Llegan las PASO: incertidumbre y tensiones en los espacios políticos ante la poca confiabilidad de las encuestas
¿Temor? ¿Ansiedad? Confusión. Todos los espacios políticos sufren un estado de confusión frente al proceso electoral para el que ya quedan solamente horas y que va a definir muchas cosas de la Argentina que viene.
Se están terminando los golpes de efecto, las publicidades, las operaciones, la búsqueda de aliados y, particularmente, las encuestas. Llega la hora de la verdad.
El fracaso de los encuestadores a nivel mundial, provoca que las ansiedades sean mayores. Nadie tiene ninguna certeza de nada, ni siquiera está demasiado seguro de tener en sus manos una aproximación correcta, y los títulos periodísticos tampoco colaboran mucho.
Ni los propios candidatos que buscan influir en la prensa, pueden separar un escenario realista, de la maraña de operaciones que han armado ellos mismos y sus acólitos.
Qué pasa con los candidatos: empecemos por Massa
El caso del principal candidato del oficialismo, Sergio Massa, es paradigmático. Veamos:
- Ideológicamente su posición no condice con la del núcleo duro del espacio que dice representar.
- Es a la vez ministro de Economía hace un año, período en que se duplicó la inflación llegando a un 120% interanual y se le escapó la cotización del dólar a niveles inauditos. Es, literalmente, un desastre.
- La capacidad de Cristina Kirchner que lo puso en ese sitial, de transferir votos a alguien que no representa ninguna de sus ideas, es al menos dudosa. Y su voluntad de hacerlo, también. La vicepresidenta va perdiendo capital político y su nombre no está allí, ni en la fórmula ni en la boleta. 4)Compite con un candidato interno, Juan Grabois, mucho más grato ideológicamente a los principios tradicionales del kirchnerismo.
¿Puede ser tan pragmático el elector? Es cierto, muchos de los votantes del oficialismo llegan al cuarto oscuro con su boleta preparada y lista para ser introducida en el sobre, llevan a cabo una actividad mecánica producto de la necesidad de mantener ciertas prebendas.
Pero ¿Cuánto influye hoy todo eso? Tan degradada está la economía massista, que los planes sociales ya no alcanzan y los que tienen uno, van perdiendo con la inflación permanentemente, como cualquier salario. "Con un par de planes comían todo el mes hasta hace dos años, hoy llegan con suerte al 15" dice un dirigente social reforzando la tesis. Sin embargo, las encuestas parecen darle a Massa un número cercano al 25% de intención de voto, con todo lo dicho y bastante más, que no se enumera en honor a la brevedad. ¿Es eso posible? O se trata de un espejismo creado por estos estudios de campo de resultado siempre dudoso. ¿Y si termina con un 15%? "Es que nosotros estamos esperando una sorpresa catastrófica. Y no es que sepamos que manipulamos encuestas, las de los opositores lo dan a Sergio como el candidato más votado, lo que sería un golpe de gracia fenomenal, pero te digo la verdad, tengo un miedo", asegura una fuente del armado oficialista, de primer nivel.
Hace bien en temer, no es conducente la realidad con esos números. "Si las encuestas están acertando, la gente se volvió totalmente loca" dice un postulante opositor al Congreso, en referencia a la intención de voto del tigrense. La salud mental del pueblo argentino no puede ser objeto de análisis en estas líneas, pero es un detalle a considerar.
Qué pasa en Juntos por el Cambio
En las distintas bases de operaciones de Juntos por el Cambio la incertidumbre también es enorme. Cerca de Patricia Bullrich, un armador de fuste explica: "acá la única que está tranquila es ella (por la candidata), los demás estamos que volamos. El clima social es nuestro, las encuestas dan bien, pero viste como es esto, quién sabe", dice colocando un manto de duda sobre cualquier dato pseudocientífico con el cuente.
"Los medios fuerzan con todo lo que tienen un crecimiento de Horacio (Rodríguez Larreta). Algunos títulos de ayer son hasta cómicos. Nunca publicaron un artículo diciendo que las encuestas le daban ventaja a Patricia y el domingo salen con que Larreta recorta diferencias ¿No era que iba ganando?", dice con cierto grado de indignación.
Por el lado justamente del Jefe de Gobierno porteño la fe está puesta en los indecisos. Alguien hace la lectura de que "quienes llegaron sin definir el voto a esta altura, no son halcones. Patricia no puede proyectar indecisos. Esa gente es nuestra o de Massa, creemos que buena parte puede caer de este lado e inclinar la balanza", aseguró el funcionario porteño. La interpretación parece bastante lógica, pero reafirma entonces, que vienen debajo de su rival en las mediciones y deben recuperar terreno, y esperan hacerlo con la azarosa apuesta a los indecisos que en definitiva, bien puede ser abstenciones o votos en blanco.
Allí hay otra clave, en la abstención. En el bunker larretista leen que "los votantes de Bullrich van a ir, están enfervorizados, son como kirchneristas del PRO, fanáticos, esos no faltan. Los nuestros podrían ser más apáticos, y en esta ola de abstenciones podrían ni ir a votar", aseguran en la tropa del titular del gobierno local.
Ya no queda mucho por esperar. Según han comunicado ambos bandos, todos esperarán los resultados en el mismo bunker, algo un tanto riesgoso en el clima de tensión que ha vivido entre los sectores de Juntos en los últimos tiempos, especialmente si en el recuento la cosa viene pareja. Pero desde el sector de Bullrich, el más refractario a dicha convivencia, han decidido ceder para dar imagen de unidad. "Vamos a ganar y necesitamos retener los votos para la general, este es el primer paso" aseguran. Todo está por verse.