ENTRETELONES

Alberto Fernández, cada vez más solo: lo que no se contó de la cruda interna por armado del Gabinete

El Presidente se muestra cada día más débil, sin capacidad de proteger a sus hombres de confianza, mientras el kirchnerismo acentúa la presión
Por S.R.
POLÍTICA - 11 de Octubre, 2022

Machacar sobre la falta de poder del presidente Alberto Fernández, es similar a una suerte ensañamiento terapéutico. Pero lo cierto, es que no deja de sorprender cómo se ha transformado gradualmente, en un fenómeno especial, diferente, impropio de un país de acentuado presidencialismo como la Argentina.

En ese sentido, la elección de Cristina Kirchner parece acertada: si quería un presidente a quien poder manipular, eligió a alguien totalmente incapacitado para construir poder real propio. Este fin de semana, perdió dos nuevos ministros, los dos de su círculo íntimo, uno de ellos especialmente: Claudio Moroni, titular de la cartera de Trabajo, y el de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, que debió salir desesperado de vuelta hacia su municipio para evitar que La Cámpora tome el control.

"Lo teníamos cercado, Cristina presionaba para que el Estado recupere el control de los planes sociales que se los entregaron al (Movimiento) Evita, y mientras tanto, los chicos (se refiere a La Cámpora) buscaban sacarle el control de Hurlingham, si no reaccionaba perdía todo", cuenta, orgulloso de su estrategia un hombre del kirchnerismo, cómo se desarrolló el movimiento de pinzas que terminó con la gestión de Zabaleta en Desarrollo Social, que, de todos modos, no pasará a la historia.Lo de Moroni estaba más claro. 

Nunca lo quiso nadie que no fuese el propio Alberto, era cuestión de presionar sobre un presidente cada día más débil, sin capacidad de proteger a sus hombres de confianza y de hostigar un poco al ahora ex funcionario, que dicen, padecía algunos problemas de salud.

Los reemplazos en el Gabinete

La cuestión es que Fernández perdió otros dos alfiles de confianza y los reemplazó, y lo hizo solo. Kelly Olmos al Ministerio de Trabajo. Una militante territorial del históricamente derrotado peronismo porteño, sin vínculos con el kirchnerismo ni con la CGT. Victoria Tolosa Paz a Desarrollo Social. ¿Alguien recuerda que Cristina le negó el saludo el día de la histórica derrota hace solo un añito? Ayelén Mazzina a Mujeres, Géneros y Diversidad. El presidente recurrió a una funcionaria de los Rodríguez Saá, con tal evitar al cristinismo y también al massismo.

"A veces nos desconciertan estos ataques de independencia que tiene Alberto, creyendo que puede tomar decisiones con sus cinco amigos, pero allá él, si se vuelve a equivocar tendrá que volver a cambiar", dicen en el Instituto Patria, donde ven con cierta gracia los movimientos presidenciales.

Kelly Olmos estará al frente del Ministerio de Trabajo

Algunos incluso se frotan las manos: "En el ministerio de Mujeres que ponga a quien quiera, pero en Desarrollo y Trabajo le erró fiero. Mejor, se prende fuego él, pobre", dice la fuente con fingida condescendencia.

En este sector, el dominante del peronismo, creen que el juego presidencial puede estar relacionado con la poco plausible idea de que Fernández este buscando volver a postularse en 2023, buscando su reelección. "Cerca de él parecen creer que si (Sergio) Massa decide esperar a 2027, puede ser el candidato, el tema es ¿para qué?, si la presidencial esta perdida. Con o sin PASO, les podemos agregar una dificultad, pero no podemos ganar", explica la misma fuente kirchnerista, que además postula que "hay que hacer un gran esfuerzo para mantener algunos territorios y crecer desde La Cámpora en la estructura interna". Ese es el plan. Mantener municipios y provincias afines y con ellas, cajas. Copar completamente el partido de cara a 2027 y ver cómo, con esa estructura, contienen o controlan una eventual intentona de Massa.

¿Qué rol juega Massa?

Mientras tanto, en este juego de cambio de figuritas ministeriales, el hombre de Tigre también esta fuera del círculo de las decisiones. Alberto no le confía, el kirchnerismo ya lo empieza a presionar con la excusa de la búsqueda de resultados de gestión que sean utilizables en materia electoral.

No importa cómo, pero su objetivo era detener la inflación. Lo de los fondos conseguidos en el exterior, los besos y abrazos en los organismos multilaterales, no tienen mucho efecto dentro de las huestes cristinistas cuando lo que la sociedad en realidad ve, es que la inflación mensual sigue rondando el 7%. Para la gente nada cambio y electoralmente, no hay resultados ciertos.

De los 100 días que Cristina le dio a Sergio para conseguir resultados, andamos cerca de los 70 y el rédito político no llega. Toda la euforia vista hace un par de meses en Casa de Gobierno, empieza a desvanecerse y dentro del Frente Renovador ya planifican la resistencia a una eventual embestida de La Cámpora, dentro de solamente unos días.

En el peronismo, el poder está claro donde encontrarlo. El presidente sorprende con su debilidad y su desorientación, y el massismo empieza a sentir que está punto de ser víctima de una crisis que no hubiesen podido encarrilar en 100 días ni aunque Sergio hubiese sido Mandrake.

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