Confidencial: Alberto se anota para la reelección en 2023 y en la oposición anticipan una guerra
A las 00 horas del lunes 15 de noviembre se largó la carrera presidencial 2023, con todo, con furia, con la lógica de imponerse por aplastamiento. Y en cada una de las grandes alianzas en disputa, con escenarios diametralmente opuestos.
Conviene empezar por el frente opositor, porque la cosa ahí, por ahora, parece bastante mas entretenida. Horacio Rodríguez Larreta gobierna un distrito muy importante, de donde salieron tres presidentes en el presente siglo.
Y Larreta ganó su distrito, hizo una movida estratégica dudosa en Provincia de Buenos Aires, trocando de distrito a María Eugenia Vidal y a Diego Santilli, y también ganó. Pero como ahora se puede ganar perdiendo, por contrario imperio se puede perder ganando.
Para Patricia Bullrich, Larreta perdió ganando. Dijo que la expectativa del espacio era superar el 50% en Capital y eso pudo haberse traducido en una sensación de agobio pese a la victoria. No miente. "Todos pensábamos en que menos del 50 no era victoria, tiene razón, yo juego con mi vida al Pelado, pero en eso tiene razón Patricia", dice un larretista de pura cepa.
En la evaluación interna, íntima, al jefe de gobierno no le fue bien su distrito, "se dejó enroscar la víbora por Vidal", argumentan. "Yo era mejor candidata" dijo Bullrich antes de la PASO y después pidió que sus palabras se olviden. Muchos sostienen que la ex ministra de Seguridad superaba con holgura el 50% y dejaba a Javier Milei a niveles de Myriam Bregman. Es contrafáctico, pero no es un disparate.
Patricia va por Larreta, pero va a lo Patricia. La tregua terminó el domingo, ahora es a matar o morir. Bullrich va a extremar su discurso, a llevarlo a Horacio a tener que explicar que no es una versión edulcorada del kirchnerismo, piensa acorralarlo.
¿Cuántos candidatos dentro de un mismo espacio soporta una PASO sin que el espacio explote?. Porque los radicales quieren la candidatura. Ninguno de los dirigentes mencionados antes piensa bajarse: ¿y la UCR?.
Cierto estratega que a esta altura todo lo que peina son canas, pero que es escuchado donde sea que hable, con su tono mesurado y bajo, dijo en una reunión de muy pocos asistentes: "Ellos van a tener dos candidatos (por Larreta y Bullrich), si conseguimos aunar todas las ambiciones en una sola fórmula la elección es nuestra", le explicó a los dirigentes radicales que lo escuchaban.
La lógica es impecable. El PRO divido entre "halcones" y "palomas" y la UCR compitiendo en la misma interna, pero unificado en una misma fórmula. ¿Manes – Cornejo? ¿Cornejo – Lousteau?, hay otras variantes, unas cuantas sobre la mesa, y la estrategia propuesta por el veterano está atada a los egos, a la cesión de intereses personales, pero sin duda puede funcionar.
El oficialismo, con muchas carencias
Ahora bien, del otro lado, la carencia se contrapone con la problemática abundancia del rival. Los cuatro, cinco o seis presidenciables de Juntos se chocan de bruces con el ninguno del Frente de Todos.
Cualquier encuesta de opinión, muestra un completo vacío. Los dirigentes nacionales tienen una imagen pública subterránea, incluidos aspirantes como Sergio Massa. Axel Kicillof que era el hombre de Cristina para suceder a Alberto, está derruido. Después de las PASO, fue la propia ex presidenta quien lo sepultó y le intervino el gobierno. "La defraudó" dicen cerquita, bien cerquita de la ex presidenta.
"¿Máximo? ¿Es joda no? Partimos al peronismo y perdemos si alguien impone la candidatura de Máximo. Además olvídate de las primarias, nosotros no hacemos internas, no es cultural, es genético, acá se unifica la conducción y chau", explica un dirigente justicialista que recorre como si fuese su casa los pasillos de la Cámara de Diputados.
¿Y entonces? Entonces es Alberto. El único recurso potable del peronismo para dar pelea en 2023 es Alberto Fernández y su intentona reeleccionista, que resurgió de las cenizas después de la elección general, de la mano de la CGT y del propio Aníbal Fernández. Dicen que hasta Cristina hoy cree que no le queda otra.
Obviamente no en estas condiciones, pero "ahora tenemos dos años para hacer arrancar esta carreta, con un poco se suerte y viento a favor podemos ser competitivos", explica un estratega oficialista.
No conviene subestimar estas cosas incluso cuando parezca un delirio. Porque hace una semana a nadie se le hubiese ocurrido, pero la recuperación "milagrosa" en provincia, puso en carrera opciones inesperadas.
La abundancia es el problema de Juntos y la carencia, tal vez la solución del Frente de Todos.