Manzur tomó el control de la campaña del FdT: su plan para revertir el fracaso de las PASO
Los cambios de ministros en el Poder Ejecutivo, forzados por la crisis que se desató en el Gobierno tras la fuerte derrota sufrida en las PASO, implicaron una reasignación de roles en el Frente de Todos que ubica al nuevo jefe de Gabinete, Juan Manzur, como coordinador nacional de la campaña para las elecciones legislativas.
Hasta las PASO esa tarea estuvo en manos de Santiago Cafiero, el funcionario de mayor confianza con el presidente Alberto Fernández y, a la vez, el más cuestionado por la vicepresidenta Cristina Kirchner y su entorno. Pero su salida de la Jefatura de Gabinete y su pase a la Cancillería lo dejaron afuera del armado electoral.
De esta manera, Manzur no reemplazó a Cafiero únicamente en el cargo sino también en el rol de jefe de campaña, según supo iProfesional de fuentes gubernamentales. El gobernador de Tucumán (de licencia) ocupó rápidamente el centro de la escena con su impronta y puso en marcha la nueva estrategia electoral que busca dar vuelta el resultado de las PASO.
En la Casa Rosada comentan que todos son conscientes de que es difícil revertir la caída que tuvo el Frente de Todos ante Juntos por el Cambio en 17 de los 24 distritos del país, pero creen que no es imposible. La mira está puesta en provincias clave por su peso en el padrón nacional, como Buenos Aires y Santa Fe, y en las que son estratégicas para la lucha por el control del Senado, como La Pampa y Chubut.
Con ese objetivo, Manzur se puso al frente de una campaña centrada en "la militancia y la territorialidad", según indicaron las fuentes consultadas. A menos de una semana de haber asumido, el jefe de Gabinete ya daba señales en ese sentido con dos visitas al conurbano bonaerense (La Matanza primero y Moreno después) para encabezar actos de gestión.
Quiénes acompañan a Manzur
La idea es marcar la presencia de la gestión del Gobierno nacional directamente en el territorio y dejar asentado que el plan del Frente de Todos se vio suspendido por la pandemia. En esa tarea, Manzur se mueve junto a los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, y del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro.
En la mayoría de los actos que encabezó hasta el momento, Manzur estuvo acompañado por Katopodis o Zabaleta, conocedores del territorio bonaerense por su función anterior como intendentes y, actualmente, titulares de dos carteras clave por la caja que manejan. De Pedro, en tanto, se encarga de la articulación con los gobernadores.
Manzur marcó el rumbo y el ritmo de la estrategia electoral en su primera semana de gestión: encabezó el anuncio de nuevas aperturas tras las restricciones por la pandemia; recorrió La Matanza junto a De Pedro y el jefe comunal Fernando Espinoza y se reunió con su par del Gobierno bonaerense, Martín Insaurrralde, otro intendente que desembarcó en la gestión.
Siguió con una visita a Moreno junto a Zabaleta y los candidatos a diputados del Frente de Todos Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollan y al día siguiente se puso al frente de un acto en Pilar junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y la titular del PAMI, Luana Volnovich.
Con esa agenda, además de coordinar la campaña del Frente de Todos el tucumano se puso en el centro de la escena, lugar que, hasta la derrota en las PASO, se había reservado para sí mismo el Presidente. Y es que el cambio de roles que que empezó a tomar forma con la llegada de Manzur también involucra al jefe de Estado.
Sin perder de vista las legislativas del 14 de noviembre, la misión del nuevo jefe de Gabinete es blindar a Fernández luego del terremoto que generó la presión pública que ejercieron Cristina Kirchner y sus funcionarios más cercanos -especialmente De Pedro- y dosificar sus apariciones.
La nueva línea busca "acercar al Presidente a la gente" y en ese contexto se inscribieron su recorrida por una feria de la localidad de Dock Sud, en el partido bonaerense de Avellaneda, y una reunión cara a cara con trabajadores de Aerolíneas Argentinas y de la empresa Aeropuertos Argentina 2000. Las dos actividades estuvieron por afuera de la agenda oficial del mandatario.
Mientras el Presidente modera sus apariciones y se concentra en reuniones más chicas con los votantes, Manzur encabeza los anuncios de gestión que apuntan a "volver a encender la economía", como reiteran los ministros. Con programas de financiamiento, turismo y mayores aperturas comerciales se busca incrementar el consumo. Poner "platita en los bolsillos", como grafico Gollan.
Los otros dos ejes de la estrategia que comanda el tucumano están en mejorar la relación con el campo, un actor central en provincias del interior, y darle una nueva impronta a la gestión en materia de Seguridad. Es la tarea encomendada a Julián Domínguez y Aníbal Fernández, las otras dos incorporaciones al nuevo Gabinete.
En ese contexto, Domínguez puso en marcha las conversaciones con la Mesa de Enlace para encauzar el conflicto en torno a la exportación de carne y Fernández determinó el envío de fuerzas federales a la provincia de Santa Fe para enfrentar al narcotráfico.
El otro rol de Manzur tiene que ver con "cerrar la grieta" que se abrió en el Frente de Todos. El jefe de Gabinete se muestra junto a los más leales a Alberto Fernández, como son Katopodis y Zabaleta, y también con los referentes del cristinismo, como De Pedro o Volnovich, en un intento por ser el componedor de la coalición oficialista luego de la crisis que sacudió al Gobierno.
Con la misma idea, Manzur se reunió con la ministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta, titular de un área que no vio con buenos ojos el desembarco del tucumano, abierto opositor a la legalización del aborto. La conmoción en ese sector fue tal que Cecilia Merchán, funcionaria del Ministerio de Mujeres que había denunciado a Manzur por impedir un aborto en Tucumán, renunció al cargo.
Su alejamiento se sumó al del secretario de Medios y Comunicación Pública, Francisco Meritello, ocurrido también luego de la llegada de Manzur. La política comunicacional del Gobierno fue puesta toda bajo revisión y los rumores sobre otros posibles cambios en el área crecieron.
El jefe de Gabinete se convierte así en un nuevo eje de poder. Además de cargarse al hombro la campaña y llevarse las luces del escenario empieza a ocupar casilleros en la estructura del Gobierno.