Confidencial: suenan alarmas en el oficialismo, que cae en las encuestas pese a las medidas post PASO
El oficialismo renovó el gabinete, toma medidas populistas todos los días para cautivar a su electorado, manda al presidente a tomar nota en los barrios, pero cae en las encuestas.
Es justo el punto intermedio. Un mes después de las primarias que provocaron un cisma en el oficialismo, y un mes antes de las generales, en las que el gobierno apuntaba a levantar el catastrófico resultado.
E hicieron todo lo que saben hacer, todo lo que conocen, todo lo que los expertos en ganar elecciones en el interior, tienen en sus registros como la fórmula imbatible, la que le da gusto a la gaseosa más famosa y a la victoria del peronismo.
"Pero no arranca hermano ya no sabemos más que hacer, capaz es cuestión de unos días más, espero, pero estamos cada vez mas cerca y nos seguimos cayendo, no sabemos de que rama agarrarnos", explica un dirigente oficialista, ávido lector de encuestas, a las que se las ve catastróficas.
Adelantaron las jubilaciones de quienes cumplen con los aportes, largaron un adicional salarial que paga Anses y hasta salieron a repartir viajes de egresados. Casi el equivalente a repartir plata en las esquinas, un diez por ciento menos grosero. Pero no arranca.
En las huestes del kirchnerismo empiezan a hablar de un fin de época, la ruptura de una lógica que no han sabido descifrar. Los mas razonables piensan que la victoria de 2019 fue un coletazo de una época que ya pasó y que como todas, atraviesa una transición.
"Yo digo que el papelón del macrismo no nos dio otra oportunidad, sino que retrasó un devenir que era inevitable, no digo que es el fin del peronismo, pero sí del kirchnerismo como fenómeno político, como se agotó el menemismo en un momento", explica un intelectual justicialista con el que vale la pena dedicarse unas horas para escuchar.
"Perdimos, ya está, ahora hay que entender que está pasando porque sino estamos terminados. No podemos seguir pensando que hacer un acto en Chicago (la cancha del club de Mataderos) va a ser un aporte para la campaña, cambiaron los tiempos. No es que el PRO haya entendido, ellos también están afuera de la lógica post pandemia, pero son oposición y la gente los usa como herramienta para castigarnos. Quedamos fuera de era, pero todos eh", sigue explicando.
Y eso parece. Las encuestas muestran que nada detiene la caída del oficialismo. Las medidas que toma cada día, están mal vistas por la gente, según las mediciones, cada cosa que se hace genera rechazo, sin mencionar los cambios de gabinete. A nadie la simpatiza Juan Manzur, es el ministro con peor imagen sin haber hecho todavía, casi nada.
Juntos por su parte, no crece mucho tampoco, las mediciones nacionales le dan uno o dos puntos arriba qué en la PASO, pero le basta para sumar bancas en el Congreso, porque el oficialismo sigue cayendo.
El tradicional efecto demoledor de una mala primaria, que sufrió Eduardo Duhalde en 2011 (paso de casi 11 puntos a apenas mas de 4) o Francisco De Narváez en 2013, está golpeando al kirchnerismo.
El voto joven especialmente, es un descalabro sin destino cierto. Ese elector al que el kirchnerismo le dio la posibilidad de sufragar entre los 16 y los 18 años, ahora vota cualquier cosa menos establishment y el oficialismo, le guste o no, es establishment, no podría no serlo, gobernó 14 de los últimos 18 años. ¿Qué otra cosa podría ser? Los jóvenes líderes de hace 10 años, los disruptivos camporistas que parecían bajar de Sierra Maestra entusiasmando multitudes, blandiendo la figura del Eternauta con el rostro de Néstor; ya no son jóvenes, no son disruptivos, y los pibes están ansiosos esperando la resurrección de Iron Man, nada de Eternautas.
Quieren libertad, las mediciones muestran qué a diferencia de los jóvenes de hace 10 años, no esperan que el Estado les provea nada, prefieren simplemente esperar que el Estado no los moleste, no les quite posibilidades, qué si emprenden algo, no los bloquee o les cobre la mitad en impuestos. Perdieron la esperanza del "fomento" o la ayuda. Sueñan con menos obstáculos, sea aquí o en el exterior, porque además, el mundo ya es tan lejano como hace 10 años, todo está acá, a mano.
Salvo por algunas excepciones "a los compañeros las cuesta una barbaridad entender esto. Más a los que trajeron del interior para ‘levantar el muerto’, porque de donde vienen, todavía es el siglo XX ¿entendes?, capaz no en las capitales, donde habitualmente pierden, pero en el interior de las provincias, la fórmula: chapas, heladeras, planes, todavía funciona. A nivel nacional eso no va más. El conurbano hasta el segundo cordón es una extensión de la Capital, la gente es otra por eso nos extinguimos", explica.
Todo puede pasar, la Argentina es un vaivén constante de emociones y realidades y lo que no funciona hoy, puede ser un éxito inesperado la semana que viene. Pero todo indica, como decía un viejo dirigente radical, que están en un "tobogán sin salida".