• 23/12/2024

Viraje en la estrategia de Patricia Bullrich: de halcones a palomas y viceversa, ¿qué busca lograr?

La precandidata bajó el tono en un spot que se difundió menos de 48 horas y luego volvió a la ofensiva con otro anuncio publicitario. A quién apunta
Por S.R.
31/07/2023 - 17:40hs
Viraje en la estrategia de Patricia Bullrich: de halcones a palomas y viceversa, ¿qué busca lograr?

Patricia Bullrich bajó el tono en un spot que se difundió menos de 48 horas y volvió a la ofensiva. Todos maniobran en los últimos días previos a las PASO.

Probablemente Bullrich sea la precandidata presidencial que tiene más autonomía de sus coach y estrategas de campaña. La personalidad de la ex ministra de Seguridad le impide someterse a los avatares de aquellos que se postulan especialistas en campañas electorales y suele darle mucho espacio a su propia intuición y lectura de las demandas sociales.

Hace unos días, fruto de los indicadores surgidos de los tan sobrevalorados focus group, surgió la idea de que había que "bajar el tono" a la impronta de una campaña que, desde el inicio, se desarrolló con un tono rupturista de alto impacto.

"Por unas horas fuimos halcones apalomados", dice una fuente muy cercana a la candidata, con cierto desdén.

Es cierto, en la semana vimos, aunque por pocas horas, el spot más zen de Bullrich, totalmente diferente a los demás que lo precedieron, tal vez, exageradamente relajado.

Por primera vez, la candidata no le hablaba al votante, sino que, en medio de una melodía de consultorio odontológico, sonreía con distintas personas que representaban diversos sectores sociales. "Le faltaba servirse un boldo y ponerse a meditar" dice otro crítico de dicho rotundo cambio de eje de campaña.

A pocos días de las PASO, Bullrich volvió a cambiar su estrategia en los spots
A pocos días de las PASO, Bullrich volvió a cambiar su estrategia en los spots

Por qué Patricia Bullrich cambió su estrategia electoral

Dicen que la propia Bullrich fue quien se hartó después de mirar un par de veces el aviso y ordenó sacar de la galera otro, que si bien no apunta el slogan del primero "si no es todo, es nada", deja claro que no piensa acordar con sectores corporativos a los que cree responsables de buena parte de las problemáticas que la Argentina debe resolver.

Sorprendió el cambio repentino de eje en plena recta final de la campaña, muchos no estuvieron de acuerdo. "Los focus son útiles, pero tampoco son la Biblia, hay que saber leer entre líneas y, en definitiva, bajar el tono no es armar un aviso de toallitas para la cola del bebé, si no interpretas bien el focus haces cagadas", insisten en el bunker bullrichista. "Matar o morir con las botas puestas", se escuchó decir, según a algunos, a la propia candidata.

Los virajes de fin de campaña, parecen ser la nueva modalidad, en la incertidumbre que genera tanta encuesta operada y tanta otra que, un poco más profesionales, no para de errarle a los resultados. No vale la pena señalar que encuestadoras generan enormes dudas, pero siempre es recomendable recurrir a Google para saber quién está detrás del nombre de fantasía de la empresa que hace las mediciones que se publican. Eso ayuda bastante a determinar que crédito darle a las mismas. Ni dentro de las propias campañas se toman ese trabajo.

En dicha línea, así como los halcones se apalomaron por un rato, las palomas tuvieron su rato de halconismo, aunque nadie tiene certeza si esa va a ser la tónica de aquí al final de la campaña o si fue un mero lapsus. Horacio Rodríguez Larreta salió a atacar directamente a Bullrich y en su entorno creen que se anotó un poroto: "la expuso, se mostró dispuesto a dar batallas, no puede ser su principal virtud como hace Patricia, pero Horacio tiene que mostrar que no es débil y lo hizo. Tal vez en algún otro caso antes del final, deba entrar en confrontación, posiblemente aprovechando algún otro error de ella", explican dos hombres cercanos al jefe de Gobierno en un bodegón a un par de cuadras de la sede del gobierno local, en la calle Uspallata. Con muy buena salsa bolognesa, debo decir.

El que no tiene forma de cambiar el eje es Sergio Massa. Debió realizar una devaluación que pretendió ser encubierta y fue una fractura expuesta que disparó el dólar paralelo y detrás de él claro, los precios de una inflación aterradora.

"Los gajes de ser ministro de Economía en este quilombo y candidato a vez, un suplicio", dicen en el Frente Renovador, sin perder, de todos modos, las esperanzas.

Hace unos días, Horacio Rodríguez Larreta, salió a atacar directamente a Bullrich
Hace unos días, Horacio Rodríguez Larreta, salió a atacar directamente a Bullrich

Sergio promete, ataca, utiliza todas las herramientas clásicas de campaña, pero soporta un peso que no puede eludir y que parece estar al borde de condenarlo, al margen de las encuestas, nuevamente. "Si saca el 20% con el kirchnerismo atrás, es lo mismo que sacó en 2015, su carrera está terminada", dicen con una media sonrisa suspicaz en las cercanías de La Cámpora, donde están más cerca de detestarlo que de adorarlo.

La campaña de Milei

Por su parte Javier Milei ha vuelto a sus visitas a las provincias. Preparó una suerte de Mileimovil y recorrerá el interior a la búsqueda de votos, ahora sin elecciones provinciales por delante, ni molestos candidatos locales de poco peso electoral. Así, evitando la televisión y difundiendo escenas de presuntas multitudes que lo acompañan, piensa en recuperar preferencias y acercarse en el último tramo al escenario de tercios que se planteaba hace un par de meses.

"Ya basta de meter la cabeza en la guillotina. No más hablar de venta de órganos o de pibes o idioteces como esa. Menos tele y más calle y luego a viralizar la calle que nos recibe bien, ya bastante ventaja dimos", dicen cerca del economista de cabellera endiablada.

El final de la campaña deparó algunos virajes inesperados, correcciones de rumbo y nuevas correcciones luego. Y todavía faltan 10 días. "Quien sabe cuánto influye esto en el voto, tal vez nada de lo que hagamos cambie el perfil de esto, pero hay que seguir intentando", dicen en un bunker que parece resignado y que, de democráticos que somos nomás, no vamos a decir cuál es.