El Mercosur que se viene en 2023: Lula Da Silva y un papel clave dentro de un bloque cargado de tensión
La centralidad que tuvo en los medios la condena contra la vicepresidenta Cristina Kirchner puso en segundo plano todo lo demás, incluso el Mundial. En el medio quedó el viaje del presidente Alberto Fernández a Montevideo, Uruguay, para participar de la reunión 61 del Mercosur y asumir la presidencia temporaria del bloque regional hasta mediados de 2023.
El hito más importante de los próximos 30 días, será la asunción de Luis Inácio "Lula" Da Silva como presidente de Brasil.
El regreso del líder histórico del PT al Planalto implica un giro clave para la política amazónica y también para todo el continente. Sin embargo, la administración que viene no será controlada por el petismo, sino por la alianza que sumó a aliados liberales para evitar la reelección del mandatario de ultraderecha y ex capitán del Ejército, Jair Bolsonaro.
Lula volverá al poder el próximo 1° de enero. En la ceremonia estará Fernández, que podría viajar el 31 a Brasilia para presenciar el cambio de mando. Estará como mandatario argentino, presidente temporario de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y también como titular del Mercosur.
La tensión con Uruguay
Para entonces es posible que no se hayan canalizado las diferencias con Uruguay respecto a los dos acuerdos extrarregionales que impulsa el presidente Luis Lacalle Pou, sin el acuerdo de los otros tres socios del bloque, algo que viola el Pacto de Asunción que dio origen al Mercosur.
El tema fue el eje de la cumbre a la que asistieron también el presidente paraguayo Mario Abdo, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao y el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta Mayta, cuyo país todavía no es miembro pleno del Mercosur.
"El camino no es el que proponés sino revisar de una vez y para siempre cómo corregimos las asimetrías que tenemos y las que inquietan", dijo Fernández durante la reunión con los mandatarios.
Lacalle Pou se mostró predispuesto a medias, porque no ha suspendido las exploraciones de un Tratado de Libre Comercio con China y tampoco la solicitud de ingresar al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP), constituido por 11 países de Asia y América.
La presencia de Lula, un fuerte respaldo para Alberto Fernández dentro del Mercosur
A partir de enero, cuando asuma Lula, Fernández contará con un respaldo renovado de Brasil contra la posición uruguaya, aunque Bolsonaro tampoco está de acuerdo con el planteo de Lacalle Pou.
Una apertura unilateral de Uruguay a China podría implicar la llegada masiva de productos a ese país que podrían afectar duramente a las industrias de los socios del Mercosur. Evitar que avancen las exploraciones dependerá de que los socios más grandes del bloque discutan las asimetrías con Uruguay. Si hay nuevas demoras para debatirlas y resolverlas la administración uruguaya le quitará el freno a las exploraciones asiáticas.
"Creo que el gran secreto es ver cómo nosotros podemos unir esfuerzos porque el gran problema que tiene el Mercosur son las asimetrías de sus países miembros. Es hora de sentarnos a hablar de esas asimetrías y ver cómo las resolveremos", insistió Fernández. Si Uruguay no afloja podría enfrentar sanciones a partir del reclamo de Paraguay y Brasil.
La otra incógnita, que aumenta con la victoria electoral de Lula, gira en torno a las negociaciones con la Unión Europea, que registraron un primer paso en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri.
Desde entonces los acercamientos quedaron estancados y podrían ser revitalizados por Lula, que habló durante la campaña de avanzar con un acuerdo de libre comercio con la UE.