Alerta en Brasil: Bolsonaro tiene fiebre y síntomas de coronavirus
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, informó este lunes que tiene 38 grados de fiebre y un alto porcentaje de oxígeno en sangre -96%-, ambos posibles síntomas de coronavirus, y, por eso, está tomando hidroxicloroquina, un antipalúdico que él y su par estadounidense, Donald Trump, defienden para tratar la covid-19.
El mandatario, de 65 años, ya se hizo un test en el Hospital de las Fuerzas Armadas y espera el resultado. Además ya se había hecho una resonancia magnética de los pulmones, un examen que según el mandatario le dio bien, informó el canal de noticias CNN Brasil.
Bolsonaro canceló su agenda para el resto de la semana, pero apenas unas horas antes de informar sobre sus síntomas había saludado a simpatizantes en el jardín del Palacio Presidencial, un hábito del dirigente, que esta vez uso un barbijo.
La semana pasada, el mandatario brasileño había participado de una cumbre virtual del Mercosur, en la que también estuvo -vía teleconferencia- Alberto Fernández.
En mayo pasado, forzado por la corte suprema, el presidente entregó a ese tribunal el resultado de tres exámenes de coronavirus que se había hecho bajo seudónimos, en momentos en que crecían los rumores de un posible contagio.
Según los registros que presentó, las tres veces el examen había dado negativo.
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Brasil es el segundo país del mundo con más casos y muertos por coronavirus -más de 1,6 millones y de 65.000, respectivamente- y Bolsonaro se ha convertido en uno de los principales referentes internacionales de los sectores que niegan la gravedad de la pandemia y la efectividad de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de la pandemia, Sao Paulo reabre bares y restaurantes
Los bares y restaurantes de Sao Paulo, la capital económica de Brasil, volvieron a recibir clientes a partir de este lunes, en una nueva fase de reapertura tras más de cien días de cuarentena parcial.
La ciudad más poblada de Brasil, de más de 12 millones de habitantes, acumula casi 140.000 casos confirmados y 7.621 muertes por coronavirus, 618 de las cuales se registraron en la última semana, según datos oficiales.
Los establecimientos pueden abrir durante seis horas al día con apenas 40% de su capacidad, respetando medidas de higiene, distancia mínima entre las mesas y exhibiendo sus menús solamente de forma digital o en carteleras.
"Está siendo bastante difícil", dijo Lucas Santana, un camarero de 25 años que trabaja en un restaurante en el centro de Sao Paulo. "Esperábamos un movimiento un poco mejor", admitió el joven.
Una de sus clientes, Ivani Trajano, se mostró aliviada. "Estaba con muchas ganas de salir, ¡da una sensación de libertad!... estar tres meses en casa sin salir para nada es complicado", sostiene.
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En las fases anteriores, las autoridades ya habían permitido el funcionamiento de tiendas y centros comerciales con algunas restricciones, tras más de dos meses de paralización en los que sólo funcionaron servicios esenciales, aunque sin confinamiento obligatorio de la población.
A partir de este lunes también abrieron sus puertas los salones de belleza.
¿Lo peor ya pasó?
A pesar de que muchos especialistas advierten que se trata de una reapertura precoz, las autoridades afirman que la ciudad ya está en condiciones de entrar en la "fase amarilla" del plan.
"Pasada la fase más aguda, ya alcanzamos la meseta [de la curva de contagio] y, por lo tanto, es momento de empezar a reabrir la actividad económica", afirmó el sábado el alcalde de Sao Paulo, Bruno Covas.
De acuerdo con Covas, la ocupación de las camas en centros de terapia intensiva en la ciudad está abajo del 60%.
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Domingos Alves, miembro del grupo científico Covid-19 Brasil y jefe del Laboratorio de Inteligencia en Salud (LIS) de la Universidad de Sao Paulo (USP) advierte sin embargo que los números todavía no muestran un retroceso claro de la cantidad de casos y muertes.
"Ningún país europeo se embarcó en un plan de reapertura antes de que esos indicadores, junto con la tasa de ocupación de camas de hospital, cayesen de forma sostenida por al menos tres semanas", sostiene.
En Rio de Janeiro, que también autorizó el regreso a los gimnasios, bares y restaurantes, el fin de semana se registraron aglomeraciones en diversos barrios, con grupos bebiendo y socializando sin mascarilla en la acera de los bares.
También se llenaron las playas, pese a que en la fase actual sólo están permitidos los deportes individuales, tanto en el agua como en la arena.
Brasil, con más de 210 millones de habitantes, ya suma más de 1,6 millones de contagios desde el inicio de la pandemia de covid-19, y se acerca a la marca de 65.000 muertos.
Las proyecciones de los especialistas coinciden en que el número real de casos puede ser hasta diez veces superior -debido a que no se practican test suficientes- y la cifra de muertos por covid-19 sería el doble de la actual.
Por sus dimensiones de país continental, el virus se ha ido diseminando a ritmos diferentes según la región y actualmente está migrando de las capitales al interior de los estados.