Cristina Kirchner reaviva la "grieta" con épica electoral y compra tiempo para el ajuste de Massa
Las escenas de desborde alrededor del departamento porteño de la vicepresidenta Cristina Kirchner marcaron el inicio de su resistencia al avance del Poder Judicial en la causa "Vialidad", con una convocatoria al peronismo y una nueva apuesta por la "grieta" que revitaliza a la militancia K mientras desvía las miradas del ajuste que lleva adelante el ministro de Economía, Sergio Massa.
Tras 5 días de permanencia de militantes kirchneristas en la esquina de Juncal y Uruguay, la decisión del Gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta de vallar la zona aceleró el "17 de octubre" que el peronismo en todas sus variantes ya planeaba para defender a la vicepresidenta de una causa judicial que la preocupa, solo que con un acto más controlado.
El caos generado por el "fervor kirchnerista" en combinación con el bombardeo de críticas de Juntos por el Cambio a cuanto paso dé el Gobierno espesaron el clima político y obligaron a la Nación y a la Ciudad a buscar algún tipo de orden para lo que suponen será una peregrinación constante por el barrio de Recoleta. Saben, al igual que Cristina Kirchner, que esta historia recién empieza.
Encapsulada en una verdadera guerra con el Poder Judicial, la vicepresidenta concentra a su militancia en esa batalla, mientras por la calle paralela Massa ejecuta un recorte de gastos en áreas tan sensibles como Educación y Salud, completamente contrario a los principios de ese mismo electorado.
Lejos de ser un "plan de distracción" ni mucho menos, se trata de una conveniente conjunción de intereses para los líderes del Frente de Todos: la movilización le sirve a Cristina Kirchner para consolidar su "resistencia popular" y le sirve a Massa para llevar adelante el siempre repudiado ajuste, sin las críticas de los leales a la vicepresidenta que por bastante menos enfrentó su antecesor Martín Guzmán.
Cristina Kirchner reaviva la "grieta", entre la guerra judicial y las elecciones
"Hay gente que quiere exterminar al peronismo y no tolera que la gente se exprese. La violencia de hoy fue provocada por el odio al amor peronista", sostuvo Cristina Kirchner en la noche del sábado, cuando habló ante los militantes que rodearon su departamento luego de la masiva movilización y los incidentes con la Policía de la Ciudad.
Fue una de varias referencias al peronismo en un discurso que, ayudado también por las expresiones de referentes opositores, apeló a la "grieta" para mantener a su espacio y a cada sector del Frente de Todos en estado de "alerta y movilización", como se declaró el PJ ante el pedido de condena de 12 años de prisión e inhabilitación de por vida para cargos públicos contra la vicepresidenta por presuntos hechos de "corrupción".
"Ahora que vienen elecciones presidenciales, les pido a los dirigentes de la oposición que dejen de competir a ver quién odia más y quién les pega más a los peronistas", afirmó la ex presidenta. De esta manera, mantiene viva no solo la resistencia política contra una posible condena, sino también la épica militante de cara a 2023.
Los seguidores de Cristina Kirchner estaban prácticamente desmovilizados, si se compara su actividad durante estos dos años de gobierno del presidente Alberto Fernández con la que tuvieron bajo su gestión y luego bajo la de Mauricio Macri, como oposición al "ajuste".
El problema para el kirchnerismo es que ese ajuste ahora lo ejecuta el propio Gobierno a través de Massa, bendecido por la vicepresidenta para hacerse cargo del Ministerio de Economía. La bronca y la energía contenidas en medio de ese proceso necesitan canalizarse por algún lado. El pedido de condena contra la líder sirvió casi accidentalmente a ese fin.
Desde hace meses -incluso antes del desembarco del tigrense- los referentes del kirchnerismo contienen la presión de "las bases" para salir a las calles con toda la liturgia: largas columnas de manifestantes con bombos, banderas y consignas. Obligados por la necesidad de apaciguar la feroz interna con Fernández y no profundizar una crisis económica que se les fue de las manos.
La situación judicial de Cristina Kirchner le dio una nueva motivación a esa militancia y le dio a la vicepresidenta la oportunidad de mostrarle al Poder Judicial en el marco de su batalla "qué quilombo se va a armar" si "la tocan", como advierten sus seguidores.
¿Le sirve a Massa la nueva motivación del kirchnerismo?
En los pocos días que pasaron entre el pedido de condena pronunciado por el fiscal Diego Luciani, el descargo vía streaming de Cristina Kirchner y la movilización kirchnerista del último sábado se oficializó un recorte de partidas presupuestarias por un total de $210.000 millones, que forma parte del plan de "ordenamiento fiscal" de Massa.
En el área de Educación se recortaron $30.000 millones en el Programa Conectar Igualdad (una de las banderas de la gestión kirchnerista pre Macri), $15.000 millones en Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles más $5.000 millones en Infraestructura y Equipamiento.
El Ministerio de Salud sufrió un recorte de $10.000 millones. Otros $20.000 millones se restaron de Obras Públicas y alrededor de $70.000 millones del ex Ministerio de Desarrollo Productivo, reducido a Secretaría.
Sin embargo, el clima político generado alrededor de situación judicial de Cristina Kirchner se llevó todas las miradas, incluida la de Alberto Fernández. Desdibujado tras la llegada de Massa y agotado por la interna con el kirchnerismo, el Presidente redujo su agenda oficial y concentró todas sus energías en alinearse con la defensa de su vicepresidenta.
El peronismo con Cristina, la economía con Massa
Lo mismo hizo el peronismo casi en su totalidad. Gobernadores, intendentes y legisladores nacionales estuvieron entre los convocantes a marcha y estar "en alerta" ante lo que califican como un avance del "partido judicial y mediático" contra Cristina Kirchner. El único dirigente del Frente de Todos que se mantiene casi por completo al margen, es Massa.
Mientras cerca del Presidente estiman, así como en el resto del peronismo, que el resurgir de la militancia kirchnerista y la arenga para enfrentar al "antiperonismo" puede reavivar sus chances electorales, el ministro de Economía gana tiempo para avanzar con el ajuste sin la estridencia que hubiese tenido en otras circunstancias.
En el Frente de Todos estiman que, a pesar de la agitación de estos días, si se alinean el fervor militante y algún resultado económico positivo que pueda arrojar el ajuste en el corto plazo, tal vez lleguen algo de músculo a la pulseada electoral de 2023. Lo necesita ante todo Cristina Kirchner, después Massa y, por último, Fernández.
La explicación de Rodríguez Larreta y la reacción de Juntos por el Cambio
Rodríguez Larreta le pidió "responsabilidad" a Cristina Kirchner luego de los incidentes y defendió la decisión de vallar la zona, con el respaldo de buena parte de Juntos por el Cambio que aprovecha la situación de la vicepresidenta para mostrar unidad y endurecer su discurso, también con vistas a 2023.
"Una cosa es una manifestación y otra cosa muy diferente un plan organizado de ocupación del espacio publico. Eso no lo podemos permitir. Por eso anoche, después de que se desconcentraron los manifestantes para evitar situaciones de tensión, dispusimos un vallado para recuperar el espacio público para todos los vecinos y devolver la vida normal al barrio, después de cinco días de alteración", sostuvo el jefe de Gobierno.
Durante la conferencia de prensa que brindó mientras sus funcionarios intentaban acercar posiciones con el Gobierno nacional y emisarios de Cristina Kirchner para controlar la situación a futuro, Rodríguez Larreta aludió a la vicepresidenta al agregar: "Todos los dirigentes políticos tenemos la responsabilidad de contribuir con nuestras acciones y declaraciones a la paz social, y siempre evitar cualquier enfrentamiento entre argentinos".
El PRO lo respaldó. No obstante, la situación general empieza a correr a Larreta para el lado de los "halcones", el ala más dura contra el kirchnerismo, y a alejarlo del sector moderado desde el cual busca ampliar la base política de la oposición en el marco de su proyecto presidencial. El kirchnerismo, al enfrentarlo directamente, hace el resto.