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Operativo "reunión": oficialismo empuja un encuentro entre Alberto Fernández y Cristina para pacificar la interna

Es el plan de los gobernadores y de Massa, que sumó un gesto para ayudar a descomprimir el clima político. Cómo está la situación interna del Gobierno
04/07/2022 - 17:15hs
Operativo "reunión": oficialismo empuja un encuentro entre Alberto Fernández y Cristina para pacificar la interna

En medio de la crisis político-económica que rodea al Gobierno, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner evalúan mantener un encuentro por el cual presionan gobernadores y socios políticos como Sergio Massa, que consideran fundamental la firma de un armisticio tras meses de pelea pública para encarrilar la gestión.

Si bien en la Casa Rosada y en el entorno de la vicepresidenta evitan confirmarlo o rechazarlo oficialmente, distintas fuentes del Frente de Todos dejan trascender que se está preparando un reencuentro entre el Presidente y su vice. Lo habrían acordado en la charla telefónica del domingo por la noche.

Era previsible para todos en el oficialismo la turbulencia en los mercados que le siguió al caótico cambio en el Ministerio de Economía tras la renuncia de Martín Guzmán y la llegada de Silvina Batakis en medio de una guerra política interna. Por ello, una vez resuelta la sucesión se lanzó un operativo en el Frente de Todos para dar una señal concreta de pacificación política frente a la intranquilidad económica.

El primer paso era que Fernández y Cristina Kirchner hablaran para acordar el reemplazo de Guzmán. Fue necesaria la intermediación de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, para convencer al Presidente, furioso con la vice. El segundo, mostrar un apoyo unánime a la designación de Batakis. Y el tercero sería el que está en marcha: un encuentro mano a mano que en lo posible incluya una foto.

Con la tensión en los mercados como telón de fondo, el oficialismo reclama llevar calma desde la política

No es un deseo ingenuo por parte de los dirigentes que lo reclaman: todos saben que las diferencias no se resolverán solo con una foto y que los egos y rencores personales también juegan, pero de la misma manera saben que los gestos y el simbolismo en política tienen peso. El pedido de gobernadores y legisladores no es que se amiguen, sino que ordenen la situación política.

Operativo "reunión": ¿qué rol juegan Massa y los gobernadores entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner?

El presidente de la Cámara de Diputados y tercer socio del Frente de Todos fue uno de los primeros en llegar a la quinta de Olivos el pasado domingo por la mañana para reunirse con Fernández en las horas más críticas del Gobierno y también uno de los primeros en pedirle que llamara a Cristina Kirchner.

Por haber sido también uno de los que en las últimas semanas le reclamó al jefe de Estado "repensar el Gobierno" y se sumó a las crecientes presiones del kirchnerismo sobre Guzmán, Massa acompañó con un gesto: decidió postergar para el 6 de agosto el congreso de su Frente Renovador que iba a realizarse el 15 de julio, según confirmaron a iProfesional fuentes de ese espacio político.

Esa cumbre del massismo iba a llevarse a cabo en un clima de fuerte malestar con la situación política y bajo la sombra de una posible renuncia de Massa a la presidencia de la Cámara baja. La profundización de la crisis por la renuncia de Guzmán hizo que todo quedara en pausa.Massa postergó la cumbre de su espacio político para contribuir a la pacificación política del Gobierno

Por su parte, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, también le pidió a Fernández que llamara a Cristina Kirchner. Según supo este medio, su posición es compartida por casi todos los mandatarios provinciales que integran la relanzada Liga de Gobernadores, otro actor político que en los días previos mostró su malestar con el renunciado ministro de Economía.

Es en ese círculo donde circula la idea de que se necesita un gesto contundente de que "la pelea se terminó", aunque las tensiones permanezcan. Una foto de ambos. La meta de gobernadores, intendentes y otros actores del peronismo, lógicamente, es llegar en la mejor forma posible a 2023 tras meses de fuego cruzado y ante una oposición que saca pecho y machaca (también lógicamente) sobre la disputa interna del Gobierno como un acto de "irresponsabilidad" y resalta su debilidad.

Un sugestivo cambio de agenda

Un hecho que alimentó las versiones sobre un encuentro entre Fernández y Cristina Kirchner fue la suspensión del acto que el Presidente tenía previsto encabezar para promulgar la ley de "alivio fiscal" para monotributistas y autónomos, impulsada por Massa y aprobada por unanimidad en el Congreso.

Era la única actividad oficial que Fernández tenía prevista además de la jura de Batakis. Haber liberado ese espacio en la agenda presidencial abrió un poco más la puerta a las versiones sobre una reunión entre el jefe de Estado y la titular del Senado para pacificar el clima, aunque con el correr de las horas el día y la hora quedó en suspenso y rodeado de hermetismo. No se ven desde el acto por los 100 años de YPF que encabezaron juntos el 3 de junio.Alberto Fernández y Cristina Kirchner no se ven desde el acto por YPF, donde las diferencias se notaron

De cualquier forma, el desafío que encara el oficialismo es mantener la tregua el mayor tiempo posible. Al menos hasta el momento de empezar a definir las candidaturas para las elecciones del próximo año. Esa será otra pulseada.

Tanto Massa como los gobernadores consideran que si no bajan los decibeles de la disputa no hay futuro político para casi nadie: todo el peronismo tiene atada su suerte a la estabilidad que los dos socios más importantes de la alianza puedan garantizar.

El análisis es que la crisis económica se profundizó debido a la pulseada a cielo abierto entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner sobre la gestión en general y las medidas económicas en particular. Poner pausa a esa novela, según evalúan en el oficialismo, es esencial para que la nueva gestión económica de Batakis tenga margen.

Lo que dejó la crisis más grave del Gobierno

El caótico fin de semana que vivió el Gobierno a partir de la renuncia de Guzmán, difundida por él mismo el último sábado mientras Cristina Kirchner daba un discurso en Ensenada, estuvo repleto de versiones sobre cambios en el Gabinete que, al no concretarse, dejaron un interrogante colgando.El futuro del Gobierno depende de un armisticio entre las dos cabezas más visibles del Frente de Todos

Fuentes del oficialismo le confirmaron a iProfesional que Massa estuvo a un paso de asumir como jefe de Gabinete. Lo que pidió fue contar con un equipo económico a su cargo e injerencia sobre la AFIP y el Banco Central. El Presidente no se mostró convencido y en su conversación con Cristina Kirchner se decantó por resolver lo más urgente: reemplazar a Guzmán en Economía.

El jefe de Gabinete, Juan Manzur, terminó por confirmar que Massa continuaría en la Cámara de Diputados. El nombramiento de Batakis también dejó de lado la reorganización general con la que se especuló durante 24 horas, con Capitanich en el Ministerio de Economía y Daniel Scioli al frente de una cartera unificada de Producción y Agricultura.

Todo ello quedó en versiones puestas a circular en medio de una evidente incertidumbre en el seno mismo del Gobierno y con Alberto Fernández jugado sin fichas tras la renuncia intempestiva del ministro al que había apoyado frente a las furiosas embestidas del kirchnerismo, y con el que pensaba resistir al menos hasta agosto.

Ahora se abre una nueva etapa y todo dependerá, otra vez, de cómo quede la relación entre Alberto Fernández y la vicepresidenta que lo eligió para presidir un gobierno de unidad peronista que decantó en una desunión con graves implicancias políticas y económicas.