Confidencial | Las internas recrudecen en el oficialismo: ¿Cristina se fortalece si gana Lula en Brasil?
De cara a las elecciones presidenciales del año que viene, cada día transcurrido genera nuevos conflictos y ambiciones dentro de los espacios del gobierno y la oposición. En el oficialismo miran lo que sucederá en Brasil: el kirchnerismo cree que si gana Lula, se puede fortalecer la figura de Cristina.
De modo que habrá que ir por partes. Dentro de la alianza de gobierno la relación entre kirchnerismo y albertismo es irreconciliable. Digan lo que digan, el presidente y su vice no tienen ningún retorno. Y en esa puja, los propios seguidores de Alberto Fernández empiezan a ponerse incómodos con su jefe por lo que juzgan, es una falta de reacción asombrosa.
"Nunca pensé que Alberto se iba a quedar mirando como le entran por todos lados sin hacer nada, parece el señor Flanders, ¿viste el de Los Simpsons que Homero le hace de todo y el tipo sonríe?", grafica un fiel seguidor del actual presidente visiblemente decepcionado. Esta lectura corre por buena parte del albertismo, podría decirse, entre todos los que deciden hablar en off.
"Nos están pasando por arriba. Tenemos la caja pero ellos controlan la comunicación, es delirante, algo estamos haciendo todo muy mal. El mensaje que le queda a la gente es que Alberto es como…ya sabés el radical que no encontraba la salida del programa de (Marcelo) Tinelli", dice otro albertista de la primera hora en clara referencia a Fernando De la Rúa.
El kirchnerismo mira a Brasil: ¿si gana Lula se fortalece Cristina?
Mientras tanto en el kirchnerismo empiezan a pensar en cooptar a los albertistas potables para terminar de socavar la intención reeleccionista del actual mandatario. "Hay varios que pueden servir, o que puede servir incorporarlos para terminar de ablandarlo" dice un estratega del Instituto Patria.
En ese recinto de elaboración de ideas, se ilusionan también con la candidatura directa, lisa y llana, de la propia Cristina Kirchner para su tercer mandato. Miran a Brasil y se esperanzan con Lula, que intentará volver a ser presidente en octubre próximo. "Si gana Lula, que estuvo preso y fue maltratado por todo Brasil, apalanca la candidatura de Cristina, solo dependerá de que ella quiera".
En este rulo eterno de la política argentina, ya nada suena a disparate. Lo que parece más difícil es que la actual vicepresidenta quiera volver a embarcarse en las cuestiones cotidianas de la administración. "Yo no creo, ese laburo ya no le interesa. Guiar sí, aconsejar, incluso mandar, pero tiene que haber quien ejecute porque la doctora no creo que tenga ganas", dice quien muy bien la conoce.
De todos modos, la cosa dependerá de que el kirchnerismo encuentre un candidato potable y competitivo. La combinación entre que tal cosa no ocurra y un eventual triunfo de Lula en Brasil, pueden terminar empujando a Cristina. Hoy, candidato ganador, no hay.
¿Cristina vs. Macri?: el escenario esperado por el kirchnerismo en 2023
Y también deberá ir calculando el kirchnerismo como se desencadena la interna opositora. Si el candidato termina siendo Mauricio Macri, algo que nadie se anima todavía a descartar, la gran madre de todas las batallas, Cristina versus Macri, puede entusiasmar a la vice.
Y ya que andamos por la zona de la oposición, las piezas también se mueven, con menos luces sobre su cabeza, pero con intensidad similar a lo que ocurre con el oficialismo. El radicalismo por ejemplo, hierve.
Gerardo Morales, supuesto precandidato del espacio, tira a diestra y siniestra hacia adentro, especialmente contra el propio Macri. Dentro de la UCR, hay quienes dicen que pese a lo que se manifiesta, Morales hace un trabajo de desgaste. Da la pelea mediática aunque implique un costo, porque el candidato va a ser otro, Facundo Manes, por ejemplo.
"Analizá esto: Manes en campaña era un boca suelta, tiraba para todos lados incluso a los propios en la primaria, le entró a (Diego) Santilli, a Horacio (Rodríguez Larreta) y ahora, esta calladito en su banca. El que reparte es Gerardo. Lo están guardando para mostrarlo como el candidato de la paz y la unidad", dice un viejo conocedor del centenario partido.
Sin embargo, es difícil pensar que el radicalismo tenga una estrategia general tan minuciosamente elaborada, porque la reyerta pequeña sigue disparando enojos importantes hacia adentro mismo de los portadores de boina blanca. El reparto de las comisiones en la Cámara de Diputados es un buen ejemplo.
Las negociaciones en la Cámara de Diputados
En la negociación con Sergio Massa y dada la paridad de los bloques, Juntos se adjudicará la presidencia de 20 comisiones en tal Cámara. De las mismas, 11 quedarán para diputados del PRO y 9 para diputados radicales. Sobre dichas 9, hay una batalla campal. Porque encima, con la ruptura de los diputados que lidera Martín Lousteau en el bloque Evolución, en realidad a los radicales puros les quedaron 7 y a Evolución 2. De todo esto, los radicales culpan a la conducción de Mario Negri, al que hace solamente un par de meses, ratificaron en el cargo, como líder.
Los que se sientan perjudicados en el reparto (unos cuantos), seguramente se reacomoden dentro del partido, busquen cobrarse revancha saliéndose de la lógica del oficialismo partidario y fortalezcan alguna opción alternativa.
En la política cotidiana, esos pequeños detalles, pueden generar cismas, que la sociedad no se explica, porque la gente está tratando de llegar a fin de mes, mientras en el submundo político, debaten un contrato para financiar a los que "hacen territorio".