Boleta Única: ventajas, desventajas y qué puede cambiar con el nuevo sistema electoral
El proyecto para establecer la Boleta Única en Papel para las elecciones nacionales de 2023 es el caballo de batalla de la oposición en el Congreso para mostrar superioridad sobre el oficialismo, pero también implica un cambio de sistema que, al igual que la actual boleta partidaria, tiene ventajas y desventajas.
Entre los muchos modelos posibles, el proyecto unificado que los bloques intentarán aprobar este miércoles en la Cámara de Diputados propone una Boleta Única en la que los partidos o frentes que compitan por cargos nacionales (presidente, senadores y diputados) se dividen en filas horizontales donde aparecerán separadas las categorías.
Los votantes podrán marcar con una lapicera el casillero de "lista completa" o el que corresponda a cada categoría. Esta sería la nueva modalidad para el corte de boleta: marcar el casillero de la fórmula presidencial de un partido y de la lista de senadores de otro espacio.
Los defensores de este sistema (que ya se utiliza en provincias como Córdoba y Santa Fe) plantean dos grandes ventajas: el ahorro para el Estado en impresión de boletas y la transparencia. En este sentido, destacan que ya no será posible el robo de boletas y que se requerirán menos fiscales.
Por otra parte, sus detractores apuntan contra el tamaño que podría tener la boleta, particularmente en las primarias (PASO) donde cada frente presente más de una lista para todas las categorías, además de la ausencia de la nómina completa de candidatos a diputados nacionales, algo que afecta a las provincias más grandes como Buenos Aires.
Ventajas de la Boleta Única: menos peso del "aparato"
Durante el debate del proyecto en las comisiones de la Cámara baja la diputada de Juntos por el Cambio Silvia Lospennato puso de relieve que el nuevo sistema ayudará a corregir algunos de los "vicios" de la política como, por ejemplo, la aparición de boletas "en bolsones de comida, colchones o electrodomésticos que durante las elecciones se entregan a los que más lo necesitan".
"No va a desaparecer el clientelismo ni los colchones, pero ya no van a poder poner las boletas", subrayó la diputada, a la vez que remarcó que la Boleta Única "disminuye mucho el peso de los aparatos partidarios" y la necesidad de una fuerza política de tener la cantidad de gente suficiente para "defender su boleta a lo largo de la jornada electoral".
El director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral, Marcelo Bermolén, coincidió con ese diagnóstico en un reciente análisis donde subrayó que "da menos poder a los partidos y mayor poder a los ciudadanos" porque "el instrumento de votación será propiedad de los ciudadanos y no de los partidos políticos".
Bermolén subrayó que este sistema también "es más equitativo porque iguala la oferta electoral y concentra en una misma papeleta a todos los partidos o alianzas en competencia" y "es más ahorrativo y con sustentabilidad ecológica, ya que el Estado solo imprime boletas únicas de papel equivalentes al padrón electoral (más un 5 % por perdidas, sustitución o roturas)".
Impacto para las estrategias de campaña: ¿fin del efecto "arrastre"?
Por otra parte, los defensores del nuevo sistema señalan como otro cambio importante que "dificulta el arrastre, que puede ser tanto de los intendentes como de los presidentes". Así lo expresó el jefe del bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López.
Según esta visión, ya no se daría tan fácilmente el efecto por el cual un candidato muy reconocido o popular puede lograr, alentando el voto de lista completa, que se vea beneficiados los postulantes de otro tramo de la boleta.
Esto podría impactar en la estrategia electoral de figuras como la vicepresidenta Cristina Kirchner o el ex presidente Mauricio Macri, cuya presencia en cualquier tramo de la boleta puede "arrastrar" votos para las categorías inferiores.
Por ejemplo, si uno de ellos se postulara para la Presidencia, más de un intendente buscaría pegar su boleta a esa candidatura para verse beneficiado. Esta estrategia se basa en buena medida en que muchos votantes optan por lo más sencillo: meter una boleta entera y evitar la engorrosa práctica de doblar la papeleta para cortarla a mano o llevar tijera al cuarto oscuro.
El "arrastre" no sería imposible con la Boleta Única en Papel -dado que se puede seguir haciendo campaña en favor de la lista completa- pero tendrá más dificultades dado que el corte de boleta será menos incómodo.
Las posibles desventajas
En la Boleta Única que propone la oposición aparecerían un máximo de cinco candidatos a diputados nacionales. En la mayoría de las provincias se elige una cantidad de diputados igual o menor pero distritos como la Provincia de Buenos Aires, que renueva 35 bancas de diputados en cada elección, no podrán mostrar todos los nombres de la lista. Habrá afiches con las nóminas completas en los lugares de votación.
A pesar de las críticas que recibe la lista sábana, la ventaja es que todos los nombres de los candidatos figuran en la papeleta. Con el nuevo sistema, al no verse todos los candidatos al Congreso será más fácil "esconder" a algún postulante de los popularmente llamados "impresentables".
Por otra parte, al no ser necesaria una gran estructura partidaria o de fiscales que cuiden la boleta en todo el país, el nuevo sistema podría favorecer a los candidatos "unipersonales", con nombres de poco o ningún peso político en las categorías que lo acompañen.
En su reciente estudio, Bermolén también reconoció como una desventaja de este sistema "la menor información visible" en el caso de las listas de postulantes a diputados y "el tamaño" que podría tener la boleta en distintos distritos donde haya muchas candidaturas.
"No obstante, ambas dificultades podrían resolverse con creatividad y educación cívica. Los partidos políticos podrían hacer campañas para contar quienes integran las candidaturas y promover activamente el voto informado", afirmó.