¿La revelación de las PASO?: López Murphy se entusiasma con el "auge liberal" para dar el batacazo
Está convencido de que esta vez sí es su momento. Se le nota. Se lo ve contento, entusiasmado, reta a todos a debatir -así sean del peronismo o del propio espacio opositor que él integra- y no oculta que sigue acariciando el sueño presidencial que intentó en 2003. Creciendo en las encuestas y ganando protagonismo en el debate, Ricardo López Murphy se propone dar el batacazo en las PASO.
Es cierto que el 12% que le dan algunas encuestas todavía lo ubican lejos de María Eugenia Vidal como para disputar el liderazgo opositor. Pero el economista cree que hay condiciones que le están jugando a favor. Básicamente, que las ideas liberales y cierta ortodoxia económica que defendió toda la vida encuentran ahora una mejor recepción por parte de la ciudadanía.
Será porque como reacción a la crisis económica el electorado busca opciones nuevas, o porque hay un hastío con las recetas de intervencionismo estatal. O acaso simplemente porque, según la frase que popularizó una diva de TV, el público se renueva.
Lo cierto es que el economista es motivo de preocupación para sus rivales, empezando por los del propio espacio opositor. Su crecimiento es lo que llevó a Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta a endurecer el discurso e incluso a convocar a Mauricio Macri, a quien hasta hace pocas semanas querían mantener alejado de la campaña.
De hecho, Macri parece más cercano a las ideas que expresa López Murphy que al estilo de "oposición light" que expresan Vidal y Rodríguez Larreta, pero asumió su tarea personal evitar que haya una fuga de votos del "núcleo duro" del PRO que quedó decepcionado cuando Patricia Bullrich bajó su candidatura.
Lo cierto es que en el PRO están ahora preocupados por la posibilidad de que el crecimiento de López Murphy crezca demasiado. ¿Cuánto es demasiado?: es un número difícil de estimar.
Por un lado, el PRO quiere que López Murphy canalice el voto "libertario" y que ponga un tope al crecimiento de Javier Milei, a quienes algunas encuestas llegan a dar una intención de voto de hasta 10%. Pero, por otra parte, si el ex ministro de economía obtuviera una votación resonante, podría opacar la performance de Vidal, que se puso como meta superar el 30% de los votos en Capital.
Es en ese fino equilibrio en que se producen estas internas, en las que la ex gobernadora luce por momentos incómoda mientras López Murphy se ve relajado y a gusto, mientras desafía a todos a que lo enfrenten en una polémica.
"No quiere debatir nadie porque están convencidos que la política se tiene que hacer con marketing y sonrisas", chicanea, y advirtió que "con Vidal estamos compitiendo y les guste o no les guste, voy a tratar de ganar. Nosotros vamos a ser mucho más firmes, vamos a tener una actitud muy clara frente al Gobierno".
Esa sola frase implica tácitamente que Juntos por el Cambio no ha sido lo suficientemente duro frente al kirchnerismo. Pero, para que no queden dudas sobre sus diferencias, el propio López Murphy se ha encargado de hacer una lista de los temas en que la oposición pecó por blanda.
"Nosotros nunca hubiéramos votado las facultades extraordinarias, ni la ley de alquileres, ni la ley de góndolas ni la de teletrabajo. Hubiéramos tenido una actitud muy confrontativa con el gobierno cuando saquearon a la ciudad de Buenos Aires", afirmó, en un mensaje que acompañó en las redes sociales con la frase: "Nosotros no chateamos con el kirchnerismo".
Y marcó otra diferencia importante con el resto de la oposición: está dispuesto a ir a fondo con el pedido de juicio político a Alberto Fernández por la reunión de cumpleaños en la residencia presidencial de Olivos.
Contrapuntos con el kichnerismo
Pero lo que López Murphy está disfrutando, sobre todo, es la polémica con los referentes del oficialismo. Empezó con Leandro Santoro, primer candidato del Frente de Todos en la elección porteña. Luego de leer una nota en la que se destacaba una frase de Santoro que decía "hay que ir por el feminismo, el ambientalismo, la reivindicación del goce, el disfrute", criticó con ironía las "prioridades" oficialistas y desafió: "¡Dejen de tomarnos por idiotas! Hay que ir por la baja de impuestos, la generación de empleo y la reactivación de la economía que destrozó tu gobierno".
Santoro no se quedó atrás y contestó con uno de los recordatorios que le resultan más hirientes a López Murphy: la brevedad de su paso por el ministerio de economía, cuando presentó un plan de ajuste del gasto, que fue rechazado por Franja Morada, la agrupación estudiantil de la UCR.
"!Yo sé q lo tuyo son los recortes a la educación, pero lo q desconocía es q también opinabas por recortes de entrevistas. En ella hablamos mucho de empleo y reactivación. Si te interesa el tema, mejor hablalo con Macri, que es el que nos dejó una estanflación", dijo Santoro.
López Murphy respondió "a mí con relato no", lo acusó de mentiroso y lo desafió a debatir sobre economía, educación y empleo. El contrapunto siguió una aceptación de Santoro al debate, siempre y cuando Vidal también se sumara.
Pero el ex ministro también tuvo frases duras para Victoria Tolosa Paz, la candidata oficialista en la provincia de Buenos Aires, quien adelantó que impulsará en el Congreso una "matriz impositiva progresiva" que implicará mayor presión a los sectores de altos ingresos.
Para alguien que ha sido un histórico cruzado del equilibrio fiscal y del recorte del gasto público, esas declaraciones son la ocasión perfecta para desplegar su arsenal: "Es delirante, en un país con impuestos extravagantes, pensar que se pueden subir más. Y que se pueden subir más no para combatir el déficit sino, como ella misma dice, para gastar más. Es como si no tuviera conciencia de que hay un déficit de 40.000 millones de dólares y que en todos los países del mundo si uno sube la carga tributaria las empresas tienden a salir de ese lugar".
Pero su polémica ha llegado, indirectamente, a la propia Cristina Kirchner, que lo aludió en más de un discurso. Primero, en el acto de presentación de los candidatos, la vicepresidente afirmó que ningún sector puede afirmar que nunca estuvo en el poder en Argentina, porque incluso los liberales, aunque no hayan llegado con un partido propio, pudieron aplicar sus programas en la dictadura militar y durante la gestión del ex ministro Domingo Cavallo.
Y luego, en el acto por el día de San Martín, la líder del kirchnerismo lo aludió de manera explícita. Al hacer el recordatorio de cómo era el país que había recibido Néstor Kirchner tras la crisis de 2001, enumeró: "megacanje, blindaje, propuestas de arancelar la universidad que provocaron que un ministro, hoy candidato, fuera echado a patadas por la Franja Morada que le pidió la renuncia".
López Murphy contestó de inmediato: "Doctora, usted nunca deja de sorprenderme. Y tampoco deja de mentir. Esa es su marca registrada. Yo proponía bajar el gasto político, tener un Estado eficiente y liberar las fuerzas del sector privado. Parecernos a Australia y Canadá. Y usted y Néstor nos llevaron a Venezuela".
En todo caso, lo que estos contrapuntos dejan en claro es, por un lado, que el kirchnerismo se toma en serio su candidatura y la posibilidad de que el discurso "libertario" pueda seducir a una parte del electorado joven que hasta ahora había acompañado al peronismo.
Pero, por otro lado, deja al desnudo un flanco débil de López Murphy: en cada entrevista televisiva, en cada debate, debe dar cuentas de su pasado y aclarar cómo fue su breve y accidentada gestión en el gobierno de Fernando de la Rúa. Para tal efecto, subió a YouTube su discurso de asunción como ministro en el año 2001.
Imagen renovada y apuesta al "momentum" liberal
A López Murphy le gusta repetir que la oposición tiene que darle al peronismo "una paliza electoral". Pero lo que deja en evidencia es que, más que estar obsesionado por el porcentaje de votos que pueda sumar, lo que lo entusiasma es que siente que las ideas liberales que siempre defendió volvieron, después de dos décadas, a ganar "momentum".
Intenta aprovechar el interés de los jóvenes por el ideario liberal clásico y por eso se sumó al debate sobre la ola de emigración: "Si ganan los valores de la libertad, la cultura de trabajo, el mérito y el compromiso con la República, el futuro de los jóvenes no es Ezeiza, es recuperar Argentina y verla crecer", escribió en Twitter, acompañando una foto junto a jóvenes y paseando un perro bulldog.
Esas actitudes hablan del intento por ablandar su imagen y tratar de transformar el defecto en virtud, como había hecho De la Rúa con el recordado eslogan "dicen que soy aburrido".
Como parte de la renovación, ya no es acompañado por economistas de su generación, sino que se rodeó de figuras "outsiders", que comparten su visión liberal pero están más cercanos a la categoría de "influencers" antes que de políticos clásicos.
Así, lo acompañan Sandra Pitta -científica que ganó fama como la "rebelde" de un Conicet donde prevalece la simpatía por el kirchnerismo-, Gustavo Lazzari -hijo de la legendaria Lita, empresario pyme del sector alimenticio y cruzado apasionado contra la presión impositiva- y Franco Rinaldi -uno de los analistas más influyentes sobre navegación aérea, defensor de la política de "cielos abiertos y crítico de los subsidios a la aerolínea estatal-.
Hasta el economista de la lista, Roberto García Moritán, tiene su costado atípico, por estar casado con la popular "Pampita". El propio López Murphy se toma con humor el hecho de que la prensa se refiera a él como "el marido de Pampita" y en un mensaje de apoyo a su análisis financiero firmó como "el marido de Norma".
Lo cierto es que a López Murphy se lo ve entusiasmado, y hasta ha admitido en una entrevista que nunca abandonó su sueño presidencial. En 2003 estuvo cerca, cuando ocupó el tercer lugar con 16% de los votos, seis puntos porcentuales debajo de Néstor Kirchner.
Luego, su apoyo de diluyó. La llegada del renovado populismo con la billetera llena de sojadólares parecía haber dejado en el ostracismo cualquier posibilidad de que una opción liberal clásica pudiera dar la pelea en las urnas. Pero en un momento de cambios y crisis del sistema político, López Murphy siente que, esta vez, puede ser su oportunidad.