Con Cristina ausente, se aprobó el acuerdo con el FMI pero el FdT quedó en crisis: ¿se complica la agenda de Alberto Fernández?
El acuerdo con el FMI fue aprobado por el Senado por una amplia mayoría y en los plazos que el presidente Alberto Fernández deseaba, pero el clima en la bancada oficialista quedó caldeado y le plantea dificultades para el último tramo del mandato y de cara a 2023.
El proyecto que autoriza el refinanciamiento de la deuda de u$s44.500 millones contraída en 2018 y los nuevos desembolsos para afrontar los pagos se aprobó con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones. Al igual que había ocurrido una semana antes en Diputados, el Frente de Todos votó dividido. Cristina Kirchner no estuvo para la votación
Así, el acuerdo con el FMI que le da aire a la gestión de Alberto Fernández para evitar la consecuencias nocivas para la economía de un default pero al mismo tiempo dejó como saldo una fractura en la coalición oficialista por las diferencias públicas entre el mandatario y su vice, Cristina Kirchner.
"En el bloque del Senado el clima no quedó tan mal, pero en Diputados está todo mucho más picante", describió a iProfesional una fuente del Gobierno con conocimiento del ámbito parlamentario y preocupación por el momento político.
La división entre "albertistas" y "cristinistas" que el acuerdo con el FMI puso de manifiesto abre dudas sobre el margen que tendrá el Presidente para hacer avanzar su agenda en el Congreso y le da una cuota mayor de poder a Juntos por el Cambio, donde advierten que la colaboración de esta oportunidad no se repetirá seguido.
La crisis del Frente de Todos: ¿tiene solución?
En el Gobierno reconocen que el futuro de corto y mediano plazo para la gestión del Frente de Todos "va a depender mucho de si Alberto y Cristina pueden arreglar las cosas".
En un gesto llamativo, la Casa Rosada reconoció públicamente la ruptura en la relación a través de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, que confirmó que la vicepresidenta no le atendió el teléfono al Presidente cuando la llamó tras el ataque a pedradas contra el Congreso y su oficina.
Sin embargo Fernández se niega a una posible separación formal como le aconsejan los dirigentes más allegados y si bien está molesto evalúa que el costo político y sobre todo electoral sería muy alto, según trasciende desde la Rosada. Algunas de las autoridades del Congreso piensan lo mismo.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque oficialista del Senado, José Mayans, trabajan por estos días en evitar una ruptura en los bloques y recomponer las relaciones entre las distintas tribus del Frente de Todos.
Y es que la votación del acuerdo con el FMI dejó una referencia para ese hipotético escenario que preocupó a todos los referentes parlamentarios el oficialismo. En Diputados, el sector más alineado con el Gobierno y alejado de Cristina Kirchner reuniría algo más de 70 entre las 257 bancas y en el Senado apenas unas 20 de las 72 que forman el pleno.
Según supo iProfesional de fuentes parlamentarias, Massa tiene en mente impulsar proyectos de ley que reúnan consenso para empezar a acercar posiciones en la bancada oficialista que quedó más dañada tras la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura como primera muestra de rechazo al acuerdo con el FMI.
El terreno que ganó Juntos por el Cambio
La crisis del Frente de Todos es todo ganancia para Juntos por el Cambio, que luego de forzar a Alberto Fernández a modificar el proyecto original, le aseguró la aprobación del acuerdo y lo usó en su favor al presentarse como "una oposición racional y responsable", tal y como resumieron sus diputados y senadores.
Con las 116 bancas que tiene en la Cámara baja y las 33 del Senado, Juntos por el Cambio sacó rédito de la fractura del oficialismo, aunque en sus filas señalan que la colaboración posiblemente no se repita. "Nosotros no co gobernamos, somos oposición, cuidado. Es tiempo de que se hagan cargo", advirtió el jefe del bloque radical del Senado, Luis Naidenoff, en el debate por el FMI.
Es en ese contexto que los dirigentes del Frente de Todos más cercanos a Alberto Fernández o los que hacen equilibrio dentro de la alianza buscan la crisis generada por el acuerdo con el Fondo Monetario en el Congreso se solucione como sea y lo antes.
Si bien la intransigencia de Juntos por el Cambio podría variar -pues también tiene sus internas y puede dividirse en alguna votación- los otros aliados potenciales de partidos provinciales se "subirían el precio", como suele decirse.
En el Senado, la misionera Magdalena Solari (independiente de ambas coaliciones) dio una primera señal en ese sentido al justificar su voto a favor del entendimiento con el FMI "esperando que esta responsabilidad tenga una correlación desde el Gobierno nacional". El rionegrino Alberto Weretilneck, en tanto, criticó con fuerza al ministro de Economía, Martín Guzmán, a pesar de su voto a favor.
¿Puede trabarse la agenda de Alberto Fernández?
La Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas; la reforma del Consejo de la Magistratura; la Ley de Compre Argentino; el Marco Regulatorio para la Producción de Cannabis para uso industrial y medicinal; la Ley de Inversiones en la Industria Automotriz – Autopartista y la Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, Otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) , son algunos de los proyectos que el Presidente ya presentó al Congreso.
Algunos de ellos formarán parte de los primeros debates posteriores a la traumática aprobación del acuerdo con el FMI y la forma en que avancen marcará en parte el destino de la agenda presidencial en el parlamento, a la que próximamente podrían sumarse medidas que a bajar la inflación, la obsesión de Fernández para esta nueva etapa.
El proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura enviado por Alberto Fernández al Senado en medio de críticas al Poder Judicial y de la urgencia por el fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la integración que regía desde 2006 y podría comenzar a tratarse en comisiones la semana próxima, según supo iProfesional.
La iniciativa plantea elevar el número de miembros del organismo que selecciona y disciplina a los jueces de 13 a 17, pero nunca pasó por el filtro de los senadores más cercanos a Cristina Kirchner como Oscar Parrilli, que preside la Comisión de Justicia que abordará el proyecto, y no se descarta que el proyecto tenga alguna modificación.
El freno a propuestas de Alberto Fernández en el Senado se viene dando desde antes de la crisis del FMI. El pliego de Daniel Rafecas como procurador general es uno de los ejemplos más notorios.
En la Cámara de Diputados, en tanto, el proyecto sobre la Industria Automotriz sería uno de los primeros en abordarse con el impulso de Massa, de acuerdo a fuentes parlamentarias. El tercer socio del Frente de Todos quiere armar una agenda con temas de consenso, para empezar a aliviar el clima.
Alberto Fernández envió esa extensa lista de proyectos el año pasado. La idea era que alguno de ellos se tratarán durante las sesiones extraordinarias que convocó para febrero, pero el Congreso no lo hizo porque tampoco se reunió. La crisis ya había empezado en el Frente de Todos y la agenda presidencial quedó, en aquel momento, congelada.