Los desafíos para los dos años que vienen tras el 14N: dólar, inflación, emisión y acuerdo con el FMI
El resultado de las elecciones del próximo domingo será clave para saber cómo se transitarán los dos años que quedan del mandato de Alberto Fernández para la política, las finanzas y la economía.
Por lo general las crisis económicas, este gobierno transita por una de las peores de la historia, han debilitado a los gobiernos, pero solo una como la presidencia de Fernando De La Rúa se debilitó antes de cumplir los dos años. El caso de Alberto Fernández es bastante parecido, pero podría ser peor desde el punto de vista financiero en el caso que la crisis política actual no se solucione. Esto es la pelea que libran el presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que estalló luego de la dura derrota del oficialismo en las PASO.
De acuerdo a un reciente estudio de la consultora M&S los próximos dos años serán un período de interacción extrema entre política y economía. Intrínseca en el sentido de que será inherente al período histórico que se viene, una inestabilidad que estará en la esencia, en la raíz de lo que serán 2022 y 2023.
El trabajo de la consultora focaliza que "el destino de la segunda mitad del mandato de la Alianza peronista se jugará a lo largo del verano de la mano de una triple definición: una política respecto a para dónde saldrá disparada la Alianza gobernante; la segunda si habrá algún tipo de acuerdo con el FMI y la tercera referida a cuál será el manejo de la política macro - cambiaria. ¿Qué significa un dólar a 205 pesos? ¿que implica una brecha cambiaria superior al 100 por ciento donde un dólar un dólar del comercio exterior para importar y exportar vale 100 y un dólar para comprar cualquier bien en el país vale 205 peso?"
En ese aspecto el trabajo plantea tres postulados generales para evaluar la situación cambiaria presente y futura:
- El dólar no oficial a 205 pesos es un valor "caro" típico de períodos de alta inestabilidad macro, no híper, no rodrigazo (que son más altos, bien arriba de 300 pesos): o sea es caro, no raro; es caro, no carísimo;
- La brecha superior al 100% sí es inusualmente alta incluso para la frondosa historia argentina de desaguisados macroeconómicos: o sea, parece insostenible sostenerla en esos guarismos sin consecuencias;
- El dólar oficial a 100 pesos no es barato, no está muy atrasado; pero en momentos de tan alta inestabilidad y tan alta brecha, se está quedando "corto" y se "atrasó" alrededor de 15% a lo largo de 2021: o sea, se encamina en algún momento a una corrección impuesta por la realidad. Dólar a 200
El dólar no oficial a 205 pesos hoy es muy caro, y el reflejo de la incertidumbre política, la inestabilidad macro que se arrastra y que "no se sabe casi nada" sobre qué va a pasar a partir del 15 de noviembre. Es un dólar producto de una macro desordenada y desajustada y puede generar que lleguen más turistas extranjeros a la Argentina en el futuro cuando se abran todas las fronteras.
El valor promedio de la serie del dólar no oficial a lo largo de estas dos décadas completas es 180 pesos de hoy. El problema es la brecha cambiaria que hoy supera el 100 por ciento.
De acuerdo a la opinión del economista Alfonso Prat-Gay, "la brecha cambiaria es un indicador de malestar económico, de que hay algo que no se está haciendo bien, esa brecha plantea una relación bastante directa entre nivel de desajuste cambiario y el nivel de votos. Vinculación que, es cierto, no se dio en las primarias de 2019 donde no había brecha porque no había cepo, pero igual el Gobierno perdió. El ajuste o lo hace el mercado o el Gobierno, y el del mercado es más doloroso y ocurre cuando el Gobierno no hace nada".
En tiempos de inestabilidad política y económica, el dólar libre y la brecha son una caja de resonancia, un termómetro de la incertidumbre y los desajustes macro fiscales, monetarios, de precios etc. Un dólar caro y una brecha alta son la consecuencia, pero el origen son los desajustes de la macro.
El problema es que este Gobierno siempre contesta reprimiendo: si sube el dólar pone más cepos, si suben los precios busca controlarlos más. El problema no se soluciona, sino que se agrava. El cepo cambiario o el control de los precios solo sirven para tratar de controlar las consecuencias y no las causas.
¿Qué sucederá con el Frente de Todos tras el 14N?
Pero en el actual contexto a la esperable derrota electoral se le sumará la debilidad intrínseca del formato de la alianza gobernante y se abren varios escenarios. Qué posibilidad hay que el Presidente Alberto Fernández retome el manejo del gobierno en el caso que el oficialismo y la vicepresidenta pierdan la mayoría en el senado. Qué posición adoptará la vicepresidenta. Confrontará, cooperará o no con el Presidente lo acompañara o dará un paso al costado. Qué postura adoptarán los gobernadores e intendentes del partido justicialista. Cómo serán los movimientos en ambas cámaras de Diputados y Senadores oficialistas en el Congreso. Cómo se reacomodarán las figuras de La Campora y el justicialismo en la provincia de Buenos Aires.
Con todas estas preguntas sin responder no puede descartarse hasta fines de 2023 problemas de gobernabilidad como tampoco más cimbronazos macro. El 10 de diciembre de 2023 es pensar a muy largo plazo. Las últimas tragedias económicas fueron en los setenta tras la muerte de Perón (El Rodrigazo del 75), en los ochenta (Las dos hiper de Alfonsin en 89 y 90) y en 2001 (El fin de la Convertibilidad).
La gran pregunta es si después de las elecciones para salir del problema cambiario el Gobierno realizará una devaluación ordenada en torno al 30 por ciento en el mercado del dólar oficial y si el FMI le solicitara al Gobierno entre otras cosas que elimine los controles de precios, los controles cambiarios y que libere las tarifas de servicios públicos de luz y de gas para firmar un nuevo acuerdo para reducir el gasto en subsidios para mejorar los números fiscales.
Con respecto al acuerdo con el FMI hay que destacar que el Gobierno, en particular el ministro Martin Guzmán, hizo dos reclamos políticos al FMI. Son demandas para mostrarle al ala izquierda del oficialismo y sobre todo a la vicepresidenta, que hay conquistas en esa negociación. Ese primer reclamo era que el plazo para devolver el préstamo que había tomado el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo se extendiera a 20 años. Pero esa demanda fue dejada de lado por el organismo.
El segundo de los pedidos es que baje la sobretasa por el préstamo que le hizo a la Argentina. En la declaración final del G20, el propio G20 le pide al Fondo Monetario Internacional que se haga cargo de ese reclamo, pero por ahora no hay una contestación. Si se redujera esa sobretasa el ahorro de la Argentina serian entre 1000 a 1200 por año.
Este valor es la décima parte de lo que paga el BCRA a los bancos y al estado mismo en concepto de intereses por las Leliqs (Letras de Liquidez) que tienen en su poder. El BCRA emitirá este año más de 2 billones de pesos para financiar gran parte del déficit fiscal y para evitar que esos pesos no terminan impactando en la inflación, los esteriliza emitiendo más Leliq cuyo stock ya supera los 2,5 billones de pesos.
En este momento el BCRA paga aproximadamente unos 10.000 millones de dólares por año solo de intereses que son 10 veces más de lo que pretende reducir de la sobretasa que se le pagaría al FMI. El problema son hoy las Leliqs, no en la sobretasa que cobra el FMI. Por lo tanto, el BCRA tendría que revisar su política de emisión y esterilización de pesos para que la inflación no siga subiendo y el stock de Leliq que junto con pases hoy llegan a los 7,5 billones de pesos no sea inmanejable en el futuro.
"El planteo base es que este gobierno no va a implementar un plan de estabilización fiscal - monetario - cambiario y mucho menos entrará en el campo de las reformas estructurales. Por lo tanto, el escenario que viene será uno de convivir con la inestabilidad macro y la alta inflación", dice el informe de M&S.
Otro problema a resolver después de las elecciones son los subsidios a las tarifas de servicios públicos. Con respecto a los subsidios hay que considerar que el 50 por ciento del costo de la energía lo paga el estado. El precio de la nafta lo subsidian las petroleras en particular YPF por alguna razón su presidente Pablo Lopez manifestó que en condiciones estables el litro de nafta debería costar 1,7 dólares debería costar 170 por el dólar oficial o 350 por el dólar paralelo y en promedio vale 100 pesos.
Hay que considerar que el Estado les paga a las petroleras unos 55 dólares por el barril criollo de petróleo mientras el barril en el mercado internacional vale 80 dólares y paga 3,5 dólares por el millón de BTU de gas mientras que en el mercado internacional vale 5,5 dólares. Una gran parte del déficit fiscal, unos 2,5 puntos del PBI, tiene que ver con los subsidios a las tarifas de electricidad y gas que paga el estado.
De acuerdo a los datos expuestos por el experto Daniel Gerold recientemente en un evento de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos (Amcham) los subsidios a la energía van a pasar el año que viene de unos 9.000 a 16.000 millones de dólares por el aumento de los precios de los combustibles a nivel internacional. Además, explicó que las importaciones de energía van a pasar de 4500 a 7500 millones de dólares. Esto implica que las reservas líquidas que tiene hoy el BCRA no alcanzan para pagar ese monto.
En el aspecto político es importante destacar que las últimas elecciones reflejan que al oficialismo que pierde la elección de medio término se le reducen las posibilidades para ganar la presidencial siguiente y se le abre a la oposición. Esto marca un escenario de debilidad para el que sigue gobernando y tiende a generar segundas mitades de mandato más pobres y tratar de durar para llegar al final.
Las dos excepciones a esta regla fueron 2009 y 2017. En 2009, el kirchnerismo perdió las elecciones de medio término, pero CFK fue reelecta en 2011 gracias a la mejora económica de esos años. En 2017 el oficialismo de Cambiemos ganó la elección legislativa de medio término, pero la crisis cambiaria de mediados de 2018 y hasta septiembre de 2019 hizo pedazos la idea de la reelección de Mauricio Macri con un préstamo del FMI de 44,000 millones de dólares.
En esta oportunidad, de confirmarse la derrota del Frente de Todos (FDT) el próximo domingo, las chances de mantener el modelo kirchnerista después del 2023 son bastante reducidas. El mejor de los escenarios económicos hasta las PASO del 2023 sin un acuerdo con el FMI que de previsibilidad económica sería una especie de estanflación. Estancamiento con inflación.
Hay un caldo de cultivo para que la inestabilidad aumente y el peligro es una mayor inflación a la actual que anualizada llega supera el 50% anual. La tasa de interés de Leliq que paga el BCRA a los bancos y al estado permanecen fijas en alrededor del 38 % anual y probablemente suban si los EEUU comienzan a aplicar una política de restricción monetaria para bajar la inflación probablemente provoque una suba de las tasas de interés en ese país y en el mundo en general.
Además de lo político, se requerirá que en algún momento se converge a algún tipo de acuerdo con el FMI y en ese marco se consensue internamente un mínimo de racionalidad en el manejo de la política macroeconómica que por ahora no está presente.