Cristina Kirchner va por planes sociales: por qué es una clara amenaza para el futuro político del Presidente
Con su discurso en el acto de la CTA en Avellaneda, la vicepresidenta Cristina Kirchner activó un operativo para quitarle el manejo de los planes sociales a las organizaciones piqueteras que golpea en una de las bases de apoyo del presidente Alberto Fernández y, a la vez, inaugura su propia construcción de poder para las elecciones de 2023.
La vicepresidenta reclamó que "la aplicación de políticas sociales deje de estar tercerizada" y aludió con ironías al Movimiento Evita que lideran los hoy funcionarios Fernando "Chino" Navarro y Emilio Pérsico y que actualmente es uno de los sostenes del poder de Alberto Fernández. Por eso el Presidente los defendió y calificó los dichos de su vice como una "picardía".
El plan de Cristina Kirchner es descentralizar el control de los planes sociales en los municipios. Es decir, que pasen a manos de los intendentes. Uno de los encargados de ponerlo en marcha es el jefe de Gabinete bonaerense e intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia, Martín Insaurralde, según confirmaron a iProfesional fuentes del oficialismo.
Además de una amenaza para el Movimiento Evita, que maneja buena parte de esos planes sociales, y para las agrupaciones de izquierda como el Polo Obrero, la movida le permite a Cristina Kirchner empezar a alinear detrás suyo a los intendentes (especialmente a los del estratégico conurbano bonaerense) que se verían fortalecidos de concretarse esa idea, y también a los gobernadores peronistas.
De hecho, los 15 mandatarios provinciales que volvieron a abroquelarse en los últimos meses y mostraron iniciativa al impulsar un proyecto de reforma de la Corte Suprema, se reunirán este viernes en la provincia de Chaco que gobierna Jorge Capitanich y uno de los temas de la agenda será como terminar con la "tercerización" de los planes sociales, supo este medio.
Cristina Kirchner, los planes sociales y la señal para el peronismo
"Eso no es peronismo, peronismo es trabajo", fue una de las frases que lanzó la vicepresidenta durante el acto de la CTA al criticar los planes sociales. Luego, casi al final de aquel discurso, recordó la fundación de Unidad Ciudadana en 2017 y disparó: "Por eso somos Gobierno". Dos inconfundibles guiños a intendentes y gobernadores peronistas, en medio de la interna.
Dos días después, recibió en su despacho del Senado el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, que le acercó "una propuesta para transformar los planes sociales que hay en esa ciudad en trabajo", según contó ella misma en sus redes sociales, donde agregó que el jefe comunal también se la envió al ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta.
Casi en paralelo, Insaurralde apareció públicamente para respaldar la idea de Cristina Kirchner y afirmó: "Hice una ronda de consultas con intendentes bonaerenses, tanto del oficialismo como de la oposición y es unánime la aceptación de la descentralización del control de los planes sociales en los municipios. Hay que construir un Estado fuerte, eficiente, transparente".
Todo esto muestra que la vicepresidenta empezó a moverse y, detrás de ella, se empezó a movilizar a la estructura de poder del peronismo, intendentes y gobernadores que hace meses buscan un orden en medio de la disputa entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y un escenario electoral que pinta desfavorable para el Frente de Todos.
Por si faltaran ejemplos, dos de las presencias más notables en el acto de la vicepresidenta en Avellaneda fueron Zabaleta y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, dos funcionarios que además de ser considerados hasta ahora como "albertistas puros" son también jefes del conurbano que asiento en Hurlingham y San Martín, respectivamente.
¿Por qué este avance de Cristina Kirchner es un problema Alberto Fernández?
El Presidente se ve perjudicado en su proyecto de reelección por ese movimiento táctico de su vice debido a que enfrenta al poder territorial del peronismo con las organizaciones sociales que lo respaldan en la interna y también empieza a alejar de su estructura a funcionarios como Zabaleta y Katopodis.
De hecho, días atrás el ministro de Obras Públicas fue designado como secretario General del PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner. Otra señal inconfundible de que las huestes de la vicepresidenta buscan alinear a todo el peronismo para imponerse en la interna con Fernández. Su base es, nuevamente, la provincia de Buenos Aires, que concentra a casi el 40% del padrón nacional.
Todos estos movimientos no pasaron desapercibidos para Alberto Fernández, que tuvo que salir a defender su posición en el tablero: "Le quiero agradecer a las organizaciones que estuvieron al lado nuestro, que nos ayudaron sostener llevando compromiso adonde no existía, quiero agradecérselos aunque algunas hagan picardías que no convalidamos".
El mandatario respaldó así al Movimiento Evita, que junto a una parte de la CGT constituyen hoy su principal base de apoyo. Sin embargo, no evitará la disputa de poder que inauguró Cristina Kirchner, con el manejo de los planes sociales en el centro de la cuestión.
Y es que el Movimiento Evita ya adelantó su intención de subirse al ring con los intendentes y La Cámpora del otro lado, al emitir un comunicado en el que convocó "a todos los movimientos populares a construir un espacio político, social y cultural que discuta el modelo de país para enfrentar la concentración económica". El mensaje transluce un posible enfrentamiento electoral entre ambos polos.
Planes Sociales vs Salario Universal: la reforma que quiere el kirchnerismo
El objetivo de la iniciativa para "descentralizar" los planes sociales es, como afirmó la propia Cristina Kirchner, reemplazarlos por trabajo. La idea no es exclusivamente de la vicepresidenta, dado que tanto Alberto Fernández como Zabaleta hablan desde hace tiempo sobre la necesidad de avanzar en ese sentido.
Por ello Zabaleta encara desde hace meses negociaciones con el movimiento Unidad Piquetera -cuya columna vertebral es el Polo Obrero- que coordina Eduardo Belliboni, para poder sostener la decisión de no entregar más planes Potenciar Trabajo, que actualmente perciben 1,2 millones de personas.
No obstante, en la avanzada de la referente oficialista se incluye a la idea de establecer un Salario Básico Universal como reemplazo de todos los programas de asistencia, salvo la Asignación Universa por Hijo. Esta propuesta ya está contemplada en un proyecto de ley presentado por el grupo de diputados que responde al dirigente social Juan Grabois y tiene el apoyo de Máximo Kirchner.
Los planes sociales se multiplicaron en los últimos años. Según un informe realizado por el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y Fundar, Cristina Kirchner dejó su mandato en 2015 con 253.939 beneficiarios de estos programas sociales; para 2019, cuando terminó la gestión de Mauricio Macri, eran 641.762 y para septiembre de 2021 habían ascendido a 1.223.537.
Toda esa estructura no será fácil de reformar, como lo demuestra el intento de Fernández y Zabaleta por "cerrar" esa canilla y avanzar en la incorporación de esas personas al trabajo formal que hasta el momento choca con persistentes movilizaciones y piquetes.
La excusa perfecta para poner en marcha esta idea que apunta por doble vía a la política social y a la pelea por el poder la proporcionó la revelación de que el Polo Obrero le cobra un 2% del ingreso a cada beneficiario que reporta a esa organización.
En ese contexto, trascendió que el Gobierno podría quitarle unos 180.000 planes a esa agrupación como penalidad y traspasarlos a gobiernos provinciales y municipales. Sería un primer paso para el cambio en la política social y una demostración de que Cristina Kirchner empieza a imponerse en la interna por definir el rumbo del gobierno.