Renta inesperada: el tercer paso de Alberto para conseguir una tregua con Cristina Kirchner
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Con la presentación del proyecto de ley para crear un impuesto a la "renta inesperada" el presidente Alberto Fernández completa una tríada de movimientos dirigidos a bajar la intensidad de la interna con la vicepresidenta Cristina Kirchner y tratar de solidificar la frágil unidad del Frente de Todos.
Junto al ministro de Economía, Martín Guzmán, el Presidente avanza con la medida que habían anunciado en abril pasado para cobrar un impuesto especial a las empresas que hayan tenido una ganancia neta "extraordinaria" o "inesperada" con motivo del shock internacional de precios que generó la invasión de Rusia a Ucrania.
La idea tiene el visto bueno del kirchnerismo, que estaba esperando que el Presidente la pusiera en marcha así como esperaba desde hacía mucho tiempo que Matías Kulfas, hombre de extrema confianza de Fernández, fuera echado del Ministerio de Desarrollo Productivo, lo que finalmente ocurrió tras la crítica pública que le hizo Cristina Kirchner al acusarlo de "operar" en su contra a través de los medios.
Así, Fernández tomó en pocos días dos decisiones que habilitan una tregua con sus rivales internos. Todo esto, después del reencuentro que tuvo con la vicepresidenta en el acto por los 100 años de YPF, donde se vio que las diferencias entre ambos persisten pero también que hay un intento por desdramatizar la disputa.
El combo para apuntalar la unidad de la coalición se completa con el respaldo oficial que el Presidente le dio al proyecto para ampliar la Corte Suprema de Justicia, tema que el kirchnerismo puso en agenda y luego recogieron los gobernadores peronistas. Al igual que el impuesto a la "renta inesperada", esta iniciativa le permite a un oficialismo fragmentado unificar su discurso y mostrarse en la misma sintonía.
Impuesto a la renta inesperada: ¿puede avanzar en el Congreso?
El proyecto para aplicar una alícuota especial a las empresas que hayan tenido en el último año ganancias netas superiores a los $1.000 millones entrará al Congreso por la Cámara de Diputados, donde se inician los debates referidos a cuestiones impositivas.
Por ello, antes de la presentación del proyecto junto a Guzmán, Fernández recibió al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Según supo iProfesional, conversaron entre otras cosas sobre los números y las posibilidades del oficialismo de construir mayoría en un ámbito donde la oposición puede bloquearlo si se une.
Con 118 diputados propios contra 116 de Juntos por el Cambio, que sostiene su postura de no avalar la creación de nuevos impuestos, el Frente de Todos necesita del apoyo de bloques provinciales, de las cuatro voluntades del Frente de Izquierda y tal vez también del Interbloque Federal, que generalmente se referencia en el economista Roberto Lavagna.
Salvo Juntos por el Cambio, el resto de los bloques opositores esperan a ver la letra del proyecto para definir su postura, pero según adelantaron fuentes parlamentarias a este medio, el panorama para el oficialismo es complicado. En principio, se observan como posibles apoyos a la Izquierda y las bancadas provinciales de Río Negro y Misiones.
Negociaciones y la ventaja de la "unidad"
Ese eventual acompañamiento de los bloques más chicos está sujeto a las negociaciones que empezarán en los próximos días. En el oficialismo sostienen que hay que esperar a ver cómo avanza el debate en comisiones y que la aprobación por el momento "no está garantizada".
La ventaja que tiene el proyecto sobre "renta inesperada" en comparación con otros enviados por el Poder Ejecutivo (y especialmente por el área económica siempre criticada por el kirchnerismo) es precisamente que unifica al Frente de Todos y deja la interna en segundo plano, lo que le da mayor fuerza a la hora de buscar su aprobación.
No obstante, los antecedentes indican que no se puede descartar que la iniciativa tenga modificaciones durante su tratamiento en Diputados, ya sea por la voluntad del sector kirchnerista de dejar su marca con elementos que pueden diferir de la visión que tiene Guzmán, o bien por la necesidad de conseguir apoyo de los bloques minoritarios.
Si el oficialismo lograr aprobar la iniciativa en la Cámara baja puede asegurar la sanción definitiva de la ley en el Senado, donde cuenta con al menos tres aliados circunstanciales entre ellos el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari. Un acuerdo con esas fuerzas políticas en Diputados podría replicarse en la Cámara alta.
Kulfas por Scioli: la otra decisión de Alberto para la tregua con Cristina
El desplazamiento de Kulfas, una de las principales figuras del "albertismo" dentro del Gabinete, fue la demostración más contundente de que Fernández busca cerrar la grieta interna con Cristina Kirchner. No solo porque la vicepresidenta le apuntó directamente por sus redes sociales un día después del reencuentro, sino porque en su lugar puso Daniel Scioli, hoy bien valorado tanto por el mandatario como por su vice según supo iProfesional.
Si bien el hasta ahora embajador en Brasil y ex gobernador bonaerense nunca fue figura que agradara demasiado al kirchnerismo, su paso como candidato presidencial de esa fuerza en 2019 y luego como diputado nacional le permitió tender puentes y su desembarco en el Gabinete cayó bien en casi todas las tribus del Frente de Todos.
No solo consideran que Scioli le dará algo más de volumen político al Gobierno por su experiencia, sino que además los entusiasma con la posibilidad de tener una oferta electoral más sólida para 2023. "Daniel va a querer competir y está bien, viene con el combo", indicó a iProfesional una fuente de la Casa Rosada.
El desgaste político que sufre el Frente de Todos por la dura pulseada interna levantó a Juntos por el Cambio como la principal alternativa de cara a 2023. Con Scioli y su perfil moderado, en el Frente de Todos creen que podrían tener un nombre competitivo. Aunque, al mismo tiempo, reconocen que esto "genera algún cortocircuito con Massa".
Y es que el presidente de la Cámara de Diputados había levantado el perfil en los últimos días con el impulso que le dio a la modificación del Impuesto a las Ganancias y del Monotributo, con buenas relaciones a uno y otro lado de la "grieta interna", lo que lo posicionaba como un posible candidato de unidad. Scioli cambió esa ecuación.
De todos modos, la posibilidad de tener más de una figura competitiva en momentos en que las encuestas muestran pocas chances para la reelección de Alberto Fernández y frente a una alianza opositora que también presenta varias opciones le da al Frente de Todos un nuevo envión para lo que viene.
La ampliación de la Corte: el otro gesto de Fernández al kirchnerismo
Horas antes de su reencuentro con Cristina Kirchner en el predio de Tecnópolis por los 100 años de YPF el Presidente recibió en casa Rosada a 18 gobernadores del PJ para mostrar su respaldo a la iniciativa que propone llevar la cantidad de jueces de la Corte Suprema a 25 miembros, con un magistrado por cada provincia.
La idea de ampliar el máximo tribunal nació en el bloque de senadores del Frente de Todos que en los hechos conduce la vicepresidenta. Los gobernadores recogieron ese plan y lo profundizaron, en el marco del malestar que reina entre los caudillos provinciales por el inminente fallo sobre la disputa entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires por los fondos de coparticipación que Fernández le quitó en 2020 al distrito porteño. Presumen que será favorable a la Ciudad.
El respaldo del Presidente a esa iniciativa no solo mejoró su sintonía con un conjunto de gobernadores que venían sumándose a las críticas internas contra su gestión -aunque en tono más bajo que el kirchnerismo- sino también con su vicepresidenta, que tiene al máximo tribunal entre ceja y ceja.
La pelea con el Poder Judicial es una de las pocas cosas que hasta el momento compartían Alberto Fernández y Cristina Kirchner. La modificación de la Corte es un factor de unidad que, sumado a la salida de Kulfas y al proyecto a la "renta inesperada", termina de darle forma a la estrategia para tratar de cerrar el frente interno.