Asís: "Dejen que Alberto fracase en paz, como Mauricio"
En medio de la devaluación de imagen que atraviesa en la opinión pública el presidente Alberto Fernández, algunos analistas políticos se animan a hablar de "fracaso" de un gobierno que ha cumplido poco más de nueve meses de existencia.
El analista político Jorge Asís, que escribe bajo el seudónimo de Carolina Mantegari, así lo ve en un artículo que tituló "Dejen que Alberto fracase en paz, como Mauricio", en referencia a la gestión de Cambiemos con Mauricio Macri al frente.
Para la analista la Argentina sufre de una "severa adicción al fracaso" y en la primera presidencia de Fernández -que ella llama el "tercer Doctorado", por asociarla los dos períodos de la hoy vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner- asistimos al "doble juego de fracasos simultáneos". Éstos son, a saber, "el tercer gobierno radical" que fue el de Macri, y el del actual.
Sobre la anterior gestion, Asís describe: "El voluntarismo se estrelló sin estrépito. Con la paulatina mediocridad de los "focus groups". Con el apoyo moral y financiero de la máxima potencia que no termina de resolver la ecuación del poder y la brutalidad" y con el presidente norteamericano Donald Trump como cómplice del fracaso, ya que aportó 50 mil millones de dólares del FMI para un gobierno que no pudo perpetuarse. .
Por otro lado, en el artículo publicado en el portal Jorge Asís Digital, destaca la astucia de "La Doctora" Kirchner que aprendió de la derrota de 2017 en las urnas con la entonces gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y armó una coalición o "excelente producto electoral" aunque no necesariamente para gobernar un país con una economía devasada, toneladas de pobres y una sumatoria de conflictos.
A esto se sumó la pandemia que justificó transitoriamente los colapsos. La autora dice: "La peste contenía la totalidad de las culpas. Fue útil, en principio -la peste- para proyectar al Poeta Impopular como estadista. Se elevaba, en el aventón, también Horacio Rodríguez Larreta, Geniol. Menos suerte tuvo el tercer tenor. Axel Kicillof, El Gótico. Por portación de 'provincia inviable'".
Ahí es cuando la analista destaca que el Presidente admitió que se complicó el escenario económico pero se salvaron muchas vidas: "Pero duermo tranquilo sin cargar con miles de muertos encima". Por eso es que dice: dejen que Alberto fracase en paz, como Mauricio.
Ahora, con los miles de muertos por COVID-19 encima y la economía por el suelo, para ella el Gobierno "quedó prisionero en el laberinto del error."
"Desde los mondongos de Vicentín que Alberto se degrada conceptualmente. Por acumulación de palabras, se le extravía la credibilidad. La conspiración de los archivos exhibe, de pronto, una contundencia cruel. Lo transforma en un cotidiano 'declarador a la carta'. Un conjunto de tomas, de cepos, decretos y manotazos signan un gobierno descontrolado que puede estrellarse", afirma el analista. Aunque por el momento la autora no ve que este fracaso habilite una reivindicación de la oposición.
Para ella hay una "decepción colectiva" con el gobierno de Fernández, ya que algunos pensaban que era el instrumento que daría por tierra con el poder de Cristina Kirchner, o que se emanciparía del mismo, "como si Alberto fuera el Kirchner de 2003 que llegaba para repetir la hazaña. Y desembarazarse de La Doctora."
Para Mantegari, en la medida en que Cristina Kirchner avanza con su propia agenda, "se lleva puesto" a Alberto Fernández y éste se convierte en otra frustración para la población en pandemia.
"El equívoco deja mensajes obvios para la sociedad blanca que sigue el ritmo incesante de la movilización. Como sensibles patriotas. Envueltos con la bandera nacional. No aceptan que La Doctora, con la maniobra matemáticamente política, les haya ganado. Lo que quieren simplemente es verla presa", afirma la autora sobre las marchas en contra del Gobierno que se suceden todos los fines de semana.
"Suponer que Alberto iba a hacerles el favor político de debilitarla fue el deseo más infantil de los agitadores de la sociedad blanca. Los decepcionados de Alberto se decepcionan, en el fondo, de sí mismos. Por las alucinantes tonterías que proyectaron", consigna la autora. Asegura que son esos críticos y opositores los que no dejan que Fernández fracase en paz, como Mauricio Macri, "en la Argentina adicta, donde todos tienen derecho a chocar la calesita del fracaso."
Final con sinceramiento
Al final de su análisis Mantegari evalúa que en la medida en que es Cristina Kirchner quien está en el centro de la agenda, que impone la propia y que es criticada y temida, es ella la única que puede despejar las dudas "para fortalecer al presidente que decidió colocarle la banda."
Ella es la que puede especificar el proyecto de país que desea para la Argentina, mientras algunos pretenden ser Noruega y Alemania otros temen ser Venezuela.
"A los escépticos que suponen conocer a La Doctora les cuesta encontrar una fervorosa revolucionaria, una dama ideológicamente alejada del capitalismo", dice Asís bajo el seudónimo de Mantegari (a quien presenta como semióloga y analista cultural) e insiste: "Entre la incertidumbre, La Doctora puede poner un poco de claridad."