Si el acuerdo con el FMI se aprueba en el Senado, el Gobierno implementaría cambios en el gabinete
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El albertismo empieza a presionar al Presidente Alberto Fernández para que realice modificaciones en sus ministerios. Se debe a la creciente tensión interna en el oficialismo por los rechazos al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Varios funcionarios están en la cuerda floja.
La resolución inconclusa sobre el proyecto de ley que renegociará la deuda con el Fondo Monetario Internacional dilata algunas definiciones políticas dentro del Frente de Todos y del gobierno de Alberto Fernández.
Hace algunos meses atrás, durante la crisis que dejó la derrota en las elecciones legislativas, el kirchnerismo duro reclamaba que había que "bajar y dar de nuevo" para relanzar la gestión.
El primer giro de timón abrupto llegó con la renovación de varios ministros luego del fracaso en las PASO.
Pese a que el Presidente se sentía apoyado políticamente, la mitad de su gabinete lanzó una catarata de cartas con renuncias, y destapó una tensión interna que aún continúa.
Ahora creen en el albertismo que es tiempo de volver a ordenar el avispero y reclaman cambios en el Gobierno si llega a salir triunfante el respaldo legislativo del acuerdo con el FMI.
Post acuerdo con el FMI: el Gobierno plantea cambios de Gabinete
Cada vez que el Gobierno atraviesa tensiones internas, surgen los rumores de cambios en el gabinete, sobre todo después de las advertencias de varios dirigentes que acusaron de "traidores" a los aliados que niegan a votar el entendimiento con el Fondo.
El primero en enviar un mensaje contundente fue el ministro ultra albertista, Aníbal Fernández, quien afirmó que "si quieren hacerle daño al Presidente, sáquense la careta y díganlo de frente"."¿No te gustó? Bueno, comete el sapo que te corresponda, pero andá a votar. Para eso te eligieron", reclamó a los propios el titular de la cartera de Seguridad.
En ese mismo tono se expresó el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, durante el acto en el Alberto deslizó la idea de pelear por la reelección.
"No se hagan los sordos y traten de cuidar nuestro gobierno. A los legisladores les pido coherencia. ¡No sean traidores!. No podemos entrar en default. Entrar en default sería una catástrofe nacional", lanzó el jefe comunal cercano al Presidente y también aliado de Cristina Kirchner cuando era presidenta.
Los reclamos de los fieles llegaron a los oídos de Alberto, quien se refugia en los suyos para hacer frente a los próximos 22 meses de gestión.
En la Casa Rosada desmienten la posibilidad de que haya modificaciones en el corto plazo por el debate en el Congreso. Varias fuentes consultadas resaltan la necesidad de "unidad" y de "paz interna".
Las ausencias en la Asamblea Legislativa y posibles cambios en Gabinete
Las ausencias en la Asamblea Legislativa de dos líderes de La Cámpora, como Máximo Kirchner, y del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro- esto último de viaje en el exterior-, destaparon la posibilidad de un quiebre en la alianza. Pero desde ambos lados intentaron minimizar los faltazos.
Cerca del funcionario descartaron que haya un vínculo tirante con el jefe de Estado. "A la gira a España lo mandó Alberto.
Además, desde allá bancó el acuerdo con el Fondo", explicaron al referirse a las palabras del ministro, quien hoy suena internamente como posible candidato para enfrentar al Presidente en una interna.
Wado de Pedro habló en un medio español sobre la importancia del entendimiento con el FMI y afirmó que " el acuerdo es el comienzo de la solución y evita una catástrofe en lo inmediato". Sus palabras dejaron conforme a la Rosada.
Ola de rumores de cambios en el gabinete
La ola de rumores sigue latente en los pasillos de la Casa de Gobierno en medio de la resistencia interna en las distintas alas del oficialismo por las negociaciones con el FMI.
El Presidente tiene por ahora en la cabeza solamente tener luz verde con el proyecto de la renegociación de la deuda.
En Diputados tuvo que ceder a las exigencias de la oposición y hacer modificaciones.
En el Senado, aún reina un panorama de incertidumbre con el preponderante poder de la vicepresidenta.
Qué funcionarios del Gabinete están cuestionados
Dentro de las posibles eyecciones dentro del gabinete siempre se menciona a Juan Manzur.
Pero hace pocas semanas, el jefe de Gabinete expresó públicamente que se sentía respaldado por el Presidente. Esta semana se lo vio muy activo en las negociaciones por reunir consensos de los gobernadores y de los jefes de bloques en la Cámara de Diputados.
"Está firme como granadero", repiten cerca del tucumano ante la consulta de un posible regreso a su provincia. El funcionario llegó al Gobierno en plena crisis política en septiembre de 2021.
Los hombres de confianza que rondan reclaman autonomía al Presidente. No cayeron bien los videos que publicó la organización que lidera el hijo de la vicepresidenta defenestrando al Fondo Monetario Internacional. Muchos creen que es difícil volver a las coincidencias después de semejante desplante.
También se empezó a hablar del protagonismo que recobró el canciller Santiago Cafiero, desplazado de la Jefatura de Gabinete y uno de los líderes del Grupo Callao, que acaba de resurgir en la pelea del acuerdo con el FMI.
La agrupación identificada con el albertismo lanzó un comunicado firmado por varios ministros del gabinete. La vuelta de Cafiero a la Rosada sigue siendo un rumor de los pasillos de Balcarce 50. Hasta se mencionó que sería reemplazado por Jorge Argüello, el embajador argentino en los Estados Unidos.
Desde la Cancillería descartaron por ahora cualquier mudanza a otro ministerio en momentos que está por emprender un viaje de negocios a Medio Oriente, previsto en un principio con el Presidente pero que tuvo que suspender ante el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
¿Más cambios en el Gabinete?: Guzmán en el ojo de la tormenta
Otro ministro que sigue en el ojo de la tormenta es Martín Guzmán.
El ministro de Economía quedó en el centro de las críticas del kirchnerismo duro luego de las concesiones a la oposición para destrabar el acuerdo con el FMI.
El programa económico que presentó el funcionario no fue avalado por los sectores internos que reclamaron la letra chica del proyecto.
Cuando toda la batalla pasa por el Congreso, Guzmán se alejó y emprendió un viaje a Houston para reunirse con empresarios energéticos y funcionarios de Estados Unidos.