Video: para Rogelio Frigerio, "estamos cerca del 'que se vayan todos'"
El exministro de Interior de Cambiemos, Rogelio Frigerio, opinó este martes sobre la actualidad política del país, la gestión nacional de las medidas de prevención del Covid-19 y las polémicas declaraciones que hizo esta semana el expresidente Eduardo Duhalde.
Sobre el ida y vuelta entre el presidente Alberto Fernández y Mauricio Macri por una conversación telefónica que tuvieron cuando se decretó la cuarentena, el exfuncionario fue categórico: "La política se está alejando mucho de la gente".
"Si el Presidente entendiera lo que está viviendo hoy la familia argentina, el nivel de incertidumbre, el miedo, no solo por la salud sino también por si va a tener empleo, ingresos, si los hijos van a poder volver al colegio alguna vez, no estaría diciendo esto con este nivel de agresividad, ni tirándose piedras", agregó en entrevista por LN .
Para Frigerio, "no tiene sentido" que los políticos se echen la culpa unos a los otros. "En 50 años ninguna facción política ha podido mejorarle la vida a la gente. Por más que uno pueda defender la gestión del último gobierno en muchos aspectos, al final del día la gente no vive mejor hoy que hace cinco años, y en parte somos responsables nosotros también", señaló.
"Lo que está esperando la ciudadanía no es que los políticos se peleen entre ellos, sino que se pongan de acuerdo, que se sienten en una mesa sin cabecera y discutan los problemas de la gente, que no son la reforma judicial, pasan por otro lado", sostuvo.
¿Puede haber golpe de Estado en la Argentina?
Luego el exministro del Interior fue consultado por las últimas y polémicas declaraciones que el expresidente Eduardo Duhalde realizó esta semana por América.
Afirmó que la Argentina estaba en riesgo de sufrir un golpe de Estado ya que era "campeona de las dictaduras militares".
Para Duhalde "la Argentina corre ese riesgo porque esto es un desastre tan grande que no puede llegar a pasar nada bueno", continuó Duhalde en su reflexión. "La gente se va a rebelar con esto. Se va a generar un clima", aseguró.
El exmandatario y exgobernador de la provincia de Buenos Aires indicó que no sería extraño que se vuelva a generar un sentimiento como el que primó en 2001, encarnado por el cántico "que se vayan todos" que se entonó en Plaza de Mayo durante esa crisis económica y social. Advirtió que esta revuelta que él espera puede ser peor que la de hace casi 20 años, ya que "esta es la Presidencia más compleja" que ha tenido la Argentina, y el descontento "puede terminar en una especie de guerra civil".
Frigerio opinó al respecto: "Por supuesto no estoy para nada de acuerdo. Sí, esta situación es parecida al 2001, en términos de la caída del nivel de la actividad probablemente sea peor, y también en el cansancio de la gente respecto de la dirigencia política. Sí, estamos cerca del 'que se vayan todos', si no se ponen a la altura de las circunstancias".
Frigerio sobre la "grieta"
Respecto de las peleas internas dentro de Juntos por el Cambio, el exministro dijo que la oposición "tiene que estar unida" y hacer "un enorme esfuerzo por mantener y sostenerlo".
"Para eso hay que tener mucha generosidad, amplitud, respetar los matices, las diferencias. No alcanza con lo que tenemos, puede llegar a alcanzar para ganar la próxima elección, pero no va a alcanzar nunca para ser un buen gobierno, para generar las mayorías y el volumen político que hace falta para las transformaciones que necesitamos", agregó.
"La grieta es una tremenda restricción para el desarrollo y el progreso del país. Unir a los argentinos no quiere decir que todos pensemos lo mismo, ni que tengamos los mismos valores, sino unirnos en pos de un objetivo. Para sentarse a discutir con el que piensa distinto hay que tener coraje, ahora que se habla de tibios, moderados, valientes. Eso implica necesariamente arriesgar también parte del mucho o poco capital político que cada uno tenga", opinó Frigerio.
"Creo que la dirigencia en general no es consciente de la gravedad de la situación y eso a mí me preocupa mucho. Hay una distancia enorme entre lo que vive el pueblo y lo que les preocupa a los políticos. Esa brecha es lo más grave y es lo que tenemos que cambiar", sentenció.