Vidrios rotos en el despacho de Cristina Kirchner tras protestas de la izquierda frente al Congreso
La violenta protesta que realizaron distintas agrupaciones de izquierda frente al Congreso en contra del acuerdo con el FMI generó destrozos en la fachada del palacio legislativo que afectaron al despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner y de otras autoridades del Senado.
Según pudo corroborar iProfesional, las piedras que arrojaron algunos de los manifestantes contra el edificio rompieron una de las ventanas de la oficina de Presidencia del Senado que utiliza Cristina Kirchner, en el primer piso del palacio.
Las pedradas también alcanzaron una de las ventanas del despacho del Bloque Justicialista que ocupa el jefe de la bancada del Frente de Todos, José Mayans, en el segundo piso, justo arriba de la oficina de Presidencia de la Cámara alta.
Otra rotura se registró en una de las ventanas del Salón Arturo Illia, ubicado en el primer piso y a poca distancia de la oficina de la vicepresidenta y otra en el Salón Atrio, el que da a la explanada principal del Congreso, por donde suele ingresar el Presidente de la Nación cada 1 de marzo para hablar ante la Asamblea Legislativa.
El Senado se llevó la peor parte de la protesta
Las protestas se llevaron a cabo principalmente sobre la Avenida Entre Ríos, justo en la puerta del Congreso. Desde esa perspectiva, las oficinas de Cristina Kirchner y de Mayans se encuentran del lado izquierdo del edificio, en el cruce con Hipólito Yrigoyen, y se llevaron la peor parte de los incidentes.
"Lo que pasa es que si no ponen vallado cuando viene una protesta es un peligro", se quejaron algunos de los dependientes de la Dirección de Seguridad de la Cámara alta, consultados por los destrozos.
En efecto, al inicio de la movilización que realizaron el Polo Obrero, el Frente Darío Santillán, el MST e Izquierda Socialista, entre otros, no había ningún operativo de seguridad alrededor del Congreso.
Solo se colocaron vallas en los dos accesos a la Cámara de Diputados que se ubican en la Avenida Rivadavia al 1800, para ordenar la entrada de los legisladores y de la prensa, pero no había siquiera una consigna policial en los alrededores cuando se inició la manifestación que terminó con graves incidentes.