Alberto Fernández se apoya en la CGT para la dura interna con Cristina: cuáles son los ejes de su nueva estrategia
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Tras varios meses de tensión en el Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández decidió seguir el "manual político" que se definió en las últimas reuniones de Gabinete y que apunta a enfocarse más en la gestión que en la pulseada interna con el sector liderado por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Esa estrategia demostró no ser fácil de llevar porque en cada aparición pública los funcionarios deben responder preguntas sobre la disputa que aqueja a la alianza oficialista y cada respuesta renueva el conflicto y los cruces, pero Fernández buscó aplicarla durante el acto de apoyo que le organizó el gremio de la construcción (UOCRA) en Esteban Echeverría.
Allí brindó un discurso en el que hizo hincapié en el crecimiento de la construcción (excusa oficial para el acto); el crecimiento de la economía que, según afirmó será de "más de 6 puntos este año" y en la "recuperación de 1,6 millones de puestos de trabajo" desde que empezó su mandato, y apuntó a la necesidad de "subir los salarios", al tiempo que le restó importancia a la interna y evitó responder a las críticas del kirchnerismo.
"Nos hacen discutir entre nosotros mucho. Están todos pendientes de qué decimos uno del otro. Pero en verdad los que estamos discutiendo somos los que queremos preservar los derechos que tienen los trabajadores desde 1945 y los que quieren quitarlos. Esa es la verdadera discusión, que nadie nos confunda", subrayó el Presidente, en una referencia a la oposición que buscó correr de la escena a los adversarios internos.
En cambio, los mensajes para la interna del Frente de Todos estuvieron a cargo de Martínez. El líder de la UOCRA remarcó que "el sistema argentino es presidencialista" y luego de un discurso en el que defendió la gestión de Fernández, le hizo un sugerente regalo: una lapicera. El gesto, de clara referencia a la autoridad presidencial, no puede ser interpretado como ajeno a la pulseada con Cristina Kirchner.
Alberto Fernández se apoya en la CGT en medio de la interna: ¿quiénes lo acompañaron en la demostración de fuerza?
El acto en el campo de deportes que tiene la UOCRA en el partido bonaerense de Esteban Echeverría fue concebido como una demostración de respaldo a Fernández. De hecho, en la reunión de ministros del pasado jueves, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, les pidió a los funcionarios que concurrieran al acto. No todos los hicieron.
En primera fila estuvieron Manzur y los ministros "albertistas" Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social). De los funcionarios más ligados al kirchnerismo, concurrieron solo Martín Soria (Justicia) y a Jorge Ferraresi (Desarrollo Territorial y Hábitat). La ausencia más notoria (aunque avisada de antemano) fue de Eduardo "Wado" de Pedro (Interior), el hombre más fuerte de Cristina Kirchner en el Ejecutivo.
También estuvo el presidente de la Cámara de Diputados y tercer socio del Frente de Todos, Sergio Massa, y los dirigentes del núcleo albertista como los diputados Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro, y el referente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico.
El respaldo más importante para el Presidente llegó, en cambio, de la CGT. La concurrencia del camionero Pablo Moyano y del líder de Sanidad Héctor Daer, además del propio Martínez, mostró que, a pesar de los embates internos, el mandatario cuenta todavía con el respaldo clave de la cúpula de la central gremial.
Se trata de un acompañamiento fundamental en medio de una crisis económica que se refleja principalmente en la pérdida de poder adquisitivo por efecto de la acelerada inflación, punto central de la discusión que mantiene el Presidente con Cristina y Máximo Kirchner.
La razón de ese apoyo en este contexto económico se explica, en parte, en el objetivo que trazó Fernández en su discurso: que "los salarios crezcan" y "luchar contra los que suben los precios". Precisamente, la CGT está organizando una movilización para poner la mira en los "formadores de precios" y apoyar al Gobierno.
Las claves del discurso de Alberto Fernández
Durante su presentación el jefe de Estado se concentró en los "pilares" de su gestión y explicó las dificultades de la economía por dos elementos: la pandemia de Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. Al respecto, afirmó que el Gobierno "enfrenta con decisión" esos problemas que encara "la humanidad" y que no esperaba cuando asumió el 10 de diciembre de 2019.
Seguidamente realizó un racconto de aspectos centrales de la gestión y subrayó: "La Argentina crece en su economía. Cuando todos decían lo contrario, el año pasado crecimos 10,3 puntos. Hoy nos enteramos que la Argentina va a crecer más de 6 puntos este año".
El mandatario destacó que "hoy en Argentina hay 4.600 obras en ejecución a lo largo y ancho del país", afirmó que para enfrentar el "déficit habitacional" se construyeron "45 mil casas" y que "hoy hay más de 120 mil casas que se están construyendo" con un guiño al gremio de la construcción, y puso de relieve que se lograron "recuperar 1,6 millones de puestos de trabajo formales".
"Tenemos que asumir también la realidad de la economía popular. Celebro que la economía popular trabaje junto a la CGT porque lo que quiere la Argentina no es hombres y mujeres con planes sociales, sino que tengan un trabajo", subrayó.
El tramo central de su discurso, para el sindicalismo que lo acompañó, fue cuando pidió nuevamente la búsqueda de un acuerdo entre "empresarios y trabajadores, para que el ingreso se distribuya de un modo más equitativo". Y agregó: "Voy a trabajar incansablemente para que los salarios crezcan, voy a luchar contra los que suben los precios".
Alberto, lejos de la interna: los mensajes al kirchnerismo, a cargo de Martínez
Fernández evitó entrar en cuestiones que generen más ruido del que ya hay sobre el Gobierno. Con ese espíritu evitó profundizar la polémica generada alrededor de su declaración previa sobre las "retenciones" agropecuarias como la "mejor forma" de desacoplar precios internos del trigo y la contradicción con su ministro de Agricultura, Julián Domínguez, así como procuró correr el foco de la interna con el kirchnerismo, al cual ignoró, y apuntar en cambio a la oposición, casi como si estuviera en campaña.
En ese sentido, el Presidente sostuvo que la verdadera discusión por su parte es con "los que quieren que cuando un trabajador sea despedido no le paguen indemnización, que las vacaciones dejen de ser pagas".
Los mensajes a la interna quedaron a cargo de Martínez, el organizador del acto al cual no fue invitado Máximo Kirchner, en un gesto de que cualquier demostración de unidad es más para la foto que para la política práctica.
"La mayoría de los que estamos acá votamos (en 2019) una lista sábana, Frente de Todos, que nos conmovía y nos convocaba a recuperar la esperanza. Votamos esa lista donde hay un Presidente, una vicepresidenta, senadores y diputados nacionales, convencidos de que íbamos a tener un cambio estructural estratégico de la visión que había gobernado antes y poner a la Argentina de pie", subrayó Martínez.
Poco después, destacó que "el sistema argentino es presidencialista" y, en lo que fue el mensaje más claro a la interna, señaló: "Presidente, usted dispuso una estrategia macroeconómica al ministro de Economía. Primero se resolvió la deuda privada, después se determinó que el parlamento es protagonista para endeudarse o resolver la deuda, algo que no existía y usted hizo".
Esa mención al ministro Martín Guzmán no fue inocente, dado que es el principal apuntado por el kirchnerismo. Eso se sumó a la condena contra los que "viralizan" discusiones internas.