Lobby | Orígenes, pasiones y esquirlas de la cena de Cristina y Alberto en Olivos
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La cita había sido pactada el domingo, cuando hablaron larga y amargamente por teléfono para terminar de acordar la designación de Silvina Batakis. Algunas fuentes sostienen que sólo faltaba ponerle fecha y otras que el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner habían decidido verse cara a cara después de la jura de la flamante jefa del Palacio de Hacienda. Desde la conversación del domingo se multiplicaron las versiones y también los deseos de funcionarios y dirigentes del Frente de Todos para que esa reunión se concretara.
Sucedió este lunes por la noche y se realizó luego de una escala que hizo CFK por el Senado. Estuvo por más de una hora. Detrás del secretismo que se impusieron las dos partes del encuentro, el paso por el Senado a esa hora no fue casual. Distintos protagonistas de la coalición panperonista estan convencidos que en ese lapso se concretó una reunión reservada entre la vicepresidenta y el titular de la Cámara baja. La reunión previa a la cena de Olivos no fue desmentida por ninguna de las fuentes consultadas y refleja que hay más voluntades de las conocidas detrás de realizar un cambio de Gabinete drástico que relance la gestión lo más lejos posible de fin de año.
Batakis: quién estuvo detrás de su nombramiento
CFK promovió el nombramiento de Batakis, pero públicamente la propuesta corrió por cuenta del presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce. Lo mismo sucede con las versiones del llamado telefónico del domingo. La versión oficial sostiene que fue la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, la impulsora de la comunicación entre ambos, pero parece que les gestiones estuvieron más concentradas en que Fernández aceptara finalmente llamar a la titular del Senado.
Lo demás, lamentan algunos frentetodistas, es parte de un operativo para preservar al Presidente de un desgaste aún mayor en un momento crítico. En el entorno del profesor de derecho penal nunca dejaron de pensar que el planteo original de cambiar casi todo el Gabinete lo dejaba despojado de poder, pero hubo negociaciones impulsadas por el propio Presidente para conseguir un reemplazante de Guzmán sin que CFK tuviera injerencia. Todos le dijeron que no y le advirtieron, sin pasar a llevar su investidura, que sin un acuerdo con la vicepresidenta era muy difícil reconducir la situación que había quedado planteada con la renuncia de Guzmán.
Entre la negativa de los economistas que recibieron el telefonazo y el clamor de una gran parte de su entorno para que lo hiciera, Fernández finalmente se comunicó con Cristina ese domingo. Hubo menos secretismo que en la cena de este lunes por la noche, pero los dos encuentros no estuvieron exentos de los pases de facturas propios de una interna crítica en un momento muy difícil. Lo cierto es que la decisión gestual es contundente.
En el FdT aseguran que ambos no se juntaron para seguir peleándose, sino para pactar una convivencia que resulte ordenadora de la gestión del Gobierno luego de la salida de dos funcionarios que CFK no podía ver: Guzmán y el extitular de la cartera de Producción, Matías Kulfas. Sin ellos, el Presidente tiene una mesita chica de incondicionales integrada por el canciller Santiago Cafiero, la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello y el jefe de asesores Juan Manuel Olmos, uno de los emisarios que eligió Fernández para llevarle propuestas de designación a algunos dirigentes de la coalición oficialista.
Los planteos y lo que sigue para Cristina
Con el correr de las horas se confirmó el blindaje del secretismo que impusieron Alberto y Cristina para conocer los detalles de la reunión. Quedó claro que no será la última y dentro de la coalición oficialista dan por descontado que CFK llevó sus planteos para cambiar la dinámica económica y capitalizar la llegada de Batakis para relanzar la gestión del escenario productivo. También consideran que le planteó un punto que también comparten los gobernadores del peronismo: que Batakis se transforme en la encargada de renegociar la deuda con el FMI para poder mantener la inversión social y estudiar la posibilidad concreta de implementar un salario básico universal antes de fin de año.
La titular del Senado no frena su hiperactividad. Seguirá manteniendo reuniones con economistas y funcionarios. Ya suma cuatro reuniones con el ministro de Desarrollo Social, Juanchi Zabaleta y sigue recibiendo a intendentes bonaerenses para escucharlos y decirles sus puntos de vista. En su entorno aseguran que continuarán las charlas públicas como las que protagonizó en Avellaneda y en Ensenada. Posiblemente realice una por mes, aunque podría repetirse una sucesión de eventos como los últimos, que se realizaron con dos semanas de diferencia. Desde ése púlpito dijo en público las críticas que ya le había planteado al Presidente en la veintena de reuniones que tuvieron en Olivos. Si hay un acercamiento y se concreta el deshielo, CFK no frenará su road show pero lo utilizará para defender al Gobierno.