Elecciones: Rodríguez Larreta estira la negociación con Macri y enfoca su estrategia en la "mayoría silenciosa"
En medio de la pulseada interna del PRO por las candidaturas para las elecciones, el precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta intenta no apurar las definiciones de su espacio en lo que respecta a la Ciudad de Buenos Aires y las listas de diputados a pesar de las presiones que empiezan a trascender y concentrarse en una campaña dirigida a lo que llaman la "mayoría silenciosa" de votantes "de centro".
La reunión de este viernes entre Rodríguez Larreta y el ex presidente Mauricio Macri agita especulaciones sobre el armado electoral para la Ciudad y el apuro que tendría el ex mandatario por definir al candidato del PRO para jefe de Gobierno de la Ciudad, donde hay cuatro anotados: Jorge Macri, apoyado por su primo y por Patricia Bullrich, y los funcionarios Fernán Quirós, Soledad Acuña, y Emmanuel Ferrario. En frente, el radical Martín Lousteau.
Sin embargo, cerca de Larreta aseguran que se trata de un encuentro de rutina como los que tiene con el ex presidente cada 15 días y que todavía no habrá grandes definiciones electorales. "Horacio va a dejar correr a los cuatro del PRO y se verá como miden para fines de abril y mayo", deslizó una fuente consultada por iProfesional. El plazo legal para confirmar las candidaturas termina el 24 de junio.
La espera forma parte de la estrategia del mandatario porteño para la carrera que disputa con Bullrich, en la cual Macri trata de ser un ordenador. Para Rodríguez Larreta, la prioridad hoy es fortalecer la campaña presidencial con la mira puesta en lo que cerca suyo llaman "mayoría silenciosa": votantes que, al final del camino, terminarán inclinando la balanza por candidatos moderados.
Elecciones: Rodríguez Larreta, Macri y el factor UCR, con la Ciudad en el eje de las tensiones
La cercanía entre Rodríguez Larreta y Lousteau fue lo que puso en alerta a Macri y a Bullrich y los llevó a impulsar la candidatura de Jorge Macri. El ex presidente no quiere saber nada con que el radical pueda quedarse con la Ciudad, cuna y principal bastión electoral del PRO.
Sin embargo, en la sede gubernamental de Uspallata intentan ahuyentar el fantasma de un supuesto acuerdo y subrayan que el único arreglo con el líder del espacio Evolución Radical es garantizar reglas de juego claras para la competencia en las primarias. Adelantan que Larreta terminará apoyando a uno de los candidatos del PRO.
Además, la buena relación con Lousteau así como con el titular de la UCR, Gerardo Morales, obedece también a la posibilidad de que Rodríguez Larreta llegue a la Presidencia. "Horacio cree que sin un gobierno que sea multicolor no se puede sacar el país adelante y eso condiciona los posicionamientos actuales", deslizó una fuente del larretismo.
En este sentido, no pierden de vista que Lousteau logró extender su influencia en la estructura política de la UCR con varios candidatos a gobernador que le responden y que empiezan a convertirse en figuras de Juntos por el Cambio, como Maxi Pullaro en Santa Fe, Martín Tetaz en Buenos Aires o Martín Berhongaray en La Pampa, que viene de ganar la interna opositora.
Dentro de la perspectiva de poder llegar al Gobierno en diciembre de 2023, tener una relación aceitada con los socios de la alianza -especialmente con quienes ostentan poder territorial como la UCR- pesa tanto para Rodríguez Larreta como la campaña electoral que, según evalúan en su equipo, debe perfilar cómo sería una eventual gestión nacional.
¿Qué hay detrás de la apuesta del larretismo por el "centro"?
Precisamente, la apuesta por una campaña enfocada en la "mayoría silenciosa" tiene que ver también con el estilo de gobierno y los desafíos que le tocará enfrentar a Juntos por el Cambio si gana las elecciones, con la crisis económica y la inflación al tope de las preocupaciones del electorado según todas las encuestas.
La evaluación que hacen en el larretismo es que en las elecciones ejecutivas el electorado siempre "busca el centro" y no los extremos, como sí hace en una elección legislativa, donde lo que se pone en juego son las mayorías en el Congreso y los límites para el gobierno de turno.
En ese sentido, un operador del PRO consultado por iProfesional reflexionó que hay mucha gente que todavía no sabe a quién va a votar, conoce a pocos candidatos y no está sumergida en la política pero saben que "no quieren quilombos" y eso buscan al momento de elegir. La crisis económica actual potenciaría esa tendencia a buscar el "centro" moderado.
A modo de ejemplo, la fuente consultada recordó que Macri "tuvo que moderarse en 2015" con promesas sobre mantener la Asignación Universal por Hijo, el Fútbol Para Todos y Aerolíneas Argentinas estatal y que en 2019 "Cristina (Kirchner) tuvo que ir a buscar a Alberto Fernández, que era un moderado".
El desafío de querer gobernar un país en crisis
El difícil panorama económico y social que tiene por delante el próximo gobierno justifica esa visión, según entienden en el equipo de campaña de Larreta. Creen que, en caso de ganar las elecciones, a Juntos por el Cambio le tocará una situación intermedia entre la que recibió Néstor Kirchner en 2003 y la que le tocó a Macri en 2015.
La evaluación es que Kirchner asumió tras un estallido económico que le daba margen para tomar "cualquier medida" sin demasiadas objeciones, mientras que cuando Macri llegó a la Presidencia "había poca sensación de estallido" y por esa razón tuvo que apostar al gradualismo para el ajuste que se propuso hacer y que quedó a mitad de camino.
Cerca de Larreta consideran que, frente a un cuadro de situación intermedio, será central la capacidad de construir acuerdos, como el propio jefe de Gobierno dice públicamente desde que se lanzó a la carrera presidencial, y para ello será necesario cultivar un perfil centrista.
En ese marco, la idea es que el próximo presidente tenga la capacidad de poner sobre la mesa 10 políticas de largo plazo, de las cuales "hay que discutir 4, en un debate entre los distintos sectores que busque un consenso, mientras que las otras 6 marquen la impronta del nuevo gobierno y el liderazgo".
Mediciones, números y el interrogante de un oficialismo en crisis
El equipo de campaña de Rodríguez Larreta trabaja sobre encuestas domiciliarias, que suelen considerarse mucho más precisas que las online o las telefónicas. En esos sondeos no ven hoy que la bronca de una parte de la población que suelen canalizar los candidatos "duros" y los dirigentes como el precandidato libertario Javier Milei pueda ser un factor desequilibrante al final del camino.
Son esas encuestas las que le indican al jefe de Gobierno que hay una "mayoría silenciosa" que apostará por el centro y que, en ese contexto, actualmente mide 5 o 6 puntos más que Bullrich. Fuentes del larretismo señalan que su fuerte está en el AMBA, incluido el populoso conurbano bonaerense.
Observan que en provincias como Santa Fe, Mendoza y Córdoba tanto Bullrich como Macri están bien posicionados pero confían en que esa tendencia puede revertirse con el correr de los meses hacia las PASO nacionales.
La interrogante, ahora, está en él o los candidatos que presentará el Frente de Todos. El larretismo veía hasta hace poco al ministro de Economía, Sergio Massa, como número puesto del oficialismo para la pelea electoral pero esa hipótesis entró en duda tras el índice de inflación de 6,6% de febrero.