Cristina Kirchner cancela el "operativo clamor": el timing de la vice y la interna que abre entre Alberto y Massa
Cuando el Congreso Nacional del Partido Justicialista (PJ) llegaba a su fin, y emanaba de allí un nuevo capítulo del "operativo clamor" para que sea candidata, la vicepresidenta Cristina Kirchner ratificó su decisión de no competir en las elecciones y con ello no solo desairó a quienes la querían en la boleta sino que abrió la puerta a que se complique todavía más la interna del Frente de Todos entre los que quieren PASO y los que apelan al candidato de consenso.
Cristina Kirchner sacó a relucir una vez más su "timing" para los anuncios que sacuden el tablero político, al publicar su carta minutos después de que el canto "Cristina presidenta" se escuchara en el microestadio del club Ferro donde se reunieron los congresales del PJ para cumplir con el paso formal de autorizar al partido a constituir alianzas para las "primarias". La noticia los tomó por sorpresa.
"Ya lo dije el 6 de diciembre del 2022. No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura. He dado muestras, como nadie, de privilegiar el proyecto colectivo sobre la ubicación personal", sostuvo la dirigente en una carta abierta donde recordó lo que ya había dicho al ser condenada en la causa "Vialidad" y remarcó: "No se trató de una decisión apresurada ni producto del momento, sino de una decisión razonada y pensada".
Esa definición no solo cortó con lo que parecía un respaldo de la mayoría del PJ -columna vertebral del Frente de Todos- sino que también se adelantó al mega acto que el kirchnerismo prepara para el 25 de mayo en la Avenida 9 de Julio y que generó expectativa en torno a la posibilidad de que torciera su decisión. El sentido de ese evento en términos electorales ahora está en duda.
¿Cómo impacta el anuncio de Cristina Kirchner en el Frente de Todos?
La vicepresidenta era la única figura del Frente de Todos que bloqueaba una PASO para definir al candidato presidencial. Desde el presidente Alberto Fernández hasta el ministro de Economía, Sergio Massa, pasando por La Cámpora y todos los sectores del oficialismo, sabían que ningún otro dirigente competiría contra la accionista mayoritaria de la alianza.
Todos esperaban una definición. Ahora la tienen y el juego se abre peligrosamente. El presidente Alberto Fernández insiste en que la candidatura debe dirimirse en las PASO pero el tercer socio del Frente de Todos, Sergio Massa, señaló varias veces en los últimos días que debería haber un único candidato.
La vicepresidenta seguirá jugando en el armado electoral a pesar de no ser candidata y la posibilidad de que le dé su apoyo o habilite a su tropa a respaldar a Massa como candidato de consenso, tal y como él sugiere que le gustaría ser, sigue latente. A buena parte del Frente de Todos, entre ellos sindicalistas, gobernadores e intendentes, le agrada esta opción.
Sin embargo, en algunos sectores del kirchnerismo circulan dudas sobre el consenso que podría generar Massa en el Frente de Todos (donde dirigentes como Juan Grabois toman distancia del ministro) y también sobre el electorado más fiel del oficialismo.
A su vez, Alberto Fernández ve una ventana para forzar que haya PASO. El embajador en Brasil, Daniel Scioli, y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, ya se anotaron en la carrera por la candidatura con guiños del mandatario saliente, pero Massa se opone y su figura divide al kirchnerismo, donde el ministro camporista Eduardo "Wado" de Pedro afirma ante propios y extraños que también quiere competir en primarias.
Así, la confirmación de Cristina Kirchner de que no aparecerá en ninguna boleta le da mayor centralidad a la discusión interna sobre la estrategia electoral y la complica.
La provincia de Buenos Aires, Kicillof y ¿otra interna para el Frente de Todos?
Sin Cristina Kirchner en la boleta podría recalentarse otra interna en el Frente de Todos: la que se da entre el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y parte del PJ bonaerense liderado por Máximo Kirchner que hace meses desliza su nombre como posible candidato presidencial.
El gobernador quiere reelegir en la Provincia pero parte de la estructura K considera que es el dirigente que mejor contiene a los votantes más fieles de la vicepresidenta. A su vez, un salto de Kicillof a la nacional le abriría la puerta a La Cámpora y aliados como el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, para lanzarse por el distrito que representa la base electoral más fuerte del espacio.
En ese contexto, Kicillof empezó a jugar con la posibilidad de desacoplar las elecciones generales bonaerense de las presidenciales para aferrarse a la Provincia, donde todas las encuestas lo dan como favorito. De esta manera ofrece garantizar el distrito para el universo kirchnerista (no solo para La Cámpora, que él no integra) y resignar la pulseada nacional que la vicepresidenta empieza a ver casi perdida.
A la vez, si el oficialismo no tuviera un candidato potente para las presidenciales el desdoblamiento electoral podría ayudar al gobernador a blindarse como hicieron otros 17 este año. La decisión de Cristina Kirchner abre también un nuevo abanico político para el distrito de mayo peso electoral del país, a poco más de un mes del cierre de listas.
El doble juego de Cristina Kirchner sobre la legitimidad democrática
Por otro lado, el argumento de Cristina Kirchner para mantenerse alejada pone en aprietos a los dirigentes que le responden y a todo el oficialismo, al menos en lo retórico. Y es que afirmó que la Argentina "vive una democracia que se perdió en lo económico, degradó en lo social y ha comenzado a romperse en lo político e institucional".
La vicepresidenta insistió en la supuesta "proscripción" que a su criterio y el de sus seguidores le impone la condena a prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa "Vialidad" y en la existencia de un "partido judicial" que "funciona como una Task Force de Juntos por el Cambio y los grupos económicos".
"No voy a entrar en el juego perverso que nos imponen con fachada democrática para que esos mismos jueces, encaramados hoy en la Corte, dicten un fallo inhabilitándome o directamente sacándome cualquier candidatura que pueda ostentar (…) Los hechos recientes me han dado la razón", afirmó.
Como había adelantado iProfesional, la cautelar de la Corte Suprema que suspendió las elecciones en Tucumán y San Juan agregó un fantasma más sobre la posibilidad de un candidatura de Cristina Kirchner: la reacción de lo que denomina "partido judicial". Pero esta vez dio un paso más allá en el argumento de la "proscripción" al poner en duda la legitimidad del sistema.
Ahora, el kirchnerismo deberá definir si apoya a Massa o a un dirigente propio como De Pedro para las elecciones bajo las reglas de una democracia que, según la líder del espacio, ya empezó a "romperse en lo político e institucional". Es decir que al mismo tiempo que le niega legitimidad al sistema también se la da, al competir.
Las razones prácticas: el problema del oficialismo, la inflación y el FMI
En la carta, Cristina Kirchner habla sobre el "partido judicial" como una fuerza contra el peronismo pero circunscribe la "proscripción" a su sola persona. Su renuncia a una candidatura se apoya en la necesidad de "romper la trampa" de llevar al peronismo a las elecciones con "una candidatura prohibida".
Con esto le da aire a su tropa política para armar electoralmente dentro de un sistema al que cuestiona gravemente filtra razones una razón mucho más práctica para declinar su candidatura: la dificultad para el oficialismo de ganar y, aún en ese caso, el problema de gobernar una economía en crisis y bajo la lupa del FMI.
La vicepresidenta aludió a Alberto Fernández y también a Macri al sostener que "no es casual que ninguno de los dos Presidentes que aceptaron el programa del FMI conserve aptitud electoral".
A su vez, subrayó que "resulta imposible para cualquier gobierno administrar razonablemente la natural puja distributiva por el ingreso" en un marco de deuda en dólares con falta de divisas e "inflación descontrolada", y una realidad "trabajadores en relación de dependencia que son pobres".
Es por ello que insiste en la necesidad de "la construcción de un programa de gobierno" al tiempo que tacha su nombre de la lista y no menciona ningún otro. Da una señal de que no tiene perspectivas de victoria para el Frente de Todos que ella formó junto a Fernández y Massa en 2019 y que, aún si la tuviera, la gobernabilidad será complicada.