Cristina marca la cancha en negociación por la deuda: apoyó estrategia de Guzmán de no modificar la oferta a acreedores
La vicepresidenta Cristina Kirchner lanzó este martes un mensaje de apoyo a la actitud de "no mover" la última oferta por la deuda realizada a los acreedores.
Mediante un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Cristina recogió fragmentos de las declaraciones de Martín Guzmán en una entrevista televisiva, donde el ministro de Economía justifica que no se vay a a modificar la propuesta para el canje de deuda. "Martín Guzmán sobre la deuda. Clarito como el agua", afirma la ex presidenta.
Martín Guzmán sobre la deuda externa. Clarito como el agua. pic.twitter.com/y9jqmffxei — Cristina Kirchner (@CFKArgentina) July 21, 2020
En sus declaraciones al canal TN, Guzmán rechazó la contrapropuesta de los bonistas dijo que aceptar esas condiciones significaría "más desempleo" y la exigencia de realizar un ajuste a las jubilaciones.
El mensaje de CFK se conoció minutos antes de que el presidente Alberto Fernández tomara parte de una charla virtual en el Council of the Americas, que reúne a la comunidad financiera y donde se estima estarán presentes los principales acreedores del país. Entre ellos, los directivos de BlackRock, el fondo que se ha mostrado más duro y reticente a aceptar las condiciones planteadas por la Argentina para un canje de deuda.
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El ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió en la noche del lunes que si la Argentina acepta la contrapropuesta de los acreedores para la reestructuración de la deuda externa "tendrá más desempleo y se deberá ajustar las jubilaciones".
El funcionario reiteró que la última propuesta argentina "es el máximo esfuerzo" y tiene la aceptación de un número importante de acreedores, mientras que pidió a los que aún la rechazan "que se tomen un tiempo y reflexionen".
En una entrevista que le realizaron en el canal TN, Guzmán consideró que el grupo de bonistas "ya había manifestado su rechazo", por lo que su insistencia "era esperada".
"Es un grupo que no está entendiendo la propuesta argentina. Esperamos que se tomen un tiempo para reflexionar y decidir", expresó el ministro.
En cuanto a la contrapropuesta girada en las últimas horas por un grupo de acreedores, Guzmán advirtió "aceptar lo que ellos piden, significa más desempleo y tener que reducir y ajustar jubilaciones".
"Hay una cantidad importante de acreedores que si está aceptando, lo mejor es que acepten todos, la oferta tiende a eso. Ahora la pelota está en poder de ellos. No queremos comprometernos con pagos que le impidan a Argentina ejecutar las políticas públicas que necesita para recuperarse", explicó.
Por otro lado, el ministro aseguró que las medidas que tomó el país en medio de la situación extrema creada por la pandemia del coronavirus le permitió "reducir el crecimiento de la pandemia" y preservar la capacidad de producción.
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En ese contexto, sostuvo que "las condiciones están dadas para que la argentina tenga una recuperación en 2.021".
Horas decisivas: cómo está la negociación por la deuda
La contraoferta que presentaron los 3 principales grupos de acreedores tiene un lado positivo y otro negativo. En lo primero, es más sencillo para el deudor (en este caso la Argentina) negociar ahora con un único interlocutor para partir diferencias y cerrar. De hecho, es lo que venía pidiendo Martín Guzmán. Pero el problema es que sin el aval ahora de este grupo, la estrategia del Gobierno de ir a un canje parcial y aislar a los díscolos cae al vacío: sin la adhesión de estos grupos se podría caer directamente la operación.
Esto es así porque sería difícil que la Argentina alcance los porcentajes de aceptación necesarios para ejecutar el canje sin la aprobación de los comités (ahora todos unidos). El Gobierno se planteó distintos escenarios que se deben dar para que se ejecute el canje: que acepten la oferta bonistas que tienen más del 66,6% del stock de todos los bonos elegibles del canje, tomados en su conjunto.
Además tomando cada Indenture (términos legales con los cuales se emiten los títulos) por separado, se tienen que cumplir una de las siguientes condiciones: (a) aceptación a la oferta bonistas que tienen más del 50% del stock de todos los bonos de ese Indenture ó, (b) la aceptación habilita a Argentina a canjear más del 60% del stock de todos los bonos de ese Indenture (para hacerlo con una aceptación superior al 50% el país debería redesignar series y ejecutar CACs).
Negociaciones que vienen
Un informe de la Consultora 1816 dice que "de no lograr esos porcentajes, las opciones se reducen a no proceder con el canje o modificar la oferta (el umbral mínimo no se puede enmendar, por una limitación que se autoimpuso Argentina en la SEC)".
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Los bonistas que ahora lanzaron la contraoferta dicen tener un tercio de la deuda en juego. Por ende, si ellos no aceptan y el Gobierno se planta en su decisión, básicamente debería tener el visto bueno del 100% del resto de los acreedores (algo imposible). De ahí que la movida de los bonistas fuerza a que Guzmán tenga que sentarse a negociar otra vez.
La estrategia que tuvo el equipo económico fue, además, superada por la astucia de los grandes fondos de Wall Street. Guzmán quiso lanzar un plan de "divide y reinarás" al mejorar un poco más la oferta para los bonos del canje del 2005 y un poco menos a los surgidos a partir del 2016. Estos últimos, lo que tiene el grupo liderado por BlackRock.
El plan oficial era que el segundo comité que se unió inicialmente con el grupo Ad Hoc de BlackRock, que tenía justamente los bonos K, rompiera la unión. Pero, el tiro salió para el otro lado. En lugar de debilitar al comité unido del Ad Hoc y el Exchange, terminó debilitando al ACC (el grupo más amistoso con el Gobierno) que se terminó juntando con los otros dos. Si bien hay grietas en ese comité, porque se fueron Greylock, Gramercy y Fintech que ya habían dicho que iban a aceptar el canje tal cual está, lo cierto es que el ACC terminó firmando con los acreedores díscolos.
Por eso ahora la pelota vuelve a estar en terreno del Gobierno. Volver a acercarse para tener un acuerdo depende de la contraoferta que haga el equipo económico. La distancia es menor y sería un suicidio político seguir en default.
Diferencias mínimas
La consultora 1816 dice que en materia económica, el Valor Presente Neto de la contrapropuesta de los acreedores es de u$s56,1 descontando flujos al 10%, apenas 3 dólares superior a la oferta de Argentina y muy por debajo de los más de u$s60 que venían pidiendo los comités más duros. Las diferencias más grandes hoy son en el Discount y en el Global 21, pero incluso en esos casos se trata de distancias ya pequeñas (u$s4.1, segun cálculos de la consultora).
De los 3 dólares promedio de diferencia, hay 1 dólar que se explica por el bono de los intereses capitalizables por el cual los acreedores piden cupón anual fijo de 4,9%. Los otros 2 dólares se explican por el flujo de los bonos, mejorados marginalmente.
Las diferencias en términos de perfil de vencimientos entre lo que ofrece Argentina y lo que piden los bonistas es extremadamente pequeña a esta altura: los comités piden apenas u$s1.000 millones más de flujos en el actualmandato presidencial y, en total, u$s1.600 millones durante la vida total de los bonos.
En materia legal, los comités dejaron de exigir el indenture 2005 para todos (algo que empezaron a reclamar en junio y que parecía inverosímil) pasaron a aceptar que los tenedores de Globales mantengan el Indenture 2016. "Eso sí: piden modificaciones al Indenture 2016 de modo tal que se limite el uso del concepto de re-designation y se restrinjan las votaciones agregadas. El documento que presentaron los acreedores no es del todo preciso acerca de cómo deberían ser las nuevas cláusulas, pero parece bastante claro que buscan limitar el uso de una estrategia PacMan", dice la consultora 1816. Los acreedores dejaron de lado también otros requerimentos legales, como la ampliación de la renuncia de la inmunidad soberana a entidades estatales (como el FGS) y la obligacion de cumplir con Articulo IV del FMI (ahora solo piden explicitamente que Argentina mantenga actualizados los datos de deuda pública).
La expectativa está intacta. Los analistas de Goldman Sachs dicen que "las partes tienen demasiado en juego para que las negociaciones fracasen, especialmente cuando están tan cerca de un acuerdo". Cada lado puede necesitar moverse solo 1,5 centavos por dólar para llegar a un acuerdo total, dice el banco de Wall Street. Imaginan un mecanismo de recuperación de valor basado en el PIB o las exportaciones como disparador de un entendimiento entre las partas.