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Grandes empresas familiares de Argentina: cómo dominan el mercado y también la política

Un informe de PNUD muestra que las empresas familiares aportan el 70% de los ingresos de las empresas grandes, superando a las multinacionales
20/07/2021 - 16:25hs
Grandes empresas familiares de Argentina: cómo dominan el mercado y también la política

Argentina es uno de los primeros países en concentración de mercado en la región, con fuerte presencia de multinacionales y grandes grupos nacionales. Las empresas familiares grandes son las que tienen más ingresos entre estas y dominan la política, según un reciente informe de la agencia Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Un rasgo distintivo de América Latina es la prevalencia de mercados dominados por un pequeño número de empresas gigantes, principalmente grupos empresariales diversificados y empresas multinacionales, dijo el informe de PNUD.

El mapa de las empresas grandes

Los ingresos de las 50 empresas más grandes representaron desde alrededor del 20% del PBI en Argentina hasta alrededor del 70% del producto en Chile.

Los ingresos de las empresas multinacionales representan entre el 20% en Chile y el 43% del total en Argentina, y el resto son empresas privadas nacionales, a menudo grupos empresariales diversificados controlados por familias

Este tipo de empresas familiares grandes aportan entre el 39% de ingresos en Argentina hasta el 73% en Chile.

Las empresas estatales se han vuelto menos frecuentes después de la ola de privatizaciones de la década de 1990. Sin embargo, sus ingresos siguen representando entre el 8% (Chile) y el 25% (Colombia) del total de ingresos de este grupo. Las que subsisten son empresas gigantes, a menudo del sector petrolero.

El poder de las familias

En promedio en América Latina, el 22% de las empresas que cotizan en bolsa, y el 28% de las grandes empresas con entre 100 y 5.000 empleados son de propiedad familiar.

En Argentina el 22% de las grandes empresas con entre 100 y 5.000 empleados son de propiedad familiar.

Las empresas familiares figuran entre las 50 empresas más grandes y aportan al menos el 30% de los ingresos de este grupo en Brasil y hasta más del 90% en México.

En Argentina, las empresas familiares aportan el 70% de los ingresos de las empresas grandes.

Por otra parte, si las familias se ponen de acuerdo para apoyar a los políticos, pueden monitorear su actuación más efectivamente a lo largo del tiempo y premiar o castigar de acuerdo con ello, asevera PNUD.

Las últimas generaciones a veces se vinculan a la política, lo que da a las familias empresariales una representación confiable dentro de la élite política, concluye el informe.

Las pequeñas empresas y el cuentapropismo

La distribución desigual del tamaño de las empresas, con mercados dominados por unas pocas grandes empresas que coexisten con un gran número de pequeñas empresas explica estos datos, indicó PNUD.

Es decir, la existencia de mercados fragmentados en los que las grandes empresas dominan porque se enfrentan a una multitud de empresas rivales pequeñas que no logran competir con ellas por cuenta de su baja productividad relativa, añadió PNUD.

El empleo por cuenta propia es muy numeroso en América Latina. Junto con el empleo en empresas muy pequeñas, representa aproximadamente la mitad de todo el empleo, afirmó el infome.

Esto ocurre incluso en los países de mayor tamaño, como Brasil y México, Y en algunos países llega a cifras muy significativas como en Ecuador (75%) y Perú (64%).

Estos datos son importantes para la protección social, porque los trabajadores por cuenta propia y empleados en pequeñas empresas tienden a estar en la informalidad, recordó PNUD.

Pero también son importantes para la productividad, porque implican que una gran parte de la fuerza de trabajo de América Latina está empleada en unidades muy pequeñas o, dicho de otro modo, que la actividad económica está muy dispersa, explicó el informe.

La otra cara de la moneda de la gran dispersión de trabajadores es el elevado número de empresas muy pequeñas.

En América Latina, la distribución del tamaño de las empresas es muy asimétrica, con una gran mayoría de empresas muy pequeñas que emplean entre la mitad y dos tercios de todos los trabajadores, más pocas empresas de tamaño intermedio y una pequeña proporción de empresas muy grandes que emplean alrededor de un cuarto o, a lo sumo, un tercio de la mano de obra.

Muchas de esas pequeñas empresas llevan a cabo sus actividades en la calle o al interior de los hogares; pocas están constituidas como entidades jurídicas independientes, y menos aún tienen acceso al crédito formal, apuntó PNUD.

La viabilidad de estas empresas es muy precaria, tienen vidas cortas y altas tasas de entrada y salida; por lo tanto, crean empleos precarios, a menudo de corta duración, remarcó el informe.

En su conjunto, el empleo por cuenta propia y en microempresas constituye el grueso del sector informal que caracteriza a las economías de la región, lo que se refleja en una gran proporción de la fuerza de trabajo que recibe beneficios sociales y programas de asistencia social.

Las distorsiones de la competencia

En la actualidad, 20 países de América Latina han promulgado leyes de competencia o antimonopolio, pero esto no es relevante, porque sólo serán tan eficaces como su implementación, enfatizó PNUD.

En su Encuesta de Opinión Ejecutiva, el Foro Económico Mundial pide a los encuestados que califiquen la eficacia de las políticas para garantizar una competencia justa con una puntuación de entre 1 (ineficaces) y 7 (sumamente eficaces).

La puntuación promedio de América Latina en la ronda 2017-2018 de la encuesta es un mediocre 3,3.

En un extremo, Haití, Venezuela y República Dominicana obtienen una puntuación inferior a 2,5. Haití es el país con peor puntuación del mundo según esta medición, y ocupa el último lugar de los 137 países encuestados.

Pero Nicaragua, Paraguay y Argentina siguen de cerca con puntuaciones inferiores a 3, y clasifican también en el límite inferior de la distribución.

En el otro extremo, Chile ocupa el puesto 35 de 137, con una puntuación de 4,4, seguido de Costa Rica, Panamá, Jamaica y Brasil.

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