Elogios a Perón, abrazos y un mensaje de "paz" para los argentinos: así fue un encuentro de Alberto F. con el Papa
El presidente Alberto Fernández mantuvo este viernes una reunión a solas con el papa Francisco, que se extendió durante 44 minutos -el doble de tiempo que el Sumo Pontífice le dedicó al exmandatario Mauricio Macri- y se desarrolló en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.
El jefe de Estado fue con el objetivo de recibir el apoyo a las políticas que el gobierno del Frente de Todos viene implementado para combatir la emergencia económica, el hambre y la marginalidad, según lo adelantó él mismo el jueves cuando llegó Roma.
Apenas pisó suelo italiano, descartó que la legalización del aborto fuera uno de los temas a tratar en el encuentro.
"Tenemos cosas más importante que hablar, que son los problemas que tienen la Argentina centralmente hoy. Y esos (por el aborto) no son temas que tenemos que abordar con él. Lo que nos preocupa son la pobreza, la marginación, muchos argentinos están pasando una situación de mucha crecer. El Santo Padre siempre ha estado preocupado por eso", subrayó.
La cumbre comenzó este viernes con un saludo amistoso entre ambos. "Santo Padre, qué gusto verlo", dijo el jefe de Estado mientras abría sus brazos al encontrarse con el Sumo Pontífice, quien le correspondió al abrazo con un "bienvenido".
Entre abrazos y risas ambos entraron a la biblioteca. Francisco le cedió el paso a Alberto con una curiosa frase. "Primero el monaguillo", dijo.
En tanto, tras la finalización del encuentro a solas, comenzó a las 10:27 hora local (6:27 de la Argentina) y que finalizó a las 11:11 hora local (7:11 de la Argentina), tuvo lugar el momento del intercambio de obsequios, ya con la participación de la primera dama, Fabiola Yañez, y funcionarios que integran la delegación.
"Ella trabaja con Scholas", dijo el Papa cuando Alberto Fernández le presentó a Fabiola Yañez, mientras que, al saludar al canciller Felipe Solá, Francisco le dijo "cuántos años" y, al hacer lo propio con Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, el Sumo Pontífice le dijo "haciendo travesuras".
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Luego, Francisco le entregó un mensallón y le dejó un mensaje al Presidente. "Este lo elegí yo para que sean mensajeros de la paz", expresó el Santo Padre.
Alberto Fernández le entregó, a su vez, un busto del Siervo de Dios conocido como "Negro Manuel", un libro sobre los cafés porteños y un tejido elaborado en un telar artesanal por jóvenes de la asociación civil Granja Andar.
Además del mensallón, el Papa le regaló al presidente Alberto Fernández sus cinco escritos como Sumo Pontífice y le firmó la exhortación "Christus Vivit", y el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de este año, que le dijo que lo había firmado ayer.
Una misa "peronizada" y cálido encuentro
Previo al encuentro con el Papa, el mandatario había participado esta mañana de una misa "por la reconciliacion" en la Basílica de San Pedro, junto a la primera dama Fabiola Yañez, una ceremonia celebrada por el arzoobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, quien mantuvo durante su homilía un mensaje con tono y contenido peronista.
Sánchez Sorondo pidió por el "éxito" de la nueva gestión y evocó también un encuentro que tuvo en 1973 en Roma con Juan Domingo Perón, figura que exaltó y consideró "cercana" y "fiel" al papa Francisco.
"Pedimos por el éxito del nuevo presidente, de su nueva misión, tan difícil. Hemos querido celebrar la misa de la reconciliación, que entendemos está en el corazón del Presidente, de los obispos y del Papa", dijo.
Al llegar al Vaticano, el presidente Alberto Fernández fue recibido en el Patio de San Dámaso por monseñor Leonardo Sapienza de la prefectura de la Casa Pontificia.
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"Este viaje significa mucho, para mí Francisco es un líder moral, el líder de la Iglesia Católica a la que yo pertenezco. Y para mí es un reencuentro con la Iglesia, se lo he dicho", había comentado ayer Fernández.
El jueves se reunió con el director ejecutivo del Programa Mundial Alimentario de Naciones Unidas, David Beasley.
Gracias a David Beasley, titular del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, por el recibimiento y por el apoyo a nuestro plan #ArgentinaContraElHambre.
Terminar con esta situación que sufren millones en el mundo es un imperativo moral y debe ser prioritario para todos. pic.twitter.com/l8TAkQ6F0I — Alberto Fernández (@alferdez) January 30, 2020
Una de las intenciones de Fernández es ver cómo funciona este programa a nivel global y analizar la mejor forma de implementarlo en el país. Esto va en consonancia con lo que viene pregonando desde el inicio de la campaña electoral, en la que hizo foco –principalmente- en las necesidades alimentarias de los sectores más castigados de la población.
Algunas de estas políticas ya son implementadas desde el ministerio de Desarrollo, a cargo de Daniel Arroyo.
El primer objetivo del Presidente era mostrar gestos de apoyo, sobre todo cuando su gestión puso el foco en atender problemas urgentes de la agenda social pero empieza a generar críticas por el costo que ello implica a los asalariados.
Y parece haberlo conseguido. De hecho, el encuentro fue casi una contracara de aquél frío encuentro que tuvo Francisco con Mauricio Macri en febrero de 2016. En aquella ocasión el malestar se tradujo en una charla que duró apenas 22 minutos, mientras que, por ejemplo, a otros referentes como al uruguayo "Pepe" Mujica le había decicado una hora de su tiempo, en un ambiente agradable de abrazos y sonrisas.
Está claro que más allá del valor simbólico que representa retratarse con el representante máximo de la iglesia, tanto para el Gobierno como para el Vaticano la reunión tiene un significado primordialmente político.
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"Me parece que es más una foto para la política interna que para la externa", acota la investigadora y docente en política internacional Constanza Mazzina.
Al respecto, Alejandro Corbacho, director del observatorio de política exterior de la UCEMA, considera que la visita al Vaticano "se ha convertido en una cábala de los gobiernos a partir que el Papa es argentino. Los líderes y dirigentes peronistas, de cualquier color o extracción, viajan allí como una forma de buscar una bendición, buena suerte, y una fotografía con el Santo Padre con una amplia sonrisa", dice irónicamente.
Lo cierto es que el Papa Francisco nunca ha disimulado sus simpatías y antipatías en el plano político, y precisamente por eso en el entorno de Fernández se fijaron el objetivo de mostrar una buena sintonía.
Búsqueda de apoyos para negociar con el FMI
El plan de Fernández, además, es conseguir apoyos en Europa para encarar la negociación de deuda con el Fondo.
Y, según manifestó tras la reunión en el Vaticano, ya cosechó su primer respaldo.
En conferencia de prensa contó que que vio a Francisco "preocupado por el pueblo argentino y por la deuda".
"Le pedí que todo lo que pueda hacer para ayudarnos lo haga", confió el jefe de Estado y aseguró que el Papa prometió hacer "lo que pueda".
La agenda de Alberto F. seguirá con una cumbre con el premier italiano, Giuseppe Conte, y el presidente Sergio Mattarella. En concreto, buscará respaldo político a su negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Explicará que no tiene intenciones de defaultear y que su objetivo es lograr una prórroga de los pagos -sin condicionamientos económicos- hasta tanto haya crecido el Producto Bruto Interno (PIB) de la Argentina.
En principio, Italia apoyaría la posición del país ante el board del FMI.
La agenda internacional del Presidente incluye, además, reuniones bilaterales con la canciller de Alemania, Angela Merkel; y los presidentes de Francia y España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez.