La estrategia de Cristina y Máximo Kirchner que enojará al peronismo
Ante a la nula expectativa en el Frente de Todos de revertir los resultados de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y su hijo y diputado nacional, Máximo Kirchner, analizan posibles estrategias a seguir a partir del próximo lunes 15 de noviembre, con una de esas ideas tomando cada vez mayor fuerza.
Luego de la derrota en las primarias del 12 de septiembre pasado, la expresidenta se diferenció exigiendo cambios de Gabinete, en una movida que incluyó aprietes en público y renuncias masivas de los funcionarios que le responden políticamente. Así, la vicepresidenta inició junto a Máximo Kirchner (no demasiado convencido al principio) un proceso de enfriamiento en sus relaciones con el presidente que también se extendió al resto del PJ, y una consolidación de su poder alrededor de La Cámpora, que actúa como un blindaje frente a las críticas de la oposición.
En consecuencia, lo que sucederá con los resultados de los comicios de este domingo será clave para configurar la precaria existencia misma del oficialismo como una unidad, con opciones que van desde intensificar las intervenciones de Cristina Kirchner en las decisiones del Ejecutivo hasta romper con el peronismo y formar un bloque puramente kirchnerista ya pensando en el armado electoral del 2023.
"La gran incógnita por estas horas es qué hará Cristina Fernández de Kirchner después de las elecciones. En el Frente de Todos deshojan la margarita planteando una hipótesis obvia: la vicepresidenta considera a Alberto Fernández como un ‘dibujado’ y toma el control definitivo del gabinete", planteó el periodista Beto Valdez en LN+. Sin embargo, "otra versión habla de una especie de ‘repliegue táctico’ de Cristina y Máximo Kirchner en un Senado sin quórum propio", lo cual si bien "no significa el extremo de pasarse a la oposición, sí tomaría una postura 'casi neutral' y que Alberto se arregle como pueda", añadió.
"Acá no hay nada planificado, todo es un desorden absoluto que nunca se vio en ningún gobierno. Me parece que el escenario del status quo haciéndose los distraídos para que no explote todo, quizás sea lo que empiece a primar a partir del domingo a la noche", concluyó el también columnista de MDZ.
Cambios en el Gabinete
Lo que ocurrió después de la tensión generada en el interior del peronismo mismo por la derrota en las PASO fue un recambio de nombres fuerte en el Gabinete de Alberto Fernández.
La figura más destacada entre los nuevos nombramientos fue la de Juan Manzur en la jefatura de Gabinete, cargo clave que se verá obligado a dejar Santiago Cafiero. Si bien Manzur es muy cercano a Fernández, su designación puede verse también como una clara victoria de Cristina Kirchner. En su explosiva carta post comicios la vicepresidenta reveló que, tras la derrota en las PASO, propuso a Manzur para el cargo. "Le manifesté (al Presidente) que era necesario relanzar su Gobierno y le propuse nombres como el del Gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete", detalló CFK.
Los designados para el nuevo Gabinete fueron:
- Juan Manzur (Jefe de Gabinete de Ministros)
- Santiago Cafiero (Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto)
- Aníbal Fernández (Ministerio de Seguridad)
- Julián Domínguez (Ganadería, Agricultura y Pesca)
- Jaime Perzyck (Educación)
- Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología)
- Juan Ross (secretario de Comunicación y Prensa).
En cuanto a Santiago Cafiero, figura clave del núcleo albertista, fue desplazado de la jefatura de Gabinete pero ocupó otro cargo de importancia: la Cancillería. Así, quien quedó fuera de ese cargo es Felipe Solá.
Otro de los nombres que llamó la atención en la nómina de ministros fue el de Aníbal Fernández, quien pasó a liderar el Ministerio de Seguridad. De esta manera, reemplazó a Sabrina Frederic, que venía siendo muy cuestionada desde la oposición y desde el propio oficialismo, como ejemplificaron sus constantes entredichos con Sergio Berni, ministro de Seguridad de la Provincia.