Alberto Fernández y Guzmán se le plantan a Cristina: qué puntos marcan la ruptura y cuál es el temor en el peronismo para 2023
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El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, cerraron filas para defender el rumbo de la gestión luego de las críticas que realizó la vicepresidenta Cristina Kirchner el pasado viernes y en el oficialismo se impone una resignación a la ruptura de hecho.
La disputa entre el Presidente y su vice, que hace dos meses no se hablan, se empieza a canalizar por las políticas que cada uno impulsa por separado y con su idea de lo que debe hacer el Gobierno. Agendas separadas que por momentos pueden confluir y por otros no.
En el Frente de Todos ya hay voces que hablan de "ruptura" aunque esta no haya sido formal. Respaldado por Fernández, Guzmán sigue en su cargo pese a las presiones públicas del kirchnerismo para echarlo, así como continúan los funcionarios de La Cámpora que algunos dirigentes cercanos al Presidente y parte del sindicalismo cegetista querían correr.
De esta manera, la disputa que Cristina Kirchner llamó "debate de ideas" dentro del Gobierno continúa sin solución pero también sin salidas estridentes de la coalición, mientras Fernández y Guzmán defienden su política económica y la vicepresidenta empuja la suya desde el Congreso.
Alberto Fernández y Guzmán, unidos frente a Cristina
El Presidente y el ministro de Economía comparten al menos parcialmente el diagnóstico de Cristina Kirchner sobre los problemas que atraviesa la economía. Las diferencias están dadas por la forma de encararlos y el malestar por los dardos que le tira el kirchnerismo a Guzmán.
"Hay un tiroteo que es más fuerte que como está la economía hoy. La situación actual no ameritara para tanto tiroteo", graficó pocos días atrás una fuente de Casa Rosada a iProfesional. Es en ese contexto que Fernández eligió a Guzmán para dar el "debate de ideas" con la vicepresidenta.
El ministro fue directo. Primero señaló que durante el gobierno de Cristina Kirchner, además de "logros" hubo "problemas de inconsistencia macroeconómica". Luego se manifestó dispuesto a dar un "debate" sobre los aumentos de tarifas y cuestionó el congelamiento que funcionó durante la gestión de la actual vicepresidenta.
Guzmán preguntó "en qué país del mundo ha funcionado para encauzar un sendero de desarrollo con inclusión social, tener subsidios energéticos de 3 o 4 puntos del PBI" o financiar el déficit con "una moneda que por efecto la inflación la gente deja de querer". Así buscó defenderse de las críticas que hizo Cristina Kirchner en Chaco, donde remarcó que "hoy a la gente la plata no le alcanza" y que hay una "política de salarios bajos".
El tema salarial es parte de la agenda que los legisladores alineados con la vicepresidenta empezaron a empujar en el Congreso, donde su hijo y diputado nacional Máximo Kirchner presentó un proyecto para adelantar el aumento del 45% del Salario Mínimo, Vital y Móvil previsto para todo al mes de agosto.
Guzmán no esquivó las consultas sobre el tema. Coincidió con el kirchnerismo en la necesidad de que "el Salario Mínimo Vital y Móvil le gane a la inflación" pero dejó de lado la iniciativa legislativa al aclarar: "Esto se discute en el Consejo del Salario, vamos a mantener la discusión en el Consejo del Salario apuntando a que crezca en términos reales".
"A los problemas no los oculto": la sugestiva frase de Alberto Fernández
En momentos en que los dichos de Guzmán rebotaban en todo el ambiente político Alberto Fernández encabezó un acto en Parque Norte, donde expresó: "Nunca me hice el distraído ni frente a la pobreza, ni frente a la desigualdad ni ante la falta de trabajo. Soy peronista, cuando veo un problema le pongo el pecho y veo cómo lo enfrento".
"A los problemas no los oculto. Sé que la economía crece, sé que el trabajo formal aumenta, sé que la distribución está teniendo problemas porque mientras tengamos los índices de inflación que tenemos la distribución es un problema", agregó.
Si bien el Presidente instruyó a sus ministros a que no respondan a las críticas del kirchnerismo y tendrá en los próximos días un descanso de la interna por su gira oficial por Europa, ese tramo de su discurso se leyó rápidamente como una referencia a su vicepresidenta.
Y es que durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, entre 2011 y 2015, el INDEC había dejado de medir el índice de pobreza, un hecho que le valió numerosas críticas.
El jefe de Estado se expresó así al participar del 57° Congreso ordinario de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Fatsa), horas antes de emprender viaje hacia España, donde se reunirá con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Luego tiene previsto visitar Alemania y reunirse con el canciller, Olaf Scholz.
La "ruptura" en la agenda
Mientras Fernández y Guzmán defienden la gestión económica y avanzan con el recorte de subsidios a las tarifas de energía resistido por el kirchnerismo, la vicepresidenta empezó la semana pasada a mostrar una agenda económica independiente.
Al proyecto para adelantar el aumento del Salario Mínimo se le suma una iniciativa presentada por senadores del Frente de Todos que establece una nueva moratoria previsional para que los hombres y mujeres que no cuentan con los 30 años de aportes puedan acceder a la jubilación con un plan de pagos. En tanto, un grupo de diputados del kirchnerismo presenta este martes un proyecto de Salario Básico Universal.
La iniciativa propone establecer una "prestación monetaria mensual no contributiva" para trabajadores "de bajos ingresos" igual al valor de la Canasta Básica Alimentaria. Fue presentado por Itaí Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho, los tres diputados del Frente Patria Grande de Juan Grabois.
Cristina Kirchner ya tenía (y desde hace varios meses) una agenda propia. La reforma de la Corte Suprema y el proyecto para crear un fondo de pago de la deuda con el FMI a partir de un impuesto sobre los bienes sin declarar en el exterior forman parte de ese temario que activó sin consultar previamente con el Ejecutivo. Les suma ahora, con la misma independencia del Ejecutivo, proyectos relacionados exclusivamente con la economía doméstica.
Fernández, por su parte, ve cómo empieza a activarse su propia agenda de temas económicos en el Congreso. Por ejemplo el proyecto de "Compre Argentino y desarrollo de proveedores" que empieza a debatirse en Diputados o la reciente ley marco para la industria del cannabis medicinal. Ambas iniciativas fueron presentadas por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, otro de los apuntados por el kirchnerismo.
De esta manera, la ruptura tantas veces anticipada se concreta en la agenda pero sin modificar el "loteo" actual del Gabinete. Y la mayor o menor coincidencia en torno a cada tema se termina por definir en el ámbito parlamentario.
Temores y dudas en el peronismo para 2023
Este estado de división constante preocupa a todo el resto del elenco peronista con miras a 2023. Nadie tiene claro qué tanto margen tendrá Alberto Fernández para aspirar a su reelección, qué movimiento hará Cristina Kirchner en el armado político y si podrán o no tener una primaria con varios candidatos.
"Hay una gran cantidad de actores (gobernadores, gremios, movimientos sociales) y gente en la base del peronismo que no quiere esta ruptura y no la entiende", deslizó a iProfesional un operador oficialista con experiencia en la militancia de base.
Tras opinar que "hay que comportarse un poco más profesionalmente" y dejar ver el malestar que reina por lo bajo en el oficialismo, señaló: "Acá la pregunta es cómo se logra un peronismo competitivo que pueda ganar por 5 puntos o perder por 5 puntos que sería lo natural en este sistema politico". Por el momento, no tienen respuesta.
Las encuestas que circulan por estos días muestran un panorama complejo para el Gobierno y, por extensión, para el variopinto universo peronista. Por eso son varios los gobernadores que ya están evaluando desacoplar las elecciones locales de las presidenciales.
Números negativos y estrategia en duda
La última encuesta de la consultora Zuban Córdoba, realizada a fines de abril entre 2.000 personas consultadas, arrojó un 68,5% de desaprobación del Gobierno y un magro 23,9% de intención de voto, con poca diferencia sobre el 20,6% que se mostraron dispuestos a votar a un candidato liberal o libertario.
La medición activó alarmas tanto en el Gobierno como en la oposición por el crecimiento que exhibe ese espacio encarnado principalmente por el excéntrico economista y diputado Javier Milei y que empieza a perfilarlo como tercera fuerza.
Ante esos sondeos y las internas que se dan en el Frente de Todos así como en Juntos por el Cambio, los gobernadores peronistas de provincias como Entre Ríos, Catamarca, Tucumán y San Juan piensan en celebrar sus elecciones antes de las nacionales.
Según explicaron a este medio fuentes del entorno de uno de esos gobernadores, la alternativa del desdoblamiento "se habla, se piensa pero nadie quiere definir nada todavía porque es tan volátil el escenario en el peronismo que no tiene mucho sentido adelantarse tanto".