Efecto de "la foto" del cumpleaños VIP en Olivos: la estrategia de la oposición para contraatacar
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La foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez en plena cuarentena dejó de ser una foto para pasar a ser #lafoto. Es decir, un "trending topic" en las redes sociales y tema de tratamiento obligado para los medios de comunicación que vienen siguiendo la saga de los encuentros sociales en la residencia de Olivos.
Pero, para la oposición, está cumpliendo un cometido fundamental: reencauzar el debate que se había desdibujado y que la había dejado en una posición incómoda.
El kirchnerismo, con su reconocida habilidad para pasar de acusado a acusador, había tenido éxito en que la difusión de las listas de visitas a Olivos dejara de ser un tema que le pudiera hacer pagar un costo político al Gobierno. Lo hizo por la vía de contraatacar a los críticos, a quienes acusó de actitudes misóginas.
Fue así que, lo que había empezado como una denuncia y pedido de investigación contra el presidente, por haber violado la cuarentena estricta que él mismo promovía y defendía en las cadenas televisadas, terminó centrándose en supuestos ataques contra la actriz Florencia Peña.
La muy difundida autodefensa de la actriz, que lloró en cámaras alegando ser objeto de una campaña difamatoria, derivó en una denuncia y pedido de desafuero para los diputados macristas Fernando Iglesias y Waldo Wolf. Los legisladores se habían referido socarronamente al tipo de asesoría que le brindaban al Presidente las visitantes femeninas, pero en rigor nunca mencionaron a Peña ni a ninguna de las personas que figuran en la lista de ingresantes a Olivos.
Aun así, como lo reconocen los propios estrategas de comunicación del macrismo, el kirchnerismo logró una victoria comunicacional. El eje del debate de desplazó, y dejó de estar centrado en la transgresión del Presidente a la norma que se imponía con rigor al resto de la sociedad, para pasar a centrarse en la "misoginia" del sistema político.
Fue así que las candidatas opositoras, como María Eugenia Vidal, debieron responder en los medios sobre la sensación que les generaban los "dichos misóginos", una situación a la que reaccionaron con evidente incomodidad y un intento de tomar distancia de la figura polémica del diputado Iglesias.
Por otra parte, también pasó a un segundo plano el opaco vínculo que une al Presidente con el empresario taiwanés que ingresó a Olivos en su condición de pareja de Sofía Pacchi, la modelo que asesora a la primera dama. "El Chino", como se lo conoce en el ambiente, tiene una empresa de servicios de videovigilancia que ha ganado contratos con el Estado.
Es el único tema al que Alberto Fernández se refirió expresamente, en una entrevista en la que afirma no conocerlo personalmente.
La oposición contraataca
Lo cierto es que la estrategia comunicacional oficialista había logrado que las acusaciones perdieran su fuerza inicial y cayeran en la sospecha de actitudes discriminatorias.
Mientras tanto, en las redes sociales abundaban los testimonios indignados de aquellos que habían perdido seres queridos de quienes no se pudieron despedir por la aplicación de las normas de aislamiento estricto.
Hasta que apareció "la foto". Queda en evidencia las transgresiones a todas las recomendaciones que hacían las autoridades durante la fase dura de la cuarentena. Una reunión social en un ámbito cerrado, con personas que no respetan la distancia ni usan barbijo, que comparten comida y bebida y en la que, para colmo, aparece un niño.
La contundencia de la imagen fue un shock para el Gobierno, que a diferencia de otras ocasiones no dio respuesta ni explicación oficial.
Pero, sobre todo, significó un impulso para la oposición, que vio la posibilidad de reenfocar el debate y llevarlo al terreno de la falta ética, donde lo había querido imponer inicialmente, con poco éxito.
Para ello, ya hubo avisos sobre acciones judiciales, ante lo que se interpreta como una prueba irrefutable de violación a los preceptos de aislamiento preventivo por la pandemia.
El presidente del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, Mario Negri, dijo que analiza "con un equipo de juristas si el Jefe de Estado ha incurrido en algunas de las causales de juicio político, instituto que está previsto por nuestra Constitución en el artículo 53".
"Para entonces, este tipo de festejos estaban expresamente prohibidos. Por ello, con un equipo de juristas estamos estudiando si el Jefe de Estado ha incurrido en algunas de las causales de juicio político, instituto que está previsto por nuestra Constitución en el artículo 53", advirtió el legislador radical.
Para el cordobés, "en cualquier democracia republicana estos hechos son objeto de un debate serio en el Congreso. No puede el poder político arrogarse privilegios de este tipo mientras toda la Nación padecía con miedo y dolor una crisis sanitaria inusitada".
También se refirió a eventuales responsabilidades penales del Presidente la ex ministro de seguridad macrista, Patricia Bullrich: "Señor Presidente de la Nación Argentina Alberto Fernández: usted debe explicarle al pueblo argentino por qué violó las normas que usted mismo dictó. De no tener explicación alguna, debe someterse a las mismas consecuencias de carácter penal que impuso en los DNU", escribió en su cuenta de Twitter.
La "reivindicación" de Iglesias
Pero si había alguien que estaba esperando este momento era el diputado Fernando Iglesias, a quien por lo bajo habían criticado desde la propia oposición por sus comentarios en las redes sociales que dieron pie a las denuncias de misoginia.
"Es merecedor de un juicio político. Recién estuve reunido con el diputado Wolff, que lo está presentando y yo lo voy a acompañar", afirmó.
Sostuvo que "es lo menos" que se puede hace debido al "menosprecio a los ciudadanos tratados como chicos que tienen que ser retados por el papá mientras el papá se da el lujo de las festicholas".
Y aludió a la acusación que lo tuvo como protagonista, al afirmar que la publicación de la foto "me reivindicó un poco porque muchos me acusaron de haber permitido que se cambiara el eje de lo que estaba pasando en Olivos"
Añadió que "sí hubo una estrategia del Gobierno de cambiar el eje de la discusión hacia un feminismo trucho en el que ellos mismos no creen", y opinó que "les salió bastante mal".