Acuerdo con el FMI, ¿y ahora?: por qué es una prueba de fuego para el Frente de Todos

Habemus principio de acuerdo con el FMI. Sufrido, sobre la hora, consecuencia de un partido trabajado y de mucha discusión técnica entre el Fondo y Guzmán.

Las primeras reacciones de los mercados fueron favorables, desestresando un frente financiero que se venía complicando mal en las ultimas semanas. Un momento de relax indispensable. Un paso.

El primero de los muchos que deberán seguir para encaminar la economía nacional. Ahora empezará a hablar la política. Y las miradas se dirigirán, en buena medida, hacia el interior del Frente de Todos.

Entre Tegucigalpa, la capital de Honduras en la que se encuentra CFK, y Buenos Aires hay 6.204 km de distancia. Una prudente lejanía con el momento de anunciar un trago que, a pesar de contar con beneficios para el gobierno, supone sabores amargos en materia de reducción del déficit y de la emisión. Quedó manifiesto en el mensaje del Presidente el esmero en señalar que se trataba de un "no ajuste".

Quedó de manifiesto en el mensaje del Presidente el esmero en señalar que se trataba de un "no ajuste"

También en destacar que el combo no incluía reforma previsional ni laboral. Tanto en sus palabras como en las posteriores del jefe de gabinete y del ministro quedaron expuestas las necesidades de presentar endulzantes para la "base propia", para el electorado mas fiel que, en el mejor de los casos, podrá procesar esto solo como un mal menor frente a la herencia macrista.

"La propia Cristina, en su discurso en Honduras, ante la presencia del progresismo latinoamericano, se encargó de recordar que el FMI sigue integrando el eje del mal"

El eje market friendly del gobierno del Frente de Todos – Alberto,Massa,Guzmán y Manzur- señala el esfuerzo y los logros de haber llegado a la paz con las huestes de Kristalina. Reivindica lo obtenido con pragmatismo. Para el kirchnerismo y otros aliados, mas anclados en lo conceptual, probablemente haya que estilizar mas los argumentos. Su mística se edificó en buena medida en el pago total al Fondo que hizo Néstor Kirchner para sacarse de encima sus monitoreos, que ahora regresaran a evaluar trimestralmente el cumplimiento de los compromisos.

La propia Cristina, en su discurso en Honduras, ante la presencia del progresismo latinoamericano, se encargó de recordar que el FMI sigue integrando el eje del mal. Jugó con las palabras y las ironías aclarando inmediatamente que no quería interferir para que no la acusen de poner piedras en el camino.

Un gesto para destacar porque combina el reconocimiento de la necesidad con la reafirmación del disgusto. Ahora habrá que ir achicando el kilometraje entre las convicciones y las responsabilidades, tarea que requerirá de mucha política.

¿Como presentarse sin defraudar a los mas fieles y a la vez respaldar las gestiones realizadas por el gobierno del cual ella es parte esencial? Probablemente dependerá de las formas que juegue sus cartas la oposición. Si Macri y los más duros de Juntos por el Cambio suben el volumen y las críticas quizás ayuden indirectamente a que los senadores y diputados que se referencian con CFK y Máximo la tengan un poco más fácil.

Se trata de una delicada alquimia. Se necesita de la grieta, pero sin abusar, porque con los votos propios no alcanza para pasar el acuerdo, al menos en la cámara baja. La realidad económica del país y la vulnerabilidad financiera requieren que cada uno actúe su papel. Pero sin sobreactuar. Se requiere de "rosca política" pero a la vez "no pasarse de rosca ideológica".

Vienen semanas donde se requerirá que los dirigentes desarrollen tareas de ingeniería para tender puentes y cavar túneles. Los primeros para emitir señales que el FMI espera respecto de consensos interno y los segundos para establecer negociaciones mas discretas entre oficialismo y oposición. Unos y otros conocen la precariedad de la coyuntura y tienen que administrar a la vez sus ambiciones para el 2023.

Las miradas se dirigirán, en buena medida, hacia el interior del Frente de Todos.

Un auténtico desafío. En ambas coaliciones, cada una frágil a su manera, hay quienes juegan a la dureza como forma de acumulación de poder. Es en estas instancias donde se pone a prueba la capacidad de los moderados para no abdicar y mostrarse eficaces.

"Unos y otros conocen la precariedad de la coyuntura y tienen que administrar a la vez sus ambiciones para el 2023"

En lo que refiere al Presidente se juega mucho en el resultado de esta partida. Si logra que prospere el acuerdo en forma de ley sería uno de los mas beneficiados, no solo en términos de gestión sino en imagen frente a la opinión pública. Y en ese caso sus pretensiones para el año que viene serían mas consistentes.

Quizás su vicepresidenta quiera verlo con mas volumen que en el presente. Pero sin exagerar demasiado. Sabe que un presidente muy débil es tan preocupante como uno fortalecido.