"Wado", el ariete del kirchnerismo: por qué abrió otra grieta en el Gobierno
Venía jugando solo el presidente Alberto Fernández. Probablemente, solo y mal, pero solo. La maniobra para enjuiciar a la Corte Suprema, si bien lo encaminaba al fracaso, le otorgaba un protagonismo inesperado, incluso en la derrota. Había encontrado un tema en el que, el kirchnerismo, no podía contradecirlo, a la sazón, era su propio caballito de batalla.
Hizo imágenes, dando indicaciones al jefe del bloque oficialista en diputados y a la presidenta de la comisión de Juicio Político, envió un proyecto desde el Ejecutivo, llamó a extraordinarias. Al margen de las medidas económicas de Sergio Massa, había encontrado cierta centralidad en el oficialismo.
Y Massa anda con algunos problemas. En definitiva, es el ministro de Economía y el dólar paralelo no para de escaparse. Fernández, desentendido de la cuestión económica juega a la política y hace un mes que no tenía una interna dura. Era demasiado.
Así que apareció el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro a ofenderse porque Alberto no lo convocó a un encuentro sobre Derechos Humanos. Excusa pueril si las hay, para detonar una batalla que vuelva a poner en jaque la autoridad del ocupante del Sillón de Rivadavia, como si ya no estuviese suficientemente mellada.
"Y si, que ni se le ocurra a este (usa un término vulgar que no vamos a transcribir), se cree que maniobra y que es vivo y después va a querer ir a las primarias, Alberto se acabó, el primero que lo tiene que entender es Alberto", dice una fuente de La Cámpora que siente un gran afecto por Wado.
La excusa entonces llevó a repercusiones impensadas. Victoria Tolosa Paz salió a defender al presidente y a tratar de confrontar con De Pedro. La ministra de Desarrollo Social es del estricto riñón del presidente. De hecho, ocupa ese espacio por ser la esposa de José "Pepe" Albistur, el publicista que, durante años, le prestó un departamento en Puerto Madero a Alberto para que tuviese donde vivir. De allí, se mudó a la residencia de Olivos.
Wado, contra el Presidente: qué hay detrás de las críticas
"Pepe quiere que reelija porque sino le va a tener que prestar el departamento de vuelta y preferiría alquilarlo y sacarle unos mangos", dice entre risas un funcionario del área de comunicación de este mismo gobierno.
La cuestión que la reacción de Tolosa no intimidó demasiado a De Pedro ni a La Cámpora que está detrás del entuerto. Las huestes de Axel Kicillof desde la provincia de Buenos Aires salieron a incendiar a la mujer de Pepe, que dio la segunda excusa: la que permite extender el conflicto como reguero de pólvora y evitar que quede en un par de días de trifulcas. Ahora los dimes y diretes seguirán corriendo y el calor de la batalla escalando, más allá del ministro del Interior.
"Ahora espera un poco, porque faltan unos días de palabrerío y viene la estocada, cada vez que pasa esto nos cargamos un albertista, él (Fernández) parece que entiende y pasa un par de meses tocando la guitarra o viajando al exterior, así que algo va a pasar. ¿Es muy fuerte si vamos por Tolosa?" se pregunta un kirchnerista haciendo gala de su picardía.
Le sacaron a Alberto a Juan Pablo Biondi, su alter ego, "el que lo tapaba a la noche antes de dormir" dice la misma fuente, porque no avanzar sobre la pareja de su mejor amigo. Es ambicioso, pero no es una locura, sería un golpe de gracia de esos que a los kirchneristas les encanta dar.
"Y… se metió en el baile solita, nadie la llamó. ¿Te acordás cuando perdió las elecciones y quiso ir a saludarla a "la Jefa" en el escenario?, ¿Te acordás la carita de Cristina? La cruz la tiene, nadie se ocupó de ella porque no vale nada, pero ahora, se la buscó", disparan desde la base de operaciones del Instituto Patria.
La interna oficialista volvió a ponerse al rojo vivo. "Hay que terminar de acomodar esto antes de inscribir las candidaturas, antes de junio. Si va a haber competencia, que sea entre quienes se acuerde que la haya, ningún aventurero y menos Alberto. Así que mejor que explote todo ahora y se ordenen los melones", dice la fuente justicialista parafraseando al General.
Sorprendía la autonomía de Alberto en estos días, pero habrá que considerar que era enero y el kirchnerismo, si bien es una máquina de poder, también tiene que descansar.
Volvió de las vacaciones, se desperezó, plegó la reposera, levanto el baldecito y la palita, y retornó al ruedo para hacer lo que más le divierte en estos tiempos: transformarse en la peor pesadilla presidencial en su camino, permanentemente interruptus, hacia la reelección.