza opositora, al que le sigue la decisión de que los dos competidores por la candidatura presidencial compartan el búnker el domingo por la noche.
La idea es ir mitigando paulatinamente la dura interna entre Larreta y Bullrich para el lunes 14 de agosto, cuando empezará la carrera final por la Presidencia de la Nación y la alianza opositora necesitará re ordenarse. Sin embargo, sobre ese "día después" hay una presión adicional: el nuevo récord de $596 que marcó el dólar blue en la primera rueda de esta semana previa a las PASO.
El mercado financiero, formal o informal, mira el escenario electoral y, más que al oficialismo, le presta atención a una alianza opositora que tiene chances serias de convertirse en Gobierno pero que hasta ahora no mostró una mirada en común sobre temas como la relación entre el dólar y el peso y el cepo cambiario que la condiciona.
Elecciones: la interna Larreta-Bullrich, frente al dólar que escala y el "día después"
La pulseada entre Larreta y Bullrich no es completamente ajena a la inestabilidad cambiaria que parece agravarse en los días previos a las PASO, porque ese mercado que mira a Juntos por el Cambio no tiene claro cuál será la visión sobre el dólar y el cepo cambiario que tendrá esa oposición a la que imagina como oficialismo próximamente.
Por un lado está Bullrich con su idea de encarar una salida rápida del cepo con alguna asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y por el otro está Larreta y la propuesta de un desarme progresivo de esa restricción, atado a la reducción del déficit y la recuperación de las reservas del Banco Central.
Ambas ideas pueden tener efectos distintos respecto del precio de estabilidad del dólar en una eventual salida del cepo y la disyuntiva recién empezaría a resolverse en la misma noche de las PASO, cuando se defina quién de los dos representará a Juntos por el Cambio en las presidenciales de octubre frente al oficialista Unión por la Patria.
En ese contexto de volatilidad cambiaria y falta de certezas sobre el escenario político, la alianza opositora entendió que llegó el momento de escenificar una unidad de criterios para empezar a tapar desde el minuto cero las diferencias de fondo entre los dos sectores y darle la forma final al mensaje de la oposición para el camino que habrá que atravesar entre las PASO y las generales.
Más que una foto: ¿qué implica el búnker compartido, según Bullrich?
Esa puesta en escena recién empieza con la foto de unidad de este lunes justificada en el apoyo unificado del PRO a Jorge Macri para las primarias porteñas de la oposición. La imagen se tomó en un encuentro cerrado a la prensa y se difundió luego, junto con declaraciones de los cuatro protagonistas.
Larreta y Bullrich resaltaron al unísono que "Mauricio sentó las bases" y "arrancó la transformación" de la Ciudad y pidieron el voto para su primo con el fin de darle "continuidad" a esa tarea. El ex presidente, en tanto, destacó al candidato como "la versión 3.0" de la gestión del PRO en la Ciudad.
Sonrientes para la foto y limitados en sus declaraciones a la interna porteña, los referentes del PRO hicieron el primer ensayo de unidad y la estrategia tendrá su continuidad el mismo día de las elecciones, con Larreta y Bullrich compartiendo el mismo escenario.
Y es que, de cara a las elecciones de octubre y con un panorama económico muy complejo, ya no se trata solo de una foto o una señal hacia el electorado para que los votos del perdedor no se fuguen en octubre a otro espacio, sino de ensamblar el discurso de Juntos por el Cambio tras la dispersión que generó la interna.
Por esa razón, el acuerdo para compartir el búnker implica, según explicó la propia Bullrich, que "el que gana es el que pone las condiciones de cómo se va a hablar" en el escenario del domingo por la noche, es decir, el orden de los oradores y el mensaje que deben transmitir entre todos.
Así, mientras el Gobierno deja trascender que trabaja en un plan de contingencia para el lunes posterior a las PASO ante el temor de que se repita la ebullición cambiaria de 2019, la principal alianza opositora se mueve en una sintonía similar, pero por el otro carril: el de la propuesta unificada que deberá presentar tras esa instancia electoral y en medio de la tensión económica.
El cepo al dólar: ¿Larreta y Bullrich acercan posiciones?
La necesidad de volver a un único tipo de cambio y eliminar el cepo es compartida por Larreta y Bullrich. En eso no hay diferencias. Lo que hasta ahora los mostró separados fue la receta para lograr ese objetivo, en especial el ritmo: gradualismo contra shock. Por estos días, se empiezan a ver los primeros intentos discursivos por arribar a un punto común.
En julio, al presentar su "plan contra la inflación", Larreta señaló que trazará "un sendero de salida del cepo y unificación de lo que hoy son 18 tipos de cambio". En ese "sendero" está el contraste con su adversaria interna, que apunta a una eliminación más rápida de las restricciones cambiarias. El candidato presidencial aclaró que su idea es "llegar a eso al final del primer año" de mandato.
Recientemente, uno de los principales asesores de Larreta en materia económica, Hernán Lacunza, ex ministro dela última etapa del gobierno de Macri, señaló que "primero hay que resolver el agujero fiscal" y que, en ese sentido, "decir que se va a levantar el cepo en 90 ó 120 días no cambia la cosa".
Para el economista, "cuando se deje de darle a la maquinita la brecha va a bajar sola y entonces el cepo va a ser ridículo". No obstante, aclaró: "No decimos cuándo lo vamos a levantar, decimos que hay que hacerlo lo más rápido posible".
La candidata presidencial, por su parte, durante el fin de semana señaló: "No me voy a quedar cuatro años esperando a ver el gradualismo de no levantar el cepo, me retrasa las inversiones". A su vez, indicó que no hay una fecha para levantarlo y que la definirán los equipos técnicos.
Así, ambos sectores empiezan a sugerir en su discurso un acercamiento, un principio de unidad frente a uno de los temas calientes de la carrera presidencial, que se suma a la foto de la Ciudad y el acuerdo para compartir el búnker a fin de iniciar el control de daños de la interna desde el primer minuto.