El plan del Gobierno para desgastar a Larreta y que el candidato del 2023 sea Macri
Desde hace un tiempo, macrismo y kirchnerismo juegan el mismo partido: polarizar a muerte. Ambos, han tenido como estrategia jugar a los extremos para poner al elector llamado injustamente "indeciso" frente a una definición de todo o nada. El indeciso no es un vacilante, sino alguien que preferiría votar una alternativa menos extrema, pero puesto a elegir entre A y Z se ve obligado a extremizarse contra su voluntad y lo hace a último momento.
La eventual candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta es un problema para el kirchnerismo, porque representa una incógnita no probada hasta ahora: un candidato que navega aguas intermedias (la ancha avenida del medio dijo alguna vez Sergio Massa), pero con aparente potencia electoral.
"Y con una ventaja, viene de la Ciudad, el distrito que marcó la definición de varios presidentes en los últimos años. Haber sido eficiente gobernando la Capital, parece ser, desde (Fernando) De la Rúa, algo que puede definir elecciones", dice uno de los armadores del presidente Alberto Fernández.
Por eso el gobierno ha decidido no arriesgar y seguir jugando a los extremos. Además, Mauricio Macri podría ser el mejor candidato de la oposición ante un fuerte desgaste de Larreta, y el gobierno quiere comparar gestiones, volver a la receta de echarle la culpa de todo al desgastado ex presidente, aprovechar su altísima imagen negativa.
"La cosa es así: si el pelado llega a las presidenciales con una gestión en claro declive, su candidatura se diluye. El porteño es ingrato, se olvida enseguida de lo que hiciste bien. Si lo hacemos llegar al fin del mandato con dos años escupiendo sangre, es Macri, Bullrich no tiene armado, y a Macri le ganamos", asegura una fuente peronista, de las que hace años atraviesa todos los gobiernos del palo.
Vaciamiento
La estrategia es sencilla: vaciarlo de dinero. La quita de varios puntos de coparticipación fue un primer paso, pero las urgencias de la pandemia interrumpieron el proceso de un plan armado que ahora se retomó. El traspaso de los colectivos con su consecuente quita de subsidios es otro golpe al mentón.
"La gente puede putear al gobierno nacional ahora, pero en dos meses, el que aumentó el boleto fue Larreta, el que aumentó los impuestos es Larreta y el que, pese a todo eso, tiene la Ciudad cada vez peor es Larreta, en dos años lo van a querer matar, es más, van a estar pensando cuanto mejor gobernó la Ciudad, Macri", detalla el armador albertista.
El plan fue originariamente pergeñado por Cristina Kirchner, cuando todavía las rispideces entre presidente y vice eran menos notorias, y no estaba pensado para la reelección de Alberto, sino para impulsar otra candidatura, por ejemplo, la de Axel Kicillof, pero ahora fue retomado por el albertismo en busca de un segundo mandato.
La lógica es irrefutable y esta probada cuando se le quitó a Larreta la coparticipación hace mas de un año. Con menos dinero, el jefe de Gobierno se ve obligado a subir impuestos, pero con lo recaudado, no cubre ni por asomo lo que le sacaron, con lo cual la Ciudad tiene menos obras, menos reparaciones, menos seguridad, se deteriora, y la gente termina culpando a su gobernador.
El precio del boleto de colectivo
Con el precio del boleto de colectivo la cosa es igual. Por más que la Ciudad trate de suplir con sus propios fondos, parte del precio del pasaje, jamás podrá hacerlo por completo y, de todas formas, el valor subiría entre tres y cuatro veces, lo que va a generar una fuerte incomodidad con el gobernante local. Pero a la vez, lo que invierta en subsidiar para que el precio no crezca tanto, no podrá invertirlo en otras necesidades de la Ciudad, que se seguirá deteriorando a los ojos de los porteños.
"A ese ritmo, el tipo llega a las elecciones con su propio distrito de cul…ese muerto no lo levanta nadie y Macri lo va a saber aprovechar", dicen en el PJ. "Acordate que Macri también gobernó la Ciudad con una gestión nuestra (la de Cristina) a nivel nacional, y no le pasó todo esto, basta con que sepa plasmar la comparación", arriesga la misma fuente.
Los moderados no han sido grandes candidatos en los últimos 20 años, pero podría estar empezando un período en el que sí lo sean y nadie quiere arriesgarse. Desde el entorno de Mauricio Macri entienden bien la jugada, y están casi agradecidos. "Hay que defender a Horacio cuando le pasen los colectivos y guardar silencio después, cuando todo se le complique, operar un par de comparaciones entre las gestiones de uno y otro en los medios y la cosa decanta sola. Sería un honor enfrentar al kirchnerismo otra vez", explican presuntuosos estrategas macristas.