La CGT tras las PASO: apoyo a Alberto a cambio de ganar más espacio y resistencia al fin de indemnizaciones
El resultado de las PASO sorprendió a todos los actores que orbitan en torno al oficialismo. Y el mundo sindical es uno de ellos. A pesar de que había algunos síntomas de lo que ocurrió en las urnas, la realidad fue más contundente de lo esperado.
En lo inmediato la CGT, la central obrera más importante del país, tiene el camino de renovación de autoridades por transitar. Y si bien la senda de un proceso de unidad que cumpla el objetivo de ampliar la base de representación ya estaba en el horizonte, los resultados de los comicios parecen darle un empujón.
"Necesitamos una CGT unida para ponerle un freno al intento neoliberal de atacar a los trabajadores. Si seguimos divididos estos tipos siguen avanzando. Es prioridad la unidad para defender los derechos", adelantó el viernes Pablo Moyano. El camionero bajó drásticamente el tono beligerante que lo caracterizaba cada vez que se refería a la conducción de la CGT.
Formalmente el 22 de septiembre habrá un Comité Central Confederal con todos los secretarios generales y el 11 de noviembre, apenas 3 días antes de las legislativas, será el Congreso que defina los nuevos (o no tanto) liderazgos.
Una pista de lo que se viene la dieron Hugo Moyano y Héctor Daer, entre otros, en el cierre de campaña del Frente de Todos. Allí compartieron el acto y hasta difundieron una selfie juntos. Un cambio de época.
La instantánea sirvió como gesto de respaldo a los candidatos del oficialismo, pero fundamentalmente como señal de repliegue defensivo ante el proyecto para eliminar las indemnizaciones por despido que presentó Juntos por el Cambio, y que militó en el último tramo de la campaña. La sospecha es que ganará trascendencia de acá a noviembre.
Es un hecho que el moyanismo volverá a Azopardo y el hijo mayor de Hugo Moyano tiene todas las fichas para ser la cabeza del espacio. También se sabe que harán lo propio el SEMUN, conjunto de gremios que lidera el ferroviario Sergio Sasia, y las 62 Organizaciones Peronistas que comanda el taxista José Ibarra.
Se da por descontado, asimismo, que se incorporará a la conducción cegetista la Corriente Federal de Trabajadores, espacio sindical que lidera el bancario Sergio Palazzo, de fuertes lazos con el kirchnerismo, que mantiene los vínculos más fluidos la vicepresidenta.y que mejor cosecha logró en las listas del Frente de Todos.
Armar el nuevo rompecabezas con tantos actores no será sencillo, por lo que ya dan por muerto el proyecto para que la central obrera vuelva a tener un sólo Secretario General. De hecho las proyecciones hablan de un nuevo triunvirato e, incluso, de un póker de secretarios generales.
Apoyo al Gobierno con pedidos de participación
En el plano político está claro que la CGT no tiene intenciones de sacar los pies del plato. El domingo Daer estuvo en el búnker del Frente de Todos y ayer mismo, en la primera aparición pública de Alberto Fernández tras la derrota, el metalúrgico Antonio Caló confirmó su respaldo: "Es un honor como gremio industrial venir a compartir este anuncio que hace el Gobierno, mi gobierno porque yo soy peronista", sostuvo en la presentación del proyecto de Ley de Compre Argentino.
De hecho para el próximo lunes, 18 de octubre, con el Día de la Lealtad como excusa, la central organiza una movilización. Esperan que sea la primera convocatoria multitudinaria del movimiento obrero desde el inicio de la pandemia y para ello se coordina una mesa conjunta con las organizaciones sociales. Se habla de colmar las calles con 500 mil personas que lleguen al monumento al trabajo. Allí se refrendará el alineamiento con el Presidente de la Nación.
La demostración de fuerza, en el momento de mayor debilidad del Ejecutivo, servirá para hacerle llegar a Fernández, una vez más, el reclamo de protagonismo.
Hace meses que en los cónclaves cegetistas se critica a La Rosada por la escasa participación que le prestan a la dirigencia gremial en la toma de decisiones. Incluso eso llevó a pases de factura internos a quienes están más cercanos a Alberto y no consiguieron los resultados esperados.
Ahora, con un Presidente golpeado por el resultado de las urnas y en plena reconstrucción de su esquema de poder, esperan encontrar mayor disposición para ser integrados. En definitiva, todas las lecturas muestran que la caída de los salarios y los problemas del empleo son fueros de las principales carencias que llevaron al oficialismo a perder los comicios y allí el sindicalismo tiene cosas para decir.