Se recalienta la interna en el Gobierno: el armado electoral y la emergencia económica, en el centro de la pelea que viene
El Gobierno se encamina a un nuevo capítulo de la interna que divide al Frente de Todos. Los recientes cruces entre La Cámpora, la CGT y el Movimiento Evita y algunos movimientos que se están dando en el Congreso denotan que la pulseada se da en torno a cómo enfrentar la grave situación económica de aquí a 2023, mientas empieza a asomar la puja por las listas electorales.
La reunión que mantuvieron en la sede del sindicato UPCN un grupo de referentes de la CGT con los líderes de los movimientos sociales cercanos al presidente Alberto Fernández molestó a la agrupación que lidera el diputado Máximo Kirchner y se referencia en la vicepresidenta Cristina Kirchner porque leyó en ese encuentro un desafío político a su posición en el Frente de Todos.
Hubo cruces de chicanas a través de Twitter, casi una secuela de la división que se vio en los actos por el "Día de la Lealtad" el último 17 de octubre pero más directa. La Cámpora y el Movimiento Evita se apuntaron directamente y llevaron a que se involucraran funcionarios como el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. Los sindicalistas prefirieron mantenerse al margen.
Si bien la controversia resume el distanciamiento entre el Presidente y la vicepresidenta y anticipa la puja por el armado electoral dentro del Frente de Todos, el hilo conductor es la emergencia económica y la necesidad de tomar medidas que amortigüen la pérdida de poder adquisitivo producto de la inflación, algo fundamental para cuidar las ya escasas chances electorales del oficialismo.
En ambos sectores existen reclamos al Poder Ejecutivo para atender a los sectores más vulnerables, por lo que tanto Fernández como el ministro de Economía, Sergio Massa, empiezan a verse afectados por la pulseada más allá de sus roles políticos dentro de la alianza, porque lo que entra en la discusión es la gestión misma de la economía.
La emergencia económica acelera la interna del Gobierno
La más reciente medida que tomó el Gobierno en esa dirección es el "bono" de $45.000 para personas adultas sin ingresos ni asistencias sociales del Estado que se pagará en dos cuotas en noviembre y diciembre. Massa confirmó el inicio de la inscripción ante la ANSES para empezar a pagar esa ayuda que anunció en tándem con Fernández entre el domingo y el lunes pasados.
Sin embargo, el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien además es funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, la cuestionó al afirmar que "es más fácil pensar subsidios y creer que así se termina la pobreza" y que "es difícil en la Argentina, con la mitad de la economía en negro, encontrar a los compañeros indigentes en una planilla de Excel".
En paralelo, el bloque oficialista del Senado que en los hechos lidera Cristina Kirchner reactivó el proyecto de ley que presentó hace dos meses Juliana di Tullio, estrecha colaboradora de la vicepresidenta, para establecer un "Refuerzo de Ingresos" destinado a personas que se encuentran debajo de la línea de indigencia.
La iniciativa se incluyó en la agenda de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Trabajo del próximo miércoles. El proyecto iba a tratarse la semana pasada pero la reunión se suspendió. Lo llamativo fue que volvió a convocarse luego de que Massa pusiera en marcha el pago del nuevo bono.
Esto implica que para el kirchnerismo el nuevo "bono" para las personas más vulnerables no recepta del todo el planteo que vienen realizando de atender la situación socioeconómica ante el reciente crecimiento de la indigencia y la inflación que atribuyen a los "formadores de precios" y una remarcación que creen excesiva.
Otro dato que surgió del Congreso y que expone las diferencias en el Frente de Todos sobre cómo gestionar la complicada coyuntura económica fue la decisión de eliminar en el dictamen del Presupuesto 2023 una propuesta que había incorporado el diputado oficialista y líder del sindicato de bancarios Sergio Palazzo, para cobrar a las prepagas y obras sociales un 15% sobre el diferencial que pagan los trabajadores por los planes especiales de salud.
La decisión se tomó ante el rechazo de las empresas del sector pero también por el impacto que podría tener en el bolsillo de los trabajadores registrados de clase media y media-baja, que Juntos por el Cambio ya había empezado a blandir de cara a la sesión del próximo martes para votar el Presupuesto 2023.
La Cámpora, contra el Movimiento Evita y la CGT: ¿anticipo de 2023?
Entre el kirchnerismo y el Movimiento Evita se da una coincidencia en torno al reclamo de medidas más fuertes para encarar el problema socioeconómico que puede ser incómoda para Fernández y Massa pero a la vez es paradójica, porque ambos espacios empezaron a sacarse chispas con un ojo puesto en la puja por el armado de listas para las elecciones 2023.
Del encuentro que mantuvieron popes de la CGT como Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (Uocra) y el anfitrión Andrés Rodríguez y referentes de movimientos sociales como Pérsico, Daniel Menéndez (Somos Barrios de Pie) y Esteban "Gringo" Castro (UTEP) trascendió la idea de empezar a unir fuerzas para impulsar medidas económicas que atiendan la situación socioeconómica y también para pulsear con el kirchnerismo de cara a 2023.
Esto no cayó bien en La Cámpora, que en su cuenta oficial de Twitter publicó capturas de los títulos periodísticos sobre la reunión y la posible alianza contra el kirchnerismo, junto al mensaje "Y Macri también", acompañado por un "emoji" de cara pensante. El Evita retrucó: "Compañeros, hagámonos cargo de los problemas que sufre la Argentina y trabajemos para resolverlos. Además, no era que Clarín miente?".
El cruce fue directo y llevó a Insaurralde a meterse con un cuestionamiento a la reunión de la CGT y el Movimiento Evita: "En tiempos tan complejos, es fundamental dar los debates sinceramente, sin ‘off’ ni operaciones que no construyen nada bueno. Imitemos el ejemplo de Cristina Kirchner. Trabajemos todos los días para construir un país mejor".
No obstante, también en esa reunión entre la CGT y los movimientos sociales se hizo presente la preocupación por las medidas económicas que tomará el Gobierno en adelante dado que el otro punto central del encuentro, además de la posibilidad de un armado electoral común, fue empezar a llevar en conjunto los reclamos al Gobierno sobre medidas que creen pendientes.
La interna del Frente de Todos empieza así a tomar mayor complejidad por la diversidad de actores que se meten en la puja y a cerrarse sobre el papel que juegan Fernández y Massa desde el Poder Ejecutivo.